México D.F. Jueves 7 de octubre de 2004
En San Lázaro, el líder religioso
habla del diferendo entre el Tíbet y China
Lamenta el Dalai Lama que en la educación se
dejen de lado los valores
Al visitar la UNAM, critica que la enseñanza
de la ética moral sólo esté en manos de las iglesias
KARINA AVILES, ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GARDUÑO
En
la Cámara de Diputados, el Dalai Lama abordó por vez primera
en México el tema del diferendo político en el Tíbet,
y calificó a la República Popular China como una nación
con un régimen totalitario donde existe "una brecha entre lo que
se menciona sobre el papel y lo que sucede en la realidad".
La Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) también recibió al líder religioso, quien frente
a decenas de universitarios lanzó una crítica a la educación
que sólo mira hacia la ciencia y la tecnología y deja de
lado los valores internos; pero también cuestionó que la
enseñanza de la "ética moral" sólo se encuentre en
manos de las iglesias.
Durante su breve visita de 40 minutos al recinto de San
Lázaro, el líder tibetano manifestó que en su país
se busca una solución política a la intervención militar
China: "nosotros tenemos una dirigencia electa, un liderazgo no de mi persona
únicamente, y estamos tratando de encontrar una solución
que sea de beneficio mutuo. Por lo tanto estamos hablando con la República
Popular China, estamos viendo qué hacer; según la Constitución
de la República Popular China nosotros tenemos un estatuto autónomo".
La ley y la realidad
Tenzin Gyatzo sostuvo que la autonomía debe ser
genuina porque en los regímenes totalitarios, como el chino y el
de la ex Unión Soviética, destaca la brecha entre la ley
y la realidad.
"Lo que la constitución menciona se debe implementar
en el lugar de los hechos, de manera genuina y sincera; finalmente estoy
dando un enfoque de punto medio, de mitad de camino, no pensando que uno
va a salir victorioso y el otro derrotado, no se trata de eso sino de que
ambos salgamos beneficiados...", apuntó.
Insistió que entre los chinos y los tibetanos se
ha generado un espíritu de solidaridad que le ha ganado, a él
y su causa de moral y justicia, la oportunidad de renovar el contacto con
las autoridades de la República Popular China.
Por tal razón justificó su intervención
en torno a la relación entre el Tíbet y China:
"Donde quiera que voy siempre hablo de los valores humanos,
religiosos y de la armonía, a menos que alguien me pregunte sobre
el problema tibetano, nunca lo menciono si no me lo preguntan.
"Nuestros hermanos y hermanas chinos siempre se sienten
muy sensibles de que yo ande visitando todo el mundo, y sí se preocupan
mucho de que yo esté viajando aquí, en México; también
creo que, debido a mi visita, por ejemplo, se ha dado una controversia
innecesaria; me parece que mi visita está creando cierta controversia
política, eso es triste. No es creación mía sino creación
de nuestros hermanos y hermanas chinos. Por lo tanto, estoy cierto de que
a la larga, a través de este contacto directo personal podremos
llegar a un entendimiento mutuo, y luego encontraremos también las
maneras, los medios para llegar a un diálogo con profundo significado
y sentido; con dirección".
En el Palacio de Minería, el rector Juan Ramón
de la Fuente dio la bienvenida al XIV dalai lama Tenzin Gyatzo, con un
mensaje en el que destacó que en tiempos de fundamentalismos, fanatismos
e intolerancia -ya sea ideológica, étnica o religiosa- es
necesario fortalecer la capacidad de diálogo, cerrar la puerta al
"pensamiento único" y aumentar nuestra disposición para escuchar
al otro.
En el patio principal del edificio histórico, el
premio Nobel de la Paz 1989 consideró que el siglo XXI, "uno de
los más importantes de toda la historia de la humanidad", muestra
signos de "esperanza" porque la fuerza de la no violencia registrada en
años recientes tiene un gran peso. "Será un siglo de mayor
paz y prosperidad siempre que trabajemos con el corazón", apuntó.
En su conferencia magistral sobre Espiritualidad y educación,
se refirió a un siglo XX convulso, con guerras, muerte, sufrimiento,
bombas. Y frente a ello, enfatizó, la humanidad ha puesto la esperanza
en las generaciones del siglo que corre, pues esta "violencia constante
debe cambiar".
Expresó que la educación es un valor fundamental
para la transformación. Sin embargo, añadió, en este
sistema moderno sólo se pone el énfasis en la educación
que se basa en la ciencia y la tecnología y no se le da importancia
a los valores internos.
En ese sentido, indicó que la enseñanza
debe combinar ambos factores porque la "educación inteligente por
sí misma" no es garantía de una vida plena. Manifestó
que las generaciones del siglo anterior dieron mucha importancia al desarrollo
científico y la "ética moral" se la dejaron a las iglesias.
Si bien es cierto que algunos religiosos tienen influencia,
también es cierto que ha faltado una mayor práctica para
introducir estos valores internos en la población, reconoció.
Antes, De la Fuente manifestó que la máxima
casa de estudios, despojada de dogmas, está abierta a todas las
ideologías. Al concluir la conferencia, el rector entregó
al líder religioso la medalla conmemorativa de los 450 años
de la UNAM y, en reciprocidad, el Dalai Lama le colocó en el cuello
una cata blanca como signo distintivo de respeto, según lo establece
la tradición budista. Después, firmó el Libro de Visitantes
Distinguidos de este recinto universitario.
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