México D.F. Miércoles 29 de septiembre de 2004
Abogan empresarios por métodos de consulta
dado el entorno de "descomposición"
Urge más activismo político de la sociedad
ante el desencanto: CCE
Primer ministro y reglamentación de medios, alternativas
debatidas en el foro de San Lázaro
ROBERTO GARDUÑO, ENRIQUE MENDEZ Y JOSE ANTONIO
ROMAN
Las
dificultades y los tropiezos del régimen democrático han
generado en los años recientes "un sentimiento de frustración
y desencanto en la sociedad". Al abogar por el plebiscito, el referendo
y la iniciativa popular como mecanismos eficaces de participación
ciudadana, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José
Luis Barraza, auguró un clima de inestabilidad que puede derivar
en "problemas de gobernabilidad" si no se modifican las bases de la competencia
política.
La convocatoria de la Cámara de Diputados y de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para analizar
y proponer lineamientos conducentes a la eficaz gobernabilidad democrática
produjo en San Lázaro una serie de cuestionamientos al régimen
neoliberal "que carece, por naturaleza, de equidad", como expuso el ex
secretario David Ibarra.
En el contexto de la crítica política se
abordó la creciente influencia de los medios masivos de comunicación,
porque al abandonar su "quehacer de esparcimiento" y "convertirse en ejes
de la democracia", están obligados a someterse al espectro de la
reglamentación.
Una vez que el gobierno de Vicente Fox ha puesto en boga
el tema del populismo como el enemigo número uno del sistema neoliberal,
representantes de distintos credos e ideologías se sumaron al coro
oficial, entre ellos el dirigente del empresariado mexicano, José
Luis Barraza, para quien es absurdo decir que esa forma de hacer política
puede reimplantarse en México, porque está claramente vigente.
Para el vocero del grueso de los empresarios mexicanos,
la forma más eficaz de enfrentar el populismo es la participación
de la sociedad en su entorno político-económico. Y es que
con el transcurrir de los años, de cuando ganó Vicente Fox
a la fecha, la ciudadanía observa que la inmovilidad, el estatus
quo y los enfrentamientos continuos entre actores políticos prosiguen.
La fórmula enunciada por el empresario para allanar
el camino de los acuerdos implica la sustitución de un modelo de
negociación que transite del interés de los actores y grupos
particulares a aquel donde se impongan las instituciones del Estado.
"Sin un marco institucional adecuado, las posibilidades
de responder apropiadamente a las expectativas y demandas de la sociedad
son limitadas, mientras que las bases de la competencia política
son inciertas y generan un clima de inestabilidad que puede derivar en
problemas de gobernabilidad", expuso.
De tal forma, la clave de la democracia, insistió
Barraza, se encuentra en la capacidad de la sociedad civil organizada para
incidir de manera eficaz y responsable en la definición de los asuntos
públicos. En ese momento planteó la idea que maduró
el empresariado sobre la participación de la sociedad, tendiente
a enfrentar la descomposición política en México:
"Existen distintos mecanismos formales de participación
ciudadana: el plebiscito, referendo e iniciativa popular, para hacer de
ellos mecanismos eficaces de participación ciudadana, y por ende
instrumentos de fortalecimiento democrático. Es necesaria la construcción
de un marco normativo que estipule con claridad cuándo y bajo qué
condiciones pueden operar, así como el grado de obligatoriedad que
implican."
El factor prensa
Uno de los temas centrales en las exposiciones de los
participantes fue la urgencia de acotar los medios de comunicación.
Socorro Díaz, diputada perredista, reconoció que la mayoría
de los ciudadanos en el país forman su criterio político
por los mensajes emitidos por la prensa escrita, con mayor profundidad,
y en la radio y la televisión.
Por tal razón, la reforma política en México
deberá contener, como uno de sus lineamientos básicos, "la
reglamentación en materia de acceso de los partidos a los medios
de comunicación, como un paso necesario que abrirá el debate
sobre el funcionamiento de instituciones de interés público",
expresó.
Antes, el director general de El Universal, Juan
Francisco Ealy Ortiz, refirió que la libertad de expresión
se inscribe en un listado de garantías que deben mantenerse para
fortalecer la democracia: "En este punto no podemos hacer ninguna concesión
al poder público. Hablamos del ejercicio de derechos humanos irrenunciables.
La actuación de los órganos del Estado debe dirigirse a la
creación de condiciones objetivas jurídicas e institucionales
para garantizar que el ejercicio de las libertades no será violentado
ni impedido".
Jefe de gabinete, una opción
Al iniciarse la segunda jornada del foro, el perredista
Cuauhtémoc Cárdenas expuso que la esencia de la reforma política
debe ser la democratización del Poder Ejecutivo.
"Considerando que el régimen presidencialista del
país está agotado, que no responde a las necesidades que
impone una buena conducción política, estimo que debiéramos
orientarnos a establecer un sistema semipresidencial, en la modalidad de
un gobierno de gabinete."
Cárdenas se sumó a la idea imperante en
el foro de impulsar el establecimiento de la figura de jefe de gobierno,
primer ministro o jefe de gabinete.
"Cada uno tiene un origen distinto: si bien en el origen
del jefe de gobierno coinciden la confianza del Ejecutivo y la de la mayoría
parlamentaria, en la práctica la permanencia de éste en el
cargo depende casi exclusivamente de esa mayoría. En las experiencias
conocidas de este sistema, el jefe de Estado mantiene una relación
no conflictiva con los dirigentes de los partidos y favorece el compromiso,
la negociación y la moderación de las fuerzas en pugna, y
tiene como función primordial garantizar el funcionamiento regular
de las instituciones, encargándose de manera directa de la política
exterior, la justicia y las fuerzas armadas.
"El jefe de gabinete o de gobierno, por su lado, tendría
entre sus funciones coordinar la acción de los miembros del gabinete,
llevar la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, coordinar
el debate de los asuntos de relevancia para el gobierno, y cuidar que sus
miembros rindan cuentas regularmente".
Necesaria, una "cirugía mayor"
En medio de la pluralidad del foro, José Woldenberg,
ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), manifestó
que México vive una cierta normalidad en la materia al contar con
un sistema de partidos fuertes y otro que garantiza contiendas legales,
libres y equilibradas.
En el escenario de la medianía electoral consideró
que la nueva agenda política no debe centrarse en los problemas
de la expresión, recreación y representación de la
pluralidad, sino en aquellos mecanismos capaces de forjar las mayorías
que requiere el funcionamiento del Poder Legislativo, y de atender los
grandes problemas nacionales.
Woldenberg explicó: "Quienes plantean como solución
la segunda vuelta para la elección presidencial se equivocan en
el diagnóstico. Arribar a la Presidencia con menos de 50 por ciento
de los votos no representa un déficit de legitimidad (el caso del
presidente Fox es elocuente). Tampoco será con recetas nostálgicas
o con añoranzas del autoritarismo como se podrán afrontar
los nuevos retos; el problema se encuentra en otro lado, en la falta de
respaldo que el gobierno tiene en el Congreso. Por ello, porque para gobernar
se requiere de una mayoría estable en el Legislativo, hay que pensar
en una cirugía mayor. En esa dimensión quizá puedan
encontrarse las claves para la necesaria gobernabilidad democrática".
En su turno, el obispo Antonio Chedraoui convocó
a una reforma justa del sistema judicial que le proteja de la influencia
de los políticos, para que éstos "no lo usen como su juguete".
A decir del prelado, en el Congreso no todos son abogados ni todos son
imparciales, porque como grupos legislativos esperan las indicaciones o
las inspiraciones.
Por su parte, el actual presidente consejero del IFE,
Luis Carlos Ugalde, manifestó que para el instituto las reformas
de procedimientos de organización electoral y la regulación
de precampañas son fundamentales. "El gran reto de la democracia
mexicana es combinar pluralismo con gobernabilidad: ésta es indispensable
para que los gobiernos den los resultados que la ciudadanía demanda,
y así evitar el deterioro social; la democracia es un instrumento
para los buenos gobiernos, y en México no hemos logrado transformar
las elecciones en el mecanismo para garantizarlos y que rindan cuentas
de sus actos".
El diputado priísta Alberto Aguilar Iñárritu
aceptó que las fuerzas político- electorales no se han concentrado
en la construcción de los métodos de modernización
democrática de un sistema "que sustituya a las viejas formas autoritarias,
que por fortuna ya no funcionan".
David Ibarra, ex secretario de Hacienda, criticó
con dureza el neoliberalismo, que conduce a debilitar las relaciones sociales,
por su naturaleza de desigualdad, al generar la dicotomía de mayor
pobreza frente a la concentración de la riqueza. Por tal razón,
ante la fuerza inexorable del mercado mundial, es imprescindible la política
social.
"La reforma del Estado debiera asegurar que los objetivos
sociales, junto a los de estabilidad y crecimiento, formen parte indisoluble
de las políticas públicas. Hay que aprender a practicar la
justicia social o económica en un mundo contingente e imprevisible."
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