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México D.F. Sábado 2 de octubre de 2004
Comuneros denuncian incumplimientos del gobierno
Damnificados integran frente contra las presas
ROSA ROJAS ENVIADA
Aguas Calientes, Municipio de Acapulco, Gro., 1º
de octubre. Un movimiento nacional de afectados
por la construcción de presas empezó a conformarse hoy aquí
cuando los testimonios de quienes han visto sus pueblos desaparecer bajo
las aguas y de otros que se oponen a que a les suceda lo mismo, fueron
embonando como un rompecabezas para llegar a una conclusión: esas
grandes presas que los gobiernos dicen que reclama el desarrollo "no van
a beneficiar a los pueblos".
"Esos proyectos están en el contexto del Plan Puebla-Panamá
(PPP) y son para privatizar y exportar energía eléctrica
y permitir que las compañías estadunidenses controlen el
agua. Si ya nos están vendiendo el garrafón a 18 y 20 pesos,
vamos a acabar pagándoselos a 100 pesos", señalaron múltiples
voces surgidas de entre unos 500 delegados de ocho estados del país,
más observadores de Guatemala, Francia, Italia y España,
que asisten al primer Encuentro Nacional de Afectados por las Presas, convocado
por los comuneros opositores a la construcción de la hidroeléctrica
La Parota, sobre el río Papagayo.
Una
buena parte de los comuneros de Cacahuatepec, comunidad ubicada a unos
50 kilómetros de Acapulco, y de la cual es anexo Aguas Calientes,
ha mantenido un movimiento -que ya cumplió 14 meses- de resistencia
contra dicho proyecto de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)
que inundará 17 mil 500 hectáreas afectando, según
la paraestatal, a unos 3 mil campesinos, pero según éstos
a unos 25 mil, residentes de 24 poblados. La diferencia en las cifras se
debe a que "la CFE toma en cuenta sólo el padrón de comuneros
y no a sus familias y los avecindados que también van a ser desplazados
si se construye la presa, ¿qué, somos animales?" cuestionaron.
Con un pésimo sentido de la oportunidad, dicha
paraestatal coadyuvó a caldear aún más los ánimos
de los campesinos en su contra, cuando el jueves por la noche, minutos
después de que se inauguraran los trabajos del encuentro, intentó
introducir maquinaria en la zona con el argumento de "construir obra social".
Esa maniobra se consideró como "una provocación"
por parte de los comuneros, dado que llevan más de nueve meses sosteniendo
tres plantones frente a otros tantos anexos de la comunidad para evitar
el ingreso de maquinaria para la construcción de la presa. Esto
ha costado que dos comuneros, Marco Antonio Suástegui y Francisco
Hernández, fueran detenidos "sin orden de aprehensión", golpeados
por policías estatales, acusados del secuestro de un ingeniero de
la CFE y del robo de dos camionetas. Además, se pasaron 10 días
en la cárcel, ahora están libres bajo fianza y sujetos a
proceso, asimismo, otras seis órdenes de aprehensión contra
integrantes del movimiento.
Durante la mañana de hoy, delegados y delegadas
de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Nayarit, Jalisco, Tabasco, Puebla y el Distrito
Federal, integrantes de un centenar de colectivos sociales, escucharon
a quienes ya han vivido la experiencia de ser desplazados de sus tierras
por la construcción de grandes presas y de haber recibido a cambio
promesas incumplidas o, en el mejor de los casos, el pago de indemnizaciones
con retrasos de hasta 50 años, como en el caso de los afectados
por la presa de La Venta, muy cerca de aquí, también sobre
el río Papagayo.
Victoria Ramos Galán, indígena chinanteca
oaxaqueña, relató cómo en 1957 vivió el desalojo
de su familia y otros cientos más de 12 comunidades chinantecas
y mazatecas por la construcción de la presa Miguel Alemán
que afectó 52 mil hectáreas de tierras agrícolas y
ganaderas; cómo las autoridades los fueron a arrojar a unos galerones
en el municipio de San Felipe Cihualtepec, en la zona mixe; cómo
les prometieron empleos, luz eléctrica gratis, casa propia de material,
tierras, agua potable, calles pavimentadas, créditos, escuelas con
infraestructura moderna; cómo nada de eso ha llegado aún.
Y ellos perdieron su identidad, y en lugar de las 80 hectáreas que
tenía su padre, sólo les repusieron 10.
Habitantes de Jalapa del Marqués, Oaxaca, dieron
testimonio a su vez de su oposición a la construcción de
una nueva presa en su región. Ellos ya antes fueron desalojados
del poblado donde vivían cuando se construyó la presa Benito
Juárez, que afectó 7 mil 500 hectáreas, lo que tuvo
como consecuencia la pérdida de su cultura, su lengua y la migración
de la gente.
Miembros de la organización Cupuri hablaron de
las afectaciones sufridas por habitantes de Nayarit, donde se está
construyendo la presa de El Cajón, y les han prometido la creación
de empleos, "pero 70 por ciento de los trabajadores contratados por la
constructora son chiapanecos que han seguido el proceso de construcción
de las presas, en Nayarit no hay mano de obra calificada para eso", comentaron.
Integrantes del Frente Chiapaneco contra las Represas
informaron por su parte de la resistencia que realizan en aquella entidad
fronteriza para evitar la construcción de las presas Huixtán
1, Huixtán 2 y Quetzalí. Las dos primeras sobre el río
Santo Domingo; Huixtán 1 afectaría 9 mil hectáreas;
la segunda, 4 mil, de las cuales 3 mil son de Guatemala. En la parte mexicana
se afectaría casi todo el municipio autónomo de Tierra y
Libertad. La Quetzalí, sobre el río Lacantún, inundaría
57 mil hectáreas de selva, incluso en la Reserva de la Biosfera
de Montes Azules.
"El gobierno ha metido sus militares para que la gente
tenga miedo y no se organice... si nos unimos agarramos experiencias de
otros rumbos, y no nos van a sorprender dormidos... éstos son proyectos
de los malos gobiernos que nos quieren despojar de la riqueza, de nuestras
tierras y de nuestros ríos, este es un cambio de muerte, no un cambio
de vida, la tierra es para que viva la gente, para que coma, no para inundarla.
Nos llegan a amenazar con los ejércitos, pero nosotros no tenemos
miedo, estamos luchando y buscando más compañeros para tener
más fuerzas", afirmaron.
Indicaron que en ese afán han ido a Honduras, El
Salvador, Nicaragua y Tailandia para frenar esos proyectos y denunciar
que las fumigaciones que realiza el gobierno, "dizque para combatir las
plagas", no han tenido ningún beneficio y sí en cambio ha
secado sus cafetales y pastos y se han plagado sus huertas de guayaba,
limón, naranja, lima, que están llenas de gusanos.
A media mañana la asamblea se galvanizó
con el arribo de un contingente de campesinos de Atenco que, machete en
mano, entraron gritando: "Fox entiende, la patria no se vende", "La Parota
no está sola"... Posteriormente, los comuneros de Cacahuatepec dieron
su testimonio de la lucha que han venido dando para evitar la construcción
de la presa La Parota. Y ahí quedó esta afirmación:
"Estamos plantados, ni un metro de tierra le cederemos a la CFE, cueste
lo que cueste".
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