México D.F. Lunes 13 de septiembre de 2004
Exigen que las reformas estructurales sean producto del diálogo, no unilaterales
Tras ser convocados, líderes sindicales condicionan diálogo con el gobierno
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Mientras el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social interpondrá hoy una solicitud de amparo en el Palacio de Justicia Federal -ubicado atrás del recinto legislativo de San Lázaro-, líderes de gremios independientes fueron convocados por el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, a una reunión esta semana, de la cual los dirigentes esperan que salga una invitación formal para dialogar con el presidente Vicente Fox.
Los líderes sindicales advirtieron que si la invitación presidencial no se concreta habrá una segunda etapa de movilizaciones, la cual podría llegar a la huelga nacional.
Rosendo Flores Flores, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), informó que la oficina de Carlos Abascal convocó a las organizaciones independientes a una reunión, en lo que es el primer acercamiento del gobierno luego de la movilización del 31 de agosto y el paro del 1Ɔ de septiembre.
En ese contexto, el Frente Social, Campesino y Popular -integrado por la Unión Nacional de Trabajadores y el Frente Sindical Mexicano- espera que la invitación presidencial a la tregua se haga efectiva pronto y no sea un llamado "en falso", así como que Abascal realice las diligencias necesarias para facilitar un encuentro con el Ejecutivo.
El frente agregó que confía en que no se bajará el nivel de la propuesta, es decir, que no se pretenderá que los asalariados dialoguen con funcionarios sin capacidad para decidir sobre los conflictos.
En la reunión con Abascal, aseveró el líder de los electricistas, se planteará el diálogo con el mandatario, y si el secretario nada concreta, no tiene definiciones claras o simplemente confirma que el encuentro no ocurrirá, quedaría claro que "estaríamos ante otro de los llamados del Presidente que se van al vacío, sin una posición real de avanzar".
En cuanto a las condiciones planteadas la semana pasada como necesarias para el diálogo -entre ellas derogar los cambios a la Ley del Seguro Social-, expuso que si el gobierno por un lado llama a la negociación y por otro impulsa las reformas estructurales, sería evidente que no existe en realidad ninguna tregua.
Lo deseable, abundó, es que el llamado del Presidente sea real, no parte de una salida a la presión que la sociedad ejerció en días pasados.
"Demandamos que se tome en consideración la opinión del sector laboral en la construcción de las reformas y no sea una acción unilateral", indicó.
Añadió que no está fuera de lugar establecer condiciones para la reunión. Lo contrario, no pedir nada, sería sentarse en una mesa a negociar sobre "las agresiones a los trabajadores (...) ése no sería un encuentro de diálogo, sino de aceptación".
Insistió: "de nada serviría sentarnos a una mesa con el Ejecutivo para que nos dijera: 'vamos a continuar con la privatización, con el proceso de agresión a las pensiones de los trabajadores, con las reformas'; por ello, lo que queremos es que lo que se empiece a negociar sean las soluciones y cómo se darían éstas. Hacer lo contrario sería como no hacer nada".
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