México D.F. Miércoles 29 de septiembre de 2004
Esa suma representa la mitad de las remesas de trabajadores migratorios en EU
Las bandas de polleros podrían tener utilidades de 8 mil mdd este año
NOTIMEX
Nogales, Arizona, 28 de septiembre. Las utilidades que obtendrán las bandas de traficantes de personas este año podrían sumar 8 mil millones de dólares, lo que representaría la mitad de las remesas hechas por trabajadores migrantes a México calculadas para 2004, reveló un estudio del Consejo Nacional de Población (Conapo).
De acuerdo con el organismo, los coyotes llegan a cobrar de mil a 2 mil dólares por "pasar" a las personas en los puntos fronterizos y dejarlos del otro lado (en territorio estadunidense).
Ante el crecimiento de esta práctica, la Patrulla Fronteriza ha tenido que sacar de sus archivos las estrategias que se utilizaron a mediados del siglo pasado, cuando la mafia italiana sentó sus centros de operaciones en territorio estadunidense.
El vocero de la Patrulla Fronteriza en Nogales, Arizona, Andrés Adame, aseguró que los traficantes de personas han conformado una verdadera mafia que debe combatirse mediante estrategias policiales más sofisticadas, pues su crecimiento es evidente y sus ganancias millonarias.
El funcionario dijo a Notimex que los grupos de polleros mantienen una organización bien articulada que trasciende las fronteras de países e incluso de continentes, donde obtienen cuantiosas sumas de dinero a costa de quienes buscan mejores condiciones de vida y que muchas veces encuentran la muerte. La estructura de esas bandas, que muchas veces se entretejen y que podrían formar una sola con ramificaciones múltiples para el caso de los migrantes mexicanos, es una de las más sencillas, pues se compone de tres pasos básicos, subrayó.
Detalló que un grupo de personas recluta a los interesados, por lo que acude a los principales municipios expulsores de trabajadores en entidades como Michoacán, Guerrero, Zacatecas, estado de México, Oaxaca y Chiapas. Ahí ofrecen sus servicios y mediante engaños les prometen reunirlos con sus familiares, que se encuentran en Estados Unidos, con pagos que varían de mil a 5 mil dólares.
Ellos se encargan de trasladarlos por todo el territorio nacional y al llegar a la frontera "los venden al segundo eslabón de la cadena", que son quienes "los cruzan" y los llevan hasta Phoenix, Arizona, para de ahí distribuirlos por el país del norte.
Ya adentrados en territorio estadunidense, los migrantes son vendidos de nueva cuenta en Phoenix, donde son escondidos en casas de seguridad en espera de un nuevo comprador, que por lo generales el empleador de los trabajadores migratorios.
De esta manera, añadió, los polleros no se arriesgan a pasar con los migrantes de un país a otro; no obstante, obtienen sus ganancias en sus respectivas áreas de acción hasta que un connacional llega a su destino.
Andrés Adame señaló que "no hay pollero confiable" por más viajes que haya cumplido en los términos prometidos, pues llegará el momento en que se vea en peligro y antes de caer preso abandonará o lanzará a la muerte a sus víctimas.
En otros casos, por mil dólares los polleros enganchan a grupos de migrantes desde Hermosillo y Nogales, Sonora, a quienes mediante engaños les aseguran que solamente caminarán seis horas por el desierto y llegarán a Tucson sin ningún problema.
Es ahí donde la historia de muerte y sufrimiento comienza, ya que tan sólo para trasladarse de Altar al Sásabe tienen que caminar por una brecha a lo largo de dos horas en vehículo; en dicho tramo los polleros de la zona cobran 25 pesos por llevarlos.
La mentira llega a tal grado que la Patrulla Fronteriza ha encontrado a madres de familia caminando por el desierto con los pies destrozados, ya que las altas temperaturas superiores a los 40 grados centígrados ocasionan llagas en los pies.
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