ASTILLERO

Julio Hernández López

Sastres Unidos SA

Slim, Garza, Iglesias y Fox
Todos (ellos) contra el populismo
Una hipótesis descabellada

AYER COINCIDIERON DOS importantes voces foráneas en incitar a México a que se apresure a realizar reformas estructurales que le permitan la captación de más inversión extranjera y la mejoría de su situación económica. Uno de los aguijoneadores fue Enrique Iglesias, el uruguayo que hace fonomímica apareciendo como principal cantor (con rigurosa partitura estadunidense) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). De paso aprovechó Iglesias, en el contexto de la segunda conferencia interamericana sobre responsabilidad social de la empresa, para informar que el BID prepara un crédito de 2 mil millones de dólares para la precampaña presid..., perdón, para "proyectos sociales" que se desarrollarán el año venidero. En la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), mientras tanto, el comisario de la Casa Blanca para asuntos mexicanos, Antonio (Tony) Garza, espoleó abiertamente al cuaco nativo para que alcance las metas de remozamiento cuando menos en materias laboral, fiscal y energética. El capital es "cínico", dijo el gran Tony, y por ello se corre el riesgo de que, al no ver en México las transformaciones deseadas, los empresarios trasnacionales se vayan con su dinero a otros lados donde mejor los comprendan. Esos obstáculos "a la inversión y a la movilidad laboral" podrían dañar "e incluso destruir los motores del crecimiento", favoreciendo frustraciones y que "la gente perdiera fe en las instituciones públicas", alejándose del "libre mercado" y de la democracia y moviéndose "hacia el tipo de demagogia que con demasiada frecuencia ha sido una plaga en otras naciones, limitando sus horizontes y poniendo en peligro su libertad" (evite el lector darse por ofendido por las palabras del buen Tony, creyendo que son injerencistas, pues el propio embajador gringo advirtió que no debe vérsele inmiscuyéndose en "lo que claramente son asuntos nacionales", sino reproduciendo lo que en pláticas le han dicho algunos "potenciales generadores de empleo". El subsecretario de Relaciones Exteriores, Jerónimo Gutiérrez, avaló la tierna explicación de Garza, advirtiendo que "no hay nada de qué escandalizarse". šUf, qué alivio!)

OTROS DOS ILUSTRES declarantes tuvieron también concomitancia que no debe causar escándalo ni sospecha. El hombre más rico de Latinoamérica y el Presidente de México jugaron al uno-dos al denunciar los riesgos del populismo. Primero fue en Barcelona, durante el Fórum 2004, con un Carlos Garza, perdón, Slim, hablando de los riesgos de que por falta de reformas y de logros económicos y políticos se produzcan "una fatiga social y una nostalgia por el populismo"; Tony Fox, perdón, Vicente Fox, a su vez, dijo mediante un mensaje enviado por video al foro de responsabilidades empresariales que es necesario "demostrar la viabilidad de una economía de mercado socialmente responsable, para cerrar las puertas a propuestas populistas y demagógicas que nos desvían de la verdadera ruta del desarrollo".

EL UNICO QUE DICE que no entiende a quién van dirigidas esas menciones de populismo es justamente el destinatario directo, el jefe de Gobierno capitalino, que se hace el distraído para evitar ponerse un saco que bien sabe le han hecho a la medida. Pero es evidente que cuatro notabilísimos sastres han cortado sospechosismamente una prenda casi idéntica (šun compló indumentario!), que lleva como trazos distintivos los riesgos de los desacuerdos y la falta de reformas, y la amenaza del populismo y la demagogia. šUy, qué mello! Cuatro tijeras importantes decididas a enjaretar a un tabasqueño rejego la creación de temporada, el muy práctico traje de populismo que fortalezca ánimos guerreros en los empresarios, los gringos, el capital asistencial trasnacional (las Iglesias de campanarios en inglés) y el presidente Coca-Cola.

MENOS FACIL ES identificar el cliente al que con sus afanes de moda desean beneficiar los afamados costureros políticos. Una primera lectura haría creer que se trata de apoyar al foxismo decadente, de darle un último aliento de esperanza. Pero, como ha querido decir el embajador Tony (hablando de cinismo, aunque por el contexto de lo expresado habría quedado mejor valerse de términos como rapacidad, codicia, mezquindad o ruindad), los grandes inversionistas no entienden otro lenguaje que no sea el de las ganancias, así es que en ese contexto parecería poco inteligente apostar a quien marcadamente va perdiendo y que no tiene trazas de componerse sino todo lo contrario. Una hipótesis descabellada (y no necesariamente por querer referirse a algún peloncito mexicano que es amigo de la elite estadunidense, en especial del Bush que gobierna, es decir, del papá del actual junior) podría ser que la confluencia de discurso y objetivos de los cuatro tenores de los que se ha hablado antes (Garza, Slim, Iglesias y Fox) tenga como propósito evidente agudizar la descalificación del adversario único, el tal Andrés Manuel, pero, esencialmente, la preparación de un escenario propicio para el retorno al poder de la opción priísta que garantizaría a los intereses empresariales locales y extranjeros una operación política adecuada. šPopulismo no, Ƒretorno del priísmo neoliberal sí?! (šHíjole, qué bonito lema; hasta el hermano Raúl, ya en libertad, podría corearlo!)

DE HECHO, EL PARTIDO tricolor tiene en su mano la auténtica posibilidad de aprobar las tan llevadas y traídas reformas, no del calibre largamente deseado por el soñador de Los Pinos, pero sí lo suficientemente aparatosas como para "hacer ver" a los mexicanos que más vale malo conocido por 70 años que gobierno del cambio que ni siquiera logró darse a conocer. La reconstitución priísta pasa incluso por ese vergonzoso episodio de los fondos comprometidos por el foxismo al sindicato petrolero a pesar del Pemexgate de por sí fallido. šHagan sus apuestas, señores, mientras, en la pasarela, continúan desfilando los modelitos cortados por muy famosos diseñadores políticos!

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