México D.F. Sábado 7 de agosto de 2004
Declaraciones de Moore molestan a exiliados cubanos
demócratas
Miami, 6 de agosto. La sólida unidad de
los votantes cubanos afiliados al Partido Demócrata empezó
a resquebrajarse en el sur de la Florida al revelarse que el realizador
Michael Moore no sólo es un fuerte crítico del presidente
estadunidense, George W. Bush, sino también de los exiliados.
Moore,
a través de su exitoso documental Fahrenheit 9/11, que formula
severas críticas al gobierno, logró unificar en un sólido
bloque a los demócratas de cara a las elecciones presidenciales
del 2 de noviembre.
Nadie sabe quién comenzó, aunque se cree
que los republicanos pusieron su parte, pero el caso es que los exiliados
empezaron a escarbar el pasado de Moore respecto a Cuba y así hallaron
declaraciones que ahora se le enrostran, poniendo a replantearse a los
demócratas cubanos su voto contra Bush.
En las emisoras radiales y por Internet se comenta y circulan
copias de lo afirmado por Moore en su libro Downsize this, en el
que critica a los exiliados diciendo que "siempre están presentes
en las tormentas nacionales que tanto daño le han hecho al país
en las tres décadas recientes".
Moore cita como ejemplos el asesinato del presidente John
F. Kennedy, el caso Watergate, el tráfico de drogas y el escándalo
Irán-Contras.
También se desenterraron declaraciones suyas de
1997 en las que califica a los exiliados de "partidarios de Batista", el
ex dictador cubano derrocado por Castro, y de 2000, cuando dijo que los
cubanos de Miami eran unos "flojos" por no haber devuelto al niño
Elián González a su padre, que lo reclamaba desde La Habana
con el apoyo de Castro.
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