México D.F. Miércoles 29 de septiembre de 2004
Científicos, sindicatos, artistas y ONG
luchan por sacar del gobierno a la "ultraderecha"
El movimiento anti-Bush en EU, factor decisivo en la
campaña de John Kerry
Campaña por los estados claves de la elección
para promover el "voto por el cambio"
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 28 de septiembre. Son
millones. Es el arma secreta de Kerry, y bien podría ser el factor
decisivo de su campaña y de esta contienda electoral. Pero no es
de Kerry. Es el gran movimiento anti-Bush que ha surgido en este país
para "retomar" el gobierno secuestrado por una "junta ultraderechista".
El contrincante oficial del presidente George W. Bush
es el candidato demócrata John Kerry, pero el opositor real es un
amplio y diverso movimiento de resistencia contra el ocupante de la Casa
Blanca que incorpora a generales y punks, agentes de la Agencia
Central de Intelgencia (CIA) y Bruce Springsteen, George Soros y trabajadores
de limpieza, científicos premio Nobel y estudiantes de preparatoria,
en lo que podría ser la manifestación social más amplia
de las últimas décadas contra un candidato a la presidencia.
Aunque
una encuesta del Washington Post publicada hoy confirma que Bush
sigue gozando de una pequeña pero sólida ventaja (51 por
ciento contra 45 por ciento) entre votantes probables, la mayoría
de los analistas señalan que este nuevo movimiento anti-Bush podría
ofrecer a Kerry un margen suficiente como para ganar la elección.
Caravanas de voluntarios viajan por todos los estados
claves de esta elección empadronando a cientos de miles de nuevos
votantes promoviendo el voto contra Bush. Ejércitos de sindicalistas,
ambientalistas, estudiantes, hippies, yuppies, artistas, maestros,
veteranos de guerra, defensores de derechos civiles y más inundan
el país con campañas para sacar a Bush de la Casa Blanca.
El Partido Demócrata siempre ha desplegado a sus
bases (sindicatos, minorías, mujeres) para promover el voto, pero
lo novedoso esta vez es la masiva participación de ciudadanos que
no son militantes de ese partido, ni necesariamente simpatizantes de su
candidato Kerry, sino que más bien tendrían que ser identificados
como integrantes de un movimiento popular anti-Bush.
Algunos de los ejes de este nuevo movimiento son ONG independientes
dedicadas a promover el voto y la educación electoral (por ley,
no pueden hacer campañas en favor de un candidato o partido). Organizaciones
nacionales con millones de miembros como Moveon.org y Americans Coming
Together, Hip Hop Summit, punkvoter, y decenas de grupos locales están
financiando campañas publicitarias, kioscos para empadronar a la
gente, brigadas de voluntarios para animar a nuevos votantes, fiestas y
conciertos. Este movimiento ha empleado como nunca antes la red de Internet
para la movilización política. Como resultado, por primera
vez desde hace 50 años cuando la televisión se convirtió
en factor clave en la arena electoral, una nueva tecnología tendrá
impacto nacional sobre la vida política estadunidense.
Junto a todo esto, hay una galaxia de estrellas que participan
en
promover el "voto por el cambio". Esta semana iniciará una serie
de giras musicales en estados decisivos para la elección nacional
encabezados por Bruce Springsteen, Dave Matthews y otras estrellas. Michael
Moore empezó una gira por 60 ciudades en esos mismos estados para
promover el voto por un cambio de régimen en Washington, y ha ofrecido
exhibiciones gratuitas de su película Fahrenheit 9/11 y becas
para la universidad donde el número más grande de estudiantes
se compromete a votar por el cambio.
Nueva agrupación
Esta semana se anunció la creación de otro
grupo independiente para promover un cambio de residente en la Casa Blanca:
"Científicos e ingenierios por el cambio" es una agrupación
opositora a las políticas de Bush que incluye a 10 premios Nobel
(entre los cuales figuran algunos de los 48 ganadores del Nobel que han
endosado a Kerry). Unos 25 científicos del grupo iniciarán
esta semana una gira por 10 estados claves para criticar la nula atención
y manipulación de la información científica en las
políticas adoptadas por Bush. Douglas Osheroff, profesor de Física
en Stanford, declaró en conferencia de prensa telefónica
que con sus pláticas en varias partes del país espera "convencer
a la gente de que este gobierno no está haciendo una tarea adecuada,
que no está escuchando a los científicos (sobre temas de
energía, ambiente, desarrollo, etc.)". Vinton G. Cerf, otro integrante
y uno de los arquitectos de Internet en los años 60 y 70, dijo que
es republicano, pero que participa en este esfuerzo para promover un debate
sobre ciencia y tecnología en la arena política. Pero Cerf
no ocultó su deseo político al reconocer que el nombre de
la nueva agrupación tenía la palabra cambio. "Bueno, ¿qué
se imaginan que queremos cambiar?"
Por otro lado, el financiero multimillonario George Soros
anunció hoy, acompañado del general Wesley Clark, que realizará
una gira por 10 o 12 ciudades para hablar con empresarios, republicanos
moderados y otros grupos para presentar sus argumentos contra Bush. Continuando
con su crítica sobre la guerra contra Irak y las políticas
antiterroristas del presidente, Soros informó que continuará
difundiendo el mensaje anti-Bush.
Cientos de personas usaron parte de sus vacaciones de
verano para participar en caravanas que cruzaron el país pasando
por los estados claves en la elección con la intención de
promover el voto en general, pero con el propósito poco implícito
de sacar a Bush de la Casa Blanca. Se organizan cada semana caravanas desde
estados ya decididos -donde la tendencia del voto ya está definida
por uno u otro candidato- a estados considerados "indecisos" para empadronar
a gente y promover el voto contra Bush.
Estos esfuerzos, junto con la movilización electoral
tradicional del Partido Demócrata, son novedosos por sus dimensiones.
Es arma secreta en el sentido de que las encuestas no registran esta tendencia,
ya que casi todos los sondeos se realizan sobre dos universos del electorado;
los ya empadronados con teléfonos fijos (no celulares) y el mundo
más limitado de "votantes probables" que son los que ya han participado
en las urnas anteriormente. Los cientos de miles de recién empadronados,
los jóvenes que no tienen teléfonos fijos registrados a su
nombre (porque usan celulares o por vivir con sus familias) no han sido
detectados por las encuestas. El hecho de que el margen de triunfo en muchos
estados en la última elección se definió por unos
cuantos miles y, como en Florida, unos cuantos cientos, la presencia de
decenas o cientos de miles de nuevos votantes empadronados podría
ser la gran sorpresa en esta elección.
Un análisis realizado por el New York Times
demuestra algunos resultados de estas iniciativas en los estados críticos
de Ohio y Florida. Nuevos empadronamientos en zonas que favorecen a los
demócratas se incrementaron en más de 250 porciento sobre
el año electoral de 2000 en Ohio, mientras que sólo se elevaron
25 por ciento para los republicanos. En Florida, el incremento de empadronamiento
en zonas demócratas fue de 60 por ciento mientras que fue de sólo
12 por ciento para los republicanos.
Steve Rosenthal, director de Americans Coming Together,
comentó al Times: "creo que lo que está ocurriendo
en las calles, debajo del radar, es lo que será la gran diferencia
el día de las elecciones". Señaló que su grupo y otros
más lograrán empadronar a 2 y medio millones de nuevos votos
pro-demócratas a nivel nacional. Pero empadronar es sólo
uno de dos pasos fundamentales. Estos grupos tendrán que asegurar
que los recién empadronados se presenten por primera vez en sus
vidas a las casillas. Y es aquí donde es casi imposible pronosticar
si estos grandes esfuerzos rendirán fruto. Por lo tanto, desde ahora
estos diversos grupos y figuras inician esta etapa final que culminará
en poco más de un mes: movilizar al nuevo electorado.
Esto podría ser más difícil de lo
deseado, ya que la motivación es sacar a Bush más que un
gran entusiasmo por su contrincante. Como decía el activista popular
texano Jim Hightower: "Si los dioses deseaban que votáramos, nos
hubieran dado candidatos". Amplios sectores tienen esta queja, y no están
muy entusiasmados por las opciones que enfrentan en esta elección.
A la vez, vale señalar, claro, que los republicanos
también están movilizando el voto y realizando campañas
de empadronamiento en distritos electorales que contienen altas concentraciones
de personas que favorecen al presidente. Pero el esfuerzo anti-Bush tiene
proporciones y características que abren un nuevo terreno para la
disputa electoral en este país. Todo lo demás -los esfuerzos
tradicionales de movilización de las bases políticas de cada
partido- no sorprende. Lo que ocurre aquí es que nace un nuevo actor
político que no se identifica por simpatía o afiliación
partidaria, sino por un acuerdo en común de que este país,
y este mundo, está en peligro y ese peligro se llama Bush.
Este movimiento anti-Bush -más bien, constelación
de diversas iniciativas- mostrará su fuerza real el 2 de noviembre.
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