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México D.F. Jueves 30 de septiembre de 2004
VIDEO
Lonardo García Tsao
Cinco visiones del Holocausto
UNO RECUERDA LA frase "quienes ignoren la historia
estarán condenados a repetirla" cada vez que ve documentales sobre
el Holocausto. En efecto, recientes manifestaciones genocidas como las
de Bosnia o Ruanda, dan a pensar que la humanidad no ha aprendido nada.
Mientras que, por otro lado, uno escucha afirmaciones -producto de la ignorancia
mezclada con el antisemitismo- de que el Holocausto fue un montaje, una
fabricación del sionismo internacional (nada menos que el papá
de Mel Gibson es uno de sus sustentadores).
SIRVA, PUES, DE elocuente desmentido el programa
Rompiendo el silencio, -exhibido en tv por cable y editado hace
poco en dvd por la compañía Universal- compuesto de cinco
documentales de una hora cada uno. Según se sabe, desde que Steven
Spielberg asumió sus raíces judías -cuando filmó
La lista de Schindler, precisamente- y se preocupó por documentar
el Holocausto, ha creado la Fundación de los Sobrevivientes de la
Historia Visual Shoah, cuyo principal objetivo es recoger la mayor cantidad
de testimonios audiovisuales de quienes sobrevivieron el exterminio nazi.
ROMPIENDO
EL SILENCIO reúne las realizaciones Algunos que vivieron,
del argentino Luis Puenzo; El infierno en la Tierra, del checo
Vojtech Jasny; Los niños del abismo, del ruso Pavel Chujrai;
Los ojos del Holocausto, del húngaro János Szász,
y Yo recuerdo, del polaco Andrzej Wajda, referidos a la experiencia
de varios supervivientes de los respectivos países (la aportación
de Puenzo enfoca a aquéllos que luego emigraron a Argentina y Uruguay
y es, por cierto, la más floja de la colección pues está
resuelta como una rutinaria sucesión de cabezas parlantes, alternadas
con stock shots demasiado conocidos de la guerra).
DESDE LUEGO, EL propósito de la serie no
es la expresión personal del arte cinematográfico, sino documentar
un hecho bien llamado "un acto perfectamente irracional", por una testigo.
Una y otra vez, el espectador siente el pasmo recurrente de ver cómo,
en la primera mitad de los años 40, una especie de crueldad endémica
se apoderó de la mayor parte de Europa. Y si bien los nazis fueron
los principales culpables de las atrocidades, los testimonios dejan claro
cómo los habitantes no judíos hacían eco al antisemitismo,
participando activamente en la persecución. (El caso de Hungría
es en particular consternante. Los ciudadanos siguieron ejerciendo el genocidio
aún cuando los alemanes se habían retirado ante el avance
ruso).
LOS DOCUMENTALES MAS interesantes son los del ruso
Chujrai y el checo Jasny. Ambos no pierden la objetividad y, al mismo tiempo,
invisten su trabajo de una intensa fuerza emotiva. Además, El
infierno en la Tierra documenta el especial matiz que tuvo el Holocausto
en el campo de Teresin, usado por los nazis como falso modelo del buen
trato que recibían los internados (luego transportados a Auschwitz).
EN CAMBIO, EL húngaro Szász utiliza
algunos recursos formales que se sienten fuera de tono -trenes de juguete
al son del manido Adagio de Barber- e incluso emplea la ficción
didáctica de una niña que revisa un libro con los términos
y fechas claves. Mientras que Wajda se va al registro opuesto optando por
el minimalismo en blanco y negro: son cuatro largos monólogos intercalados
con escenas actuales de un grupo de jóvenes judíos que visitan
el museo de Auschwitz.
EN RESUMEN, CINCO películas con las que
uno sigue tratando de comprender lo incomprensible.
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