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México D.F. Jueves 30 de septiembre de 2004
Octavio Rodríguez Araujo
Habladores
Si el empresario Carlos Slim cae en imprecisiones políticas, en este caso referidas a un posible retorno al populismo en América Latina, se le perdona, pues además de no haberse formado en las ciencias sociales es empresario. Si el Presidente de México cae en las mismas imprecisiones por fuerza debemos preocuparnos, pues, aunque tampoco se formó en el campo de las ciencias sociales y las humanidades, hoy es un político que, le guste o no (o nos disguste a muchos), representa constitucionalmente a todos los mexicanos. Su deber es hacerse asesorar sobre todo lo que no sabe -que no es poco- antes de hablar.
Cuando el presidente Fox, quizá haciéndose eco de las declaraciones de Slim en Barcelona, dijo que hay que cerrarle las puertas al populismo, simplemente no pensó en lo que estaba diciendo o, peor, creyó que lo dicho por Slim era la neta del análisis político.
No hay consenso mexicano ni mundial sobre el significado de la expresión populismo. Esta palabra quiere decir muchas cosas, según el momento y el lugar de que se habla. No es éste el espacio para explicar, de acuerdo con diversos teóricos, los diferentes significados de populismo en Estados Unidos, en Europa occidental antes de la Segunda Guerra Mundial y después de ésta, en América Latina, en los países de orientación socialista (cuando existía), en no pocos países africanos y en India en los tiempos de Gandhi.
Cualquiera puede leer un buen diccionario de política e ilustrarse al respecto. Encontrará, esto sí y sin lugar a dudas, que populismo quiere decir muchas cosas. Quizá por esto es que Enrique Iglesias, el del Banco Interamericano de Desarrollo, dio muestras de mesura al decir que no ve riesgos de populismos en América Latina. En lo que sí se equivocó fue en considerar que el populismo sea necesariamente un riesgo, Ƒpara quién?
Ningún populismo en América Latina, en Estados Unidos o en Europa occidental ha sido contrario al capitalismo, por lo que éste, para sus defensores, no estaría en riesgo con el populismo, no con las formas que ha adoptado a lo largo del siglo XX en estos países y desde antes en Estados Unidos. Pueden dormir tranquilos. El populismo es, además de muchas cosas, contrario al socialismo, aunque en ocasiones haya sido utilizado por dirigentes que se han denominado socialistas (sobre todo en regímenes totalitarios en los que se ha preferido hablar de pueblo como una abstracción conveniente que de clases sociales y de pluralidad).
Lo que Fox quiere ver como populismo, con signos negativos, es también lo que él ha propuesto al mismo tiempo que ha hecho un llamado a cerrarle el paso al populismo: mantener la unidad del país (de la nación, como si en ésta no hubiera grandes diferencias) y lograr el bienestar de los mexicanos (que ha sido, en todos los países donde ha habido populismo, una de las frases más comunes y socorridas, aunque se haya hecho lo contrario).
La unidad nacional ha sido argumento de fascistas y nazis, del estalinismo en los tiempos del "socialismo en un solo país", de Bush ante la "amenaza del terrorismo" y de la integridad del imperio que preside, de todos los gobiernos, en fin, cuando han querido magnificar las amenazas del exterior, aunque éstas sean reales. Pero ha sido argumento también de quienes postulan el desarrollo nacional (y lo que esto implica en términos de distribución de la riqueza) y no la subordinación de la economía y de la población trabajadora de un país a los intereses de las empresas trasnacionales que hoy dominan el mundo con el apoyo de las fuerzas militares y "diplomáticas" de las grandes potencias.
Si la idea es calificar a López Obrador de populista, mejor será que se inventen otra etiqueta. En lo único que el gobernante del Distrito Federal ha sido populista es en sus reiterados llamados al pueblo para apuntalar su legitimidad como jefe de Gobierno electo por el pueblo, es decir, por la mayoría de la población. Pero Ƒqué gobernante escapa de este expediente? ƑNo ha invocado Fox el número de votos que obtuvo para referirse a su legitimidad como gobernante? ƑNo lo hizo Zedillo en varias ocasiones? Hasta Porfirio Díaz se inventaba elecciones para legitimar su dictadura, y no fue el único en América Latina. Hugo Chávez ha recurrido a la misma táctica en Venezuela, Ƒy qué otra opción tenía cuando amplios sectores de empresarios en connivencia con el gobierno de Estados Unidos querían (y quieren) quitarlo del poder a como dé lugar?
La legitimidad en un régimen democrático se busca donde se tiene el apoyo si éste es mayoritario. Porque si es minoritario no es democrático: el poder del pueblo y para el pueblo es la democracia en su riguroso sentido político. Recurrir a la sanción del pueblo, entendido éste como la mayoría de la población, no es populismo. ƑNo hizo un plebiscito Pinochet en 1988 para saber si se quedaba o se iba? Y un plebiscito es precisamente, como su etimología lo indica, recurrir a la aprobación o no del pueblo, de la mayoría de éste. Y no creo que haya alguien que se atreva a calificar al ex dictador chileno de populista.
Una conclusión, entre otras muchas posibles: los empresarios y los gobernantes de empresarios para empresarios no saben de ciencia política y, lo que es peor, hablan por hablar cuando la prudencia es, en estos momentos, un imperativo para no degradar más la política.
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