Sin ayuda, ellos impulsan programas de trabajo en municipios mexiquenses: investigador

Acusan a la Conadepi de ser indiferente ante los problemas de los indígenas del valle de México

RENE RAMON CORRESPONSAL

Valle de Chalco, Mex., 12 de septiembre. Ocurre con los triquis del Centro Histórico, como con los náhuas de Texcoco, los otomíes en Naucalpan o los mixtecos de Valle de Chalco: son 600 mil indígenas de la zona metropolitana del valle de México que viven en extrema pobreza y, sin embargo, en la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Conadepi) la política es "yo te escucho, pero no te hago caso".

Luis Fernando Roldán, antropólogo y especialista en la problemática de los pueblos indios de la zona conurbada al Distrito Federal, sostiene que ante la indiferencia de la Conadepi, que encabeza Xóchitl Gálvez, únicamente queda denunciarlos y la movilización.

"Se necesita ser insensible y no tener vergüenza para no ver la extrema pobreza" que afecta por igual a los 300 mil indígenas que residen en 34 municipios conurbados y a más de 400 mil que radican en las 16 delegaciones de la ciudad de México.

Ellos, los mixtecos, triquis, zapotecos, náhuas y otomíes, a quienes se les puede encontrar en Iztapalapa, Chimalhuacán o Nezahualcóyotl, afirma, la única atención que reciben de Xóchitl Gálvez son sólo juguetes y despensas, "vil asistencialismo y paternalismo".

En entrevista, explicó que la abultada nómina de la Conadepi, la cual conoce y tiene una copia en sus manos, "afecta a los aborígenes en México. No se pueden hacer políticas públicas indigenistas sino no hay compromiso de la principal institución", señala.

Ante esta situación, y sin financiamiento, diversos grupos indígenas organizados, con el apoyo del antropólogo, han puesto en marcha sus propios proyectos.

En Ecatepec aplican un censo socioeconómico, un padrón "escandaloso" de las condiciones de vida de la gente, "pobreza de la pobreza urbana".

En otra región apenas arrancó el Programa de Capacitación y Adiestramiento en Medicina Tradicional. En Valle de Chalco, herbolaria básica; en Tepatlaxco, Naucalpan, medicina tradicional; en Santa María Tecoanulco, Texcoco, construcción de temascales; en Ecatepec, fitoterapia y masajes terapéuticos con base en la terapia náhua, para los indígenas de los Reyes La Paz.

Los programas son costeados por los propios indígenas, indica. Este es trabajo sin apoyo, insiste, "porque la Conadepi tiene una actitud de cerrazón, de intransigencia. Los indígenas sólo reciben discursos, pura majadería".

Así, en Texcoco, los náhuas pretenden poner en marcha un proyecto de jardín botánico de medicinas tradicionales, programa que costará 500 mil pesos, por eso los indígenas están buscando otros interlocutores para que los apoyen.

De los más de 700 mil indígenas que reconoce la Conapo, entre originarios y migrantes, una proporción mayor se concentra en las 16 delegaciones capitalinas. El resto se ubica en seis municipios -con 60 por ciento-: Ecatepec, con 70 mil 615; Naucalpan, 58 mil 439; Nezahualcóyotl, 50 mil 605; Chimalhuacán, 49 mil 193; Valle de Chalco, 34 mil 661, y Texcoco, con 10 mil 898 indígenas.

El antropólogo Luis Fernando Roldán sintetiza el trabajo de la institución que dirige Xóchitl Gálvez, quien tiene un sueldo superior a los 200 mil pesos: "Ellos lo que hacen es descalificar el trabajo nuestro, lo primero que dicen es que hay un partido atrás, cuando en realidad nos aplican la técnica de 'no te pelo, no existes'".