México D.F. Lunes 13 de septiembre de 2004
ENTREVISTA/FRANCISCO GIL DIAZ, SECRETARIO
DE HACIENDA Y CREDITO PUBLICO
La economía está blindada contra
turbulencias políticas
UN PROGRAMA DE OBRAS PUBLICAS NO ES LA SOLUCION, AFIRMA
Para evitar una crisis "se ha hecho ya bastante", sostiene
el funcionario, y menciona entre esos factores el adecuado manejo de las
deudas externa e interna, la acumulación de reservas y la disciplina
fiscal y monetaria
EMILIO LOMAS M. Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR
La
economía mexicana ha logrado superar la prueba de las disputas políticas,
asegura Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda. Hoy, el funcionario
hará, ante el pleno de la Cámara de Diputados, la primera
defensa del programa propuesto por el gobierno federal para 2005. "En otras
circunstancias, los acontecimientos políticos de los últimos
tres años ya habrían provocado una fuga de capitales y ahora
no ha sucedido nada", expresa. Aunque admite: en términos de desarrollo
esos años "han sido planos" y el país "se ha quedado atrás".
Añade: "si no encontramos fórmulas que mejoren la productividad
¿de dónde va a salir el crecimiento?" Un programa de obras
públicas, considera, no ofrece ninguna solución viable para
reactivar al aparato productivo.
El secretario de Hacienda, en entrevista con La Jornada,
manifiesta que el gobierno del presidente Vicente Fox, primero de un
signo político diferente al Partido Revolucionario Institucional
en 70 años, ha tenido buena colaboración del Congreso. Admite
que los gobiernos federal, estatales y municipales podrían hacer
mucho más para mejorar las condiciones de productividad del país,
aunque insiste en que son indispensables reformas "estructurales" en los
terrenos de la energía, las telecomunicaciones o el mercado laboral
para que el país pueda recuperar su capacidad de competir por los
mercados con otros países. "Para bien o para mal, la economía
mexicana está vinculada más estrechamente a la economía
internacional que hace 10 o 20 años", plantea.
En la entrevista también anuncia que el gobierno
federal prepara una serie de propuestas de cambios a leyes vigentes para
evitar que contrabandistas usen amparos "que se convierten en verdaderas
patentes de corso" para introducir mercancías ilegalmente al país.
"Hemos avanzado en abatir el contrabando, pero falta mucho por hacer",
asegura.
-Existe la percepción de que la disputa política
que se ve todos los días pueda derivar en una crisis económica.
¿Comparte esa apreciación?
-Para evitar una crisis se ha hecho ya bastante. Se ha
extendido enormemente el vencimiento de la deuda externa e interna. Los
vencimientos de deuda para los próximos años están
bien distribuidos y son pequeños. Las reservas del Banco de México
(casi 60 mil millones de dólares) dan de sobra para atender una
contingencia. Eso tiene muy tranquilos a quienes observan los mercados.
Por eso no preocupa que se puedan repetir problemas como en (las crisis
de) 1983 o 1995. En deuda interna también. Para finales del año
ya estaremos con un vencimiento promedio de alrededor de mil días.
Estábamos antes midiéndolo en horas. Eso nos ayuda enormemente.
Otra protección es el tipo de cambio flexible. Todas las crisis
en los últimos 25 años han tenido que ver con un tipo de
cambio fijo, que atrae capital de corto plazo. Ahora la cantidad de dinero
invertida a corto plazo en México es pequeñísima,
si la comparamos con el pasado.
Cimientos "sólidos"
Insiste el Secretario de Hacienda en que la economía
y el sistema financiero son ahora más sólidos que apenas
hace unos cuantos años. Ofrece como argumento la experiencia reciente.
El manejo de la deuda, la acumulación de reservas y la disciplina
fiscal y monetaria, asegura, protegen al país de los efectos económicos
de la disputa política, "como los que vivimos en otras épocas".
Añade: "de hecho, acontecimientos que a lo largo de estos casi cuatro
años hemos tenido de naturaleza política en otras circunstancias
se habrían traducido en salidas de capital y en alguna turbulencia,
y ahora no ha sucedido nada".
En opinión del secretario Gil Díaz, la economía
mexicana sólo podrá salir del estado "plano" en que se encuentra
cuando sean mejoradas las condiciones para competir con el resto del mundo.
Dice que la principal limitación para el crecimiento es que no se
ponen en práctica acciones -que requieren reformas a la estructura
actual- para mejorar la productividad.
"Si no aumenta la productividad, lo que hay se reacomoda,
pero no crece", define.
En el último par de años, en diversas instancias
que van desde agrupaciones académicas hasta organismos como el Banco
Mundial, y también de acuerdo con encuestas de opinión, ha
surgido información que apunta a un descontento hacia las reformas
económicas en los países en desarrollo.
Gil Díaz considera: "si no encontramos fórmulas
que mejoren la productividad, que produzcan mejoras en este terreno, ¿de
dónde va a salir el crecimiento?". No menciona nombres, pero añade:
"Hay quien pudiera decir: 'embárquense en un programa de obra pública
para crecer'. Japón tuvo un programa de obras públicas de
varios años con cantidades fabulosas de dinero y estuvo estancado",
argumenta.
El 29 de agosto, el jefe de Gobierno del Distrito Federal,
Andrés Manuel López Obrador, en un plan de 20 puntos para
el futuro, planteó que un plan de obra pública puede reactivar
la economía.
En estos años del gobierno del presidente Fox ha
sido una constante la falta de acuerdos entre el Ejecutivo y el Congreso
para aprobar reformas de fondo en materia fiscal o energética, que
han sido rechazadas, al menos en el primer caso, por la intención
de cobrar más impuestos. Pero Gil Díaz es optimista respecto
a la posibilidad de lograr esos acuerdos en los poco más de dos
años que faltan para que concluya la actual administración
federal panista.
"En las conclusiones de la Convención Nacional
Hacendaria, en la cual participaron legisladores, gobiernos federal y locales,
sociedad civil y expertos, hay propuestas muy buenas", dice. (En el documento
final de ese proceso es en el que se plantea reformar el sistema de pensiones
de empresas estatales y universidades, y aplicar un impuesto al consumo
de 4 por ciento en alimentos.)
Gil Díaz considera que las propuestas de un proceso
como la convención hacendaria pudieran ser la sanción política
para aprobar esos cambios en el Congreso. "Es difícil predecirlo
ahora. Los gobiernos, generalmente, proponen reformas en sus primeros años
y no al final de los mandatos. Pero con este esfuerzo renovado, y con la
sanción política de la convención, pudiera ser que
se abriera una ventana política para que algunas de estas reformas
se pudieran llevar a cabo. Lo vamos a ver en las próximas semanas."
El titular de Hacienda se refiere también a los
esfuerzos del actual gobierno por combatir el contrabando, uno de los hechos
que -de acuerdo con industriales y empresarios- han minado la planta productiva
nacional y han sacado del juego al comercio.
"Ha habido algunos éxitos" en combatir el contrabando,
asegura. Pero menciona también que, por otro lado, intermediarios
logran amparos para introducir mercancías, lo que constituye un
fuente incalculable de entrada de productos. Sin embargo, la dependencia
ya prepara propuestas de reformas para cerrar esta llave.
"Las exportaciones que se dice que vienen de Hong Kong
ya cayeron en 40 por ciento, porque contratamos a una empresa suiza que
nos investiga en los puntos de embarque si la empresa que aparentemente
realiza los envíos realmente existe", revela. "Y luego, con auxilio
de la cancillería o de personal propio, mandamos a una persona que
tiene facultades legales para llevar a cabo una verificación de
esos movimientos de los cuales nos advierte la empresa suiza. Obviamente
los hechos de esta compañía no tienen valor legal, pero sí
le da valor legal mediante una inspección posterior de un funcionario
mexicano. Entonces tenemos un éxito relativo aquí, que ha
ayudado a que ese fenómeno se reduzca."
Sin embargo, otro problema son los amparos que se otorgan
en los juzgados mexicanos y que, aunque son suspensiones provisionales,
se convierten en "patente de corso para importar" productos en tanto la
Secretaría de Hacienda logra ganar en definitiva un litigio, menciona.
Eso permite que entren al país frijol, maíz, nueces, carne
y "cuanta cosa se imagine". Se trata, dice, de "una llavesota, porque durante
el tiempo que tienen ese amparo pueden hacer lo que quieran".
En las aduanas, abunda, lo que se ha hecho en la actual
administración es reducir la discrecionalidad y aumentar los procesos
automatizados, con el propósito de abatir la corrupción.
"Se ha hecho toda una leyenda alrededor de la corrupción y el contrabando,
sí lo hay; pero también hay mucha importación legal,
que parece contrabando y que acaba en los mercados ambulantes. En 2004
se habrán importado de China, legalmente, productos por casi 10
mil millones de dólares, que es un mundo de mercancía."
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