México D.F. Jueves 30 de septiembre de 2004
Revocarlo sería aceptar el empleo de
proyectiles letales contra migrantes, argumenta
Derbez: seguirá vigente el acuerdo con EU sobre
uso de balas de goma
GEORGINA SALDIERNA Y ANDREA BECERRIL
El
secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, advirtió
ayer a senadores que el gobierno federal no revocará el acuerdo
con Estados Unidos que permite el uso de balas de goma contra los migrantes.
"No podemos equivocarnos: renunciar a este programa significaría
promover el uso de balas reales contra nuestros connacionales", argumentó.
En apoyo a esa tesis sostuvo que en México, de manera especial en
el Distrito Federal, la policía utiliza este tipo de armas no letales,
entre ellas agentes químicos, en la detención de delincuentes.
El senador priísta Rubén Zarazúa
Rocha lamentó que el canciller haya recurrido a tal argumentación,
pues eso es tanto como aceptar que todos los mexicanos que tratan de cruzar
a Estados Unidos en busca de trabajo "son delincuentes y criminales en
potencia. Eso resulta más triste y lamentable".
Durante las cuatro horas y media que duró su comparecencia
ante las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado, el canciller fue
cuestionado sobre este tema, y aunque la bancada panista trató de
arroparlo, no pudo librarse de las duras críticas de los legisladores
del PRI, quienes calificaron la política exterior de Vicente Fox
como "ambigua, difusa y sin claridad en sus prioridades".
El senador priísta César Camacho Quiroz
de plano le dijo que la conducción de la política en materia
internacional "está norteada, no sólo porque únicamente
ve hacia el norte, sino también porque están perdidos, extraviados".
El tema central que hizo caer en contradicciones a Derbez
fue el referido a la anuencia del gobierno foxista para que la Patrulla
Fronteriza estadunidense utilice las llamadas armas no letales contra los
indocumentados.
El gobierno no avala la violencia
Durante su intervención inicial, el secretario
de Relaciones Exteriores señaló que "el gobierno de México,
bajo ninguna circunstancia y en ningún momento, avala el uso de
cualquier tipo de violencia en contra de nacionales mexicanos".
Advirtió que rechazar el uso de armas no letales
en la frontera significa fomentar "el uso de balas reales contra nuestros
connacionales".
Derbez insistió en que ese programa no está
diseñado "como una acción ofensiva para detener la entrada
de mexicanos a territorio estadunidense", sino única y exclusivamente
para repeler una posible agresión física contra los agentes
fronterizos.
Sin embargo, el senador perredista Armando Chavarría
lo cuestionó sobre ese mismo punto y le preguntó si revisarán
ese acuerdo, que vulnera los derechos humanos de los migrantes.
El canciller respondió que el gobierno foxista
no firmó ese convenio, que proviene del sexenio de Ernesto Zedillo:
"Lo que la actual administración hizo fue llegar a un acuerdo para
que no se usaran armas letales". Reveló que está trabajando
ya con el gobierno de Estados Unidos para que no se use gas pimienta, sino
algún otro tipo de instrumentos.
El priísta Sadot Sánchez Carreño,
quien un día antes propuso ante el pleno del Senado que se lleve
a juicio político al canciller en caso de que no se revoque el uso
de balas de goma, hizo notar que sí hay un acuerdo suscrito por
el actual Ejecutivo, como consta en comunicados de la propia Secretaría
de Relaciones Exteriores.
Asimismo, el también presidente de la Comisión
de Derechos Humanos del Senado recalcó que no ha habido un cambio
real en la conducta de los integrantes de la Patrulla Fronteriza, quienes
además de las balas de goma siguen utilizando armas de alto calibre
y otras no letales, como las piedras que arrojaron recientemente en contra
de tres mujeres que perecieron ahogadas en el río Bravo.
Sánchez Carreño preguntó también
si hay la intención de revocar el acuerdo. El canciller, de inmediato,
lo negó. "Rechazarlo o revocarlo como convenio total sería
un error, porque contiene una serie de códigos de conducta para
el comportamiento de la Patrulla Fronteriza", argumentó.
El canciller aclaró que lo que se está negociando
con el gobierno de Bush es el uso de otras armas no letales, aunque reconoció
que el asunto de las piedras "me complica la vida", porque pueden convertirse
en armas letales, como sucedió con las tres connacionales que perecieron
en el río Bravo.
Para tratar de aclarar su postura señaló
después que el tema central no es el de las armas en sí,
sino el comportamiento de los integrantes de la Patrulla Fronteriza, pero
se enredó más cuando en otra intervención Rubén
Zarazúa Rocha retomó el tema y le dijo que no se puede aceptar
que al mexicano "se le agreda de palabra, y menos físicamente, porque
es como alguien que mata y quiere defenderse diciendo: 'yo le tiré
quedito'".
El funcionario sacó una tarjeta y comenzó
a leer: "el uso de armas no letales en México es aceptado por diversas
corporaciones en nuestro país. Tan es así que la Comisión
de Derechos Humanos del Distrito Federal emitió un manual de principios
básicos para el uso de la fuerza dirigido a la Policía Preventiva
y Judicial de la ciudad de México".
Este documento, añadió, establece el uso
de técnicas de control para la detención de sospechosos.
"Conste que muchos de ellos son mexicanos, además de que incluye
una tabla con la escala racional de empleo de la fuerza en la cual se prevé
el uso de armas no letales por las autoridades".
Leyó varias escalas que pueden usar los policías
de acuerdo con la peligrosidad de los detenidos, entre ellas presión
física o golpes que provoquen dolor intenso, fuerza no mortal, agentes
químicos, armas contundentes u otras. Insistió en que este
manual fue entregado a unos 30 mil policías capitalinos en enero
de 2003 y resaltó que hay una empresa de seguridad privada que utiliza
balas de pimienta en Guerrero y en otras entidades.
"Parecería que se considera correcto el empleo
de armas no letales en México, pero no así en Estados Unidos",
expuso. Fue entonces cuando el senador Zarazúa le dijo que es lamentable
que se equipare como delincuentes a "pobres hambrientos" que van en busca
de trabajo al vecino país del norte.
Al final, los asesores de Derbez le pasaron una carta
del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, en la cual responden
a su "preocupación" por el asunto de las balas de goma. "Ello prueba
que ya estamos platicando con ellos", subrayó, y se congratuló
de que el escrito hubiera llegado justo cuando lo cuestionaban sobre el
punto.
"Dios nos ayuda en estas cosas", comentó, como
para tratar de distensar el ambiente, que por momentos fue tan pesado que
lo orilló a equivocarse con el nombre del Dalai Lama.
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