México D.F. Miércoles 29 de septiembre de 2004
Versión de que fueron contratados en dos estados para asesinar policías municipales
Trasladan a la capital a 17 presuntos pistoleros miembros del cártel de Sinaloa
CARLOS FIGUEROA, MARTIN SANCHEZ Y JAVIER VALDEZ, Y GUSTAVO CASTILLO CORRESPONSALES Y REPORTERO
Los 17 pistoleros presuntamente a las órdenes del cártel de Sinaloa que fueron detenidos el pasado lunes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fueron trasladados ayer al Distrito Federal por personal del Ejército Mexicano y de la Subprocuraduría de Investigaciones Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Mexicana.
Para efectuar el traslado fue necesario el uso de 25 vehículos militares y la participación de 80 soldados y 40 agentes de los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales, quienes prácticamente tomaron el aeropuerto de la ciudad fronteriza durante dos horas. Usuarios y reporteros que entraban o salían de esa terminal aérea, al igual que sus vehículos, fueron sometidos a exhaustivas revisiones.
En la ciudad de México, Rafael Macedo de la Concha, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), informó que los detenidos ya fueron puestos a disposición de la SIEDO y que ésta realiza las investigaciones para determinar la situación jurídica de estas personas.
Esposados y con el rostro cubierto con sus propias camisas, los presuntos sicarios fueron bajados del camión militar que los trajo desde el cuartel Macario Zamora al aeropuerto internacional de Nuevo Laredo, donde fueron subidos al avión que los trasladó a la capital del país.
Junto con ellos también fueron enviadas las 38 armas largas, entre ellas AK-47, AR-15, una escopeta calibre 12 y un fusil M-14, además de cargadores, 12 lanzagranadas, 18 granadas de humo, una granada defensiva y más de 10 mil balas útiles de diferentes calibres.
Los 17 detenidos y la persona que se suicidó para evitar su detención conformaban una célula del cártel de Sinaloa, que encabeza Joaquín El Chapo Guzmán Loera y sus operadores Ismael Zambada García y Arturo Beltrán, se afirma.
Una fuente extraoficial indicó que los detenidos fueron contratados en Sinaloa y Durango por Edgar Valdez Villarreal y Lucio Martínez Manríquez, con la finalidad de asesinar a policías municipales.
De su lado, la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas investiga al ex alcalde de Nuevo Laredo, el priísta Arturo Cortez Villada, debido a que es suya la propiedad que utilizaban como casa de seguridad los gatilleros que el lunes emboscaron a policías municipales de esa localidad.
El procurador de Justicia de Tamaulipas, Ramón Durón Ruiz, no descartó el involucramiento del ex edil Cortez Villada en las líneas de investigación que se siguen en relación con estos homicidios.
Posible venganza
En la ciudad de México, fuentes oficiales indicaron que una de las principales líneas de investigación que la PGR abrió en torno a este caso tiene que ver con la posible venganza del cártel de Juárez por la muerte de Rodolfo Carrillo Fuentes, ocurrida el 11 de septiembre en Culiacán, Sinaloa.
Por su parte, la Procuraduría de Justicia de Sinaloa abrió una averiguación previa en contra del ex comandante de la Policía Ministerial del estado Pedro Pérez López, y del agente investigador Ovidio Plata, por presuntas violaciones a la Ley de Servidores Públicos, derivadas de su condición de presuntos protectores del narcotráfico.
José Luis Leyva Rochín, director de Averiguaciones Previas de la procuraduría sinaloense, informó que la indagatoria 31/2004 contra estos agentes ministeriales se originó porque ambos servían como escoltas del narcotraficante Rodolfo Carrillo Fuentes, asesinado el 11 de septiembre, y seguían cobrando como agentes de la Policía Ministerial, además de que contaban con armas de cargo, equipo de comunicación e identificaciones oficiales.
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