México D.F. Lunes 13 de septiembre de 2004
Balance de cinco años
Han muerto 388 migrantes en zona desértica californiana
JORGE ALBERTO CORNEJO CORRESPONSAL
Tijuana, BC, 12 de septiembre. En la región desértica entre California y Baja California han muerto al menos 388 migrantes en los cinco años pasados, según cifras de la Patrulla Fronteriza. Por sus condiciones climatológicas, este lugar ha sido catalogado como la segunda zona desértica más hostil para la vida humana, sólo después del desierto del Sahara.
En ese lugar los migrantes tienen que caminar unos 70 kilómetros en condiciones totalmente adversas y con temperaturas que en esta época del año alcanzan los 53 grados centígrados, sin ninguna posibilidad de encontrar refugio.
Por todo eso, activistas como Enrique Morones, de la organización Angeles de la Frontera, colocaron estaciones de auxilio con agua para tratar de salvar la vida de los migrantes que ignoran el riesgo que implica cruzar esa región y deciden aventurarse a pasar, pero en muchas ocasiones encuentran la muerte.
En esa región desértica la Patrulla Fronteriza tiene documentados en lo que va del año 55 decesos; el año pasado fueron 65 y en 2002, 56. En 2000 murieron 99 migrantes y en 2001, 113.
La mayoría de las víctimas eran mexicanos, aunque también hay registros de decesos de ciudadanos centroamericanos y asiáticos que llegaron a nuestro país y desde aquí intentaron ingresar sin documentos a Estados Unidos.
La Operación Guardián cambió las rutas de migración
El corredor desértico Yuma-Dunas-Ocotillo es una depresión geográfica serrana considerada por el grupo Beta de protección a los migrantes -dependiente de la Secretaría de Gobernación- como "la ruta de la muerte".
Hasta hace una década no había reportes de migrantes que intentaran ingresar al vecino país por ahí, incluso la presencia de la Patrulla Fronteriza en esa zona era mínima.
Sin embargo, a raíz de la puesta en marcha de la Operación Guardián por parte de las autoridades migratorias estadunidenses se ha registrado un incremento de personas que buscan evadir la vigilancia arriesgando su vida.
La misma Patrulla Fronteriza ha tenido que reforzar la presencia de sus agentes en dicha zona, ya que anteriormente era custodiada apenas por 60 elementos y en la actualidad hay más de 500, según informes de esa corporación.
Desde el año 2000 Enrique Morones, acompañado por un reducido grupo de voluntarios, inició el programa para llevar hasta esa zona agua para los migrantes; actualmente los Angeles de la Frontera suman más de 500 hombres y mujeres que cada semana viajan desde los condados de Los Angeles y San Diego para abastecer las estaciones con agua y comida.
En 2001, el activista -que además es consejero director de asuntos fronterizos del Instituto de los Mexicanos en el Exterior- comenzó el programa de Estaciones de Invierno, que al igual que las de verano, ayudan a los migrantes que cruzan la frontera por esa región con agua, ropa y alimentos.
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