México D.F. Lunes 13 de septiembre de 2004
Advierte investigador: catástrofe en
10 años si no se aplican nuevas disposiciones
Cada segundo 23 mil litros de agua potable van al desagüe
por las fugas
AGUSTIN SALGADO
El investigador de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) Ramón Domínguez Mora advierte sobre
el riesgo que representa la escasez de agua en el valle de México.
Asegura que de no aplicarse políticas a largo plazo que permitan
el correcto aprovechamiento de ese recurso, en 10 años la situación
"será catastrófica" en la zona conurbada.
Entrevistado en su cubículo de Ciudad Universitaria,
Domínguez Mora afirma que abastecer de agua a una concentración
urbana de más de 18 millones de habitantes es una labor "inmensa",
situación que se complica por las condiciones geográficas
del valle de México, que se encuentra a una altitud superior a 2
mil 200 metros sobre el nivel del mar.
"El
hecho de que estemos en un valle cerrado y cohabitemos millones de personas
en el mismo lugar, con toda la infraestructura urbana que esto representa,
hace que el nivel de recarga acuífera y el escurrimiento captable
no cubran la demanda de agua en el valle de México.
"Es decir, tenemos un déficit importante que lo
cubrimos con las presas del Cutzamala y sobrexplotando el manto acuífero.
La sobrexplotación es, quizá, lo más grave, porque
produce hundimientos que paradójicamente aumentan considerablemente
el riesgo de una gran inundación, como la que sucedió el
16 de septiembre de 1951."
De acuerdo con el investigador, quien participará
como conferencista en el Seminario Internacional del Agua, organizado por
la Universidad de la Ciudad de México y la Comisión Nacional
del Agua, el valle de México recibe cada segundo 72 metros cúbicos
del líquido, es decir, 72 mil litros, de los cuales 42 por ciento
se destina a uso doméstico; 12 por ciento a comercio, industria
y servicios; 14 por ciento a riego y 32 por ciento se desperdician por
las fugas existentes en la red hidráulica, o sea, cada segundo 23
mil litros de agua potable terminan en el desagüe.
Respecto de las medidas a largo plazo que deberán
aplicarse, Domínguez Mora señaló dos puntos "fundamentales":
primero, "reconocer la importancia del problema en el momento de elaborar
presupuestos", es decir, que los gobiernos tanto federales como locales
tengan recursos para reparar fugas y construir la infraestructura necesaria.
Segundo, "realizar una campaña de concientización selectiva"
sobre la necesidad de cuidar el líquido.
El conferencista explicó que en las zonas residenciales
la dotación diaria es de 567 litros, mientras que en las zonas populares,
que abarcan 76.5 por ciento de la población, apenas es de 128 litros
diarios. "Si vamos a decirle a la gente de Iztapalapa que cuide el agua,
ello puede resultar hasta ofensivo", expresó.
La principal preocupación del investigador gira
en torno a la sobrexplotación del manto acuífero: "gastamos
un dineral por los hundimientos. Ahí están las cifras de
lo que se ha invertido en la renivelación de la Catedral Metropolitana,
el dinero que se lleva la renivelación de las vías superficiales
del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
"Anteriormente la principal salida del agua de la ciudad
era el Gran Canal, pero debido a los hundimientos la inclinación
que tenía se fue perdiendo y ahora el agua ya no corre. Hay datos
de comienzos del siglo pasado que indican que la pendiente llegó
a ser de 19 centímetros por kilómetro, y ahora se ha tenido
que construir una planta de bombeo porque ya va cuesta arriba. Esto obligó
a la construcción del drenaje profundo."
Por último, Domínguez Mora se pronunció
en contra de la privatización del agua, "ya que es un recurso que
debe seguir en manos del Estado". Pero mencionó que es importante
"concientizar" a los ciudadanos del costo que representa.
"Debemos pagar por este recurso. Es absurdo, pero en ocasiones
hay rechazo a pagar el líquido que llega de las tuberías
y no se cuestiona la compra de agua embotellada. Sólo para dar un
dato, se estima que el costo para el gobierno, no lo que paga la gente,
sino para la administración pública, de metro cúbico
de agua potable está en el orden de 10 pesos, y un litro de agua
embotellada cuesta alrededor de siete pesos, es decir, se paga a 7 mil
pesos el metro cúbico de esa agüita".
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