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México D.F. Martes 28 de septiembre de 2004
Critica obispo de la Luz del Mundo brevedad de campañas en favor de la tolerancia
El gobierno foxista carece de política de Estado en religión, expresan en foro
JOSE ANTONIO ROMAN
El gobierno del presidente Vicente Fox carece de una política de Estado en materia religiosa y, contrario a lo que marca la ley, las Iglesias no reciben trato igualitario, además de que tampoco se percibe un esfuerzo serio desde la esfera gubernamental por fomentar una cultura de tolerancia y respeto a la pluralidad religiosa.
Lo anterior se dijo ayer en el quinto Foro por la Preservación del Estado Laico, organizado por la Iglesia Luz del Mundo, el Centro de Estudios de Religiones en México (CEREM) y el Grupo Vallarta, en el que, aun cuando se reconoció que en los últimos años el país ha avanzado en materia de respeto a las libertades religiosas, todavía falta mucho camino por recorrer.
En su intervención, el especialista en temas religiosos Roberto Blancarte, del CEREM, señaló que en realidad las libertades religiosas como las conocemos hoy deberían llamarse "libertades laicas", pues es hasta el surgimiento del Estado laico cuando éstas aparecen y son respetadas por las instituciones conocidas hasta ese momento. Insistió en la enorme trascendencia de valorar la importancia del carácter laico del Estado, que es el garante de las libertades religiosas y de conciencia.
Compromiso con la neutralidad
Por su parte, el director de Normatividad de la Dirección General de Asuntos Religiosos, Francisco Javier Fernández Perroni, invitado al acto, recordó que fue el 25 de septiembre de 1873, hace 131 años, cuando las Leyes de Reforma fueron incorporadas a la Constitución de 1857, con lo cual se instituyó el principio de separación entre Iglesia y Estado, que a la postre se convertiría en elemento esencial en el sistema político.
En el foro, efectuado en el Museo Nacional de San Carlos, el funcionario de la Secretaría de Gobernación se refirió al concepto de laicidad. Dijo que el laicismo supone tolerancia pero reclama algo más que mera aceptación de la variedad religiosa, y que este principio ha de fundarse en un activo compromiso con la neutralidad en materia religiosa. "El Estado debe rechazar cualquier tentación por proteger o promover una creencia. El Estado laico es aquel que rechaza el privilegio a los creyentes de alguna religión en particular, y que rehúsa emplear cualquier elemento confesional para la argumentación de sus encomiendas o la promoción de sus agentes."
Sin embargo, desde el presídium, el obispo Orestes Sánchez, representante legal de la Iglesia Luz del Mundo, hizo una fuerte crítica al papel gubernamental en esta materia. Dijo que si bien el Estado mexicano ha emprendido algunas campañas en los medios masivos de comunicación para promover la tolerancia, éstas sólo se observan "por algún breve tiempo".
Además, dijo que hasta ahora, no se observa la aplicación de una política de Estado en materia religiosa, y que el trato a las asociaciones religiosas evidentemente no es igualitario, al contrario de lo que marcan la ley y la Constitución. "De nada sirve la acuciosa (sic) elaboración de leyes, y los consensos que se tomen para la redacción de reglamentos, si el Estado no observa y tampoco promueve la cultura de respeto a las normas, y si en el peor de los casos es quien las viola flagrantemente", señaló el obispo Orestes, quien insistió en la petición de que el 25 de septiembre sea declarado Día de la Laicidad.
Ante el funcionario de Gobernación, quien guardó silencio ante las acusaciones, incluso en la sesión de preguntas, el ministro de culto agregó que los vicios y flagelos, como la discriminación, azotan a comunidades enteras. "Todavía hay niños que en sus escuelas son obligados a desempeñar actividades que, desde su perspectiva religiosa, les son ajenas", y citó los casos concretos de las fiestas religiosas del Día de Muertos y la Navidad, en las que, de no participar, si ése es su deseo, son objeto de discriminación y desprecio por sus compañeros y maestros.
Al foro, tanto el director de la Facultad Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, Fernando Serrano Migallón, como el escritor Carlos Monsiváis, quienes estaban invitados, cancelaron de última hora, pero enviaron sus respectivas ponencias. El primero, en su texto, hace un recuento histórico del término laicidad, y en especial de los cambios jurídicos en materia educativa en el país; mientras el segundo, en tono irónico, reseña las pretensiones de grupos y partidos políticos por acabar con el laicismo.
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