México D.F. Lunes 13 de septiembre de 2004
La cinta será estrenada el 17 de septiembre
en Nueva York y otras ciudades de EU
Un día sin mexicanos busca un díalogo
binacional: Sergio Arau
Abre los ojos, porque no es una presentación
de quejas, dice el cineasta La respuesta del público ha sorprendido,
inclusive es bandera de algunas organizaciones latinas, expresa Yareli
Arizmendi
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 12 de septiembre. Provocar
el diálogo binacional al "hacer visible lo invisible" -los inmigrantes
latinoamericanos- es el objetivo de Un día sin mexicanos, comentan
sus realizadores, y eso se está cumpliendo en diversos puntos de
este país, como en México al ampliarse la distribución
de esta película que se estrenará en Nueva York el 17 de
septiembre.
El director Sergio Arau y la actriz Yareli Arizmendi,
quienes también elaboraron el guión, señalan que se
registra el impacto de la película de diversas maneras: desde el
éxito comercial en California y México, la recepción
y uso de la película por organizaciones latinas y sindicatos, hasta
la ira de grupos antinmigrantes que, por ejemplo, dejaron volantes en autos
estacionados fuera de un cine de Colorado, donde se proyectaba la cinta,
a favor de la expulsión de los indocumentados (casi ofreciendo una
idea para una escena adicional).
Después
de California y México, el 17 de septiembre se estrenará
aquí, en Chicago, San Antonio, Austin y Miami. Ya se exhibe en Denver,
Albuquerque, Phoenix, y Las Vegas y se ha proyectado también en
Houston, Dallas y El Paso. "Uno siempre hace estas cosas con el sueño,
la esperanza, de que alguien lo vea, lo escuche", comenta Arau. "Pero uno
nunca sabe y la verdad sí fue mejor de lo que esperaba", dice sobre
la respuesta del público.
Agregó que había cierta preocupación
sobre la cantidad de público "por el tema, porque era una producción
independiente, poco usual, pero superó las expectativas en México
y en California".
Arau y Arizmendi comentan, en entrevista con La Jornada,
que entre los factores claves en la promoción e impacto de la
película está el apoyo que han mostrado las organizaciones
latinas, las de defensa de inmigrantes, y las del mundo cultural. La película
"abre la discusión sobre los temas de inmigración y de los
latinos desde varias perspectivas", señala Arizmendi. Arau afirma
que "abre los ojos, porque no es una presentación de quejas, se
ofrecen datos, diversas interpretaciones". Informan que el público
no es sólo latino. En Los Angeles, por ejemplo, 40 por ciento de
los espectadores no es de latinos. "Nos sorprendimos en Los Angeles, porque
algunos gringos salían y parecía que de repente descubrían
que había mexicanos y latinos por todos lados, como si no los hubieran
identificado antes.
"Una parte padre es que hemos recorrido este país"
para presentar y promover la obra, dice Arau. "Nos hemos conectado con
gente que jamás nos imaginamos, con todo tipo de organizaciones
y mundos" y con ello hemos descubierto nuevas capas de gente pensante y
comprometida aquí."
Arizmendi agrega que "las organizaciones latinas han agarrado
la cinta de bandera. De alguna manera, hemos abierto el tema; creo que
lo sorprende es que nos atrevemos a decir muchas cosas que no se esperan
de los latinos, son observaciones sobre Estados Unidos, cosas que son netamente
gringas dichas por latinos. Abre la discusión hacia esas
cosas en otros términos, y no sólo lo que se dice que corresponde
al latino".
Respecto de cómo se percibe en México el
tema de la inmigración, Arau dice que se dieron cuenta de varias
cosas. Primero, que desde la firma del TLC se han cerrado fábricas,
se pierde empleo, la industria mediana se destruye ante la presencia de
trasnacionales como Wal-Mart, y con ello "sólo tenemos dos opciones:
buscar trabajo en esas corporaciones extranjeras o irse del país
a buscar empleo (a veces con esas mismas corporaciones)", dice Arizmendi.
Un asunto irónico
Por otro lado, continúa Arau, "el gobierno de Fox
en lugar de reactivar la industria nacional o el campo, los ha abandonado.
La irónico es que ahora somos millones afuera del país y
somos maltratados en México y Estados Unidos. Cuando somos maltratados
en México nadie dice nada, pero cuando ocurre aquí de repente
todos se quejan. Nos tratan mal en todas partes".
Ambos señalan que el modelo en México es
de expulsar a la gente y que los políticos sí quieren las
remesas, pero no que la gente regrese.
"Antes a quienes se cruzaban al otro lado los veían
como traidores, pero ahora todas las familias tienen alguien aquí,
y esto ha cambiado el debate sobre inmigración. Ahora en México
todos quieren saber como se vive del otro lado y eso es diferente a lo
que sucedía hace 10 o 15 años."
Arau consideró que en México existe un tipo
de Alzheimer político y que al parecer a muchos se les ha olvidado
lo que hizo el PRI y que quieren regresarlo al poder. "La bronca de tener
a gerentes en lugar de presidentes es que la política, todo, se
ve como negocio... no importa el problema social, el ciudadano; sólo
lo que deje mas." Arizmendi dice que "ahora si nos estamos portando como
la sucursal de la casa matriz Estados Unidos, y esta sucursal es la que
envía obreros, ya nadie es país o ciudadano, ¿cuál
es el proyecto de nación?"
Respecto de lo que sucede en la película, Arizmendi
comenta que en Estados Unidos "el grueso de la gente ignora de qué
se trata". Se intenta "hacerles entender quiénes son los inmigrantes,
por qué vienen y qué aportan; es para, por lo menos, sensibilizarlos".
Arau dice que en México se conoce mucho más
sobre lo que pasa con los mexicanos en este lado desde hace 10 anos, y
"la película es de alguna forma producto de esto". Es en este contexto
que se busca promover "un diálogo", y que las comunidades de inmigantes
aquí se integren a esa realidad, "perder el miedo", y participar
políticamente para demandar derechos y asumir responsabilidades.
-¿Como artistas y participantes en la realidad
binacional, de qué manera ven la coyuntura aquí?
Arau responde que "si gana Bush, nos va ir peor, porque
va a tener más fuerza. Temo que se vayan contra Venezuela, van a
decir que Bin Laden está allá o algo así". Señala
que el ambiente es como cuando la Proposición 187, antinmigrante.
Lo que les diría a quienes están en México es que
"tenemos que asumir nuestras responsabilidades y cambiar las cosas allá
en serio. Estoy muy angustiado por México; la solución no
es salirse -de hecho, una idea es hacer otra película de un día
con mexicanos en México, o sea, cómo sería si se regresan
todos de aquí".
-La respuesta cultural ante estos momentos de crisis en
ambos países, ¿es algo vivo?
-Sí, porque es de crisis; las crisis alimentan
la creatividad.
La película fue exhibida aquí antes de su
estreno en un acto especial organizado y copatrocinado por el Instituto
Cultural Mexicano de Nueva York, al que fueron invitados periodistas y
trabajadores culturales. El cónsul general de México aquí
Arturo Sarukhán dio la bienvenida a los cineastas y su película.
Recordó que Nueva York es donde se registra el mayor crecimiento
de la comunidad mexicana de Estados Unidos y que esta obra recuerda que
"los mexicanos desempeñan un papel vital en la economía,
sociedad, y cultura de este país, les guste o no (a los estadunidenses)".
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