Quejas de que no se preguntó a todos si querían volver

Llegan 138 connacionales al comenzar el programa de repatriación voluntaria

Sin dinero, con visibles muestras de agotamiento físico, pero dispuestos a ingresar de nuevo a Estados Unidos en el futuro, 138 mexicanos indocumentados llegaron a la capital de la República desde Tucson, Arizona, en el contexto del programa piloto de repatriación voluntaria impulsado por las secretarías de Relaciones Exteriores y Gobernación y las autoridades migratorias del país vecino.

El primer grupo de connacionales repatriados llegó poco antes de las 20 horas a la ciudad de México, de donde se trasladarán a sus lugares de origen -en Oaxaca, Veracruz, Puebla, Hidalgo y estado de México-, tras ser detenidos por la Patrulla Fronteriza en el corredor del desierto Sonora-Arizona y remitidos a la central de migración en Tucson, donde fueron entrevistados por cónsules mexicanos para verificar que el traslado fuera voluntario.

El programa que se inició oficialmente este lunes y concluirá el próximo 30 de septiembre, podría trasladar bajo el esquema de repatriación voluntaria a "miles de connacionales para regresar sanos y salvos con sus familias", aseguraron autoridades de Gobernación.

Los migrantes, quienes trabajaban de plomeros, electricistas, carpinteros, albañiles y campesinos antes de tratar de entrar sin documentos en Estados Unidos, afirmaron que regresarán porque "aquí no hay chamba y los empleos que hay son mal pagados", por lo que reconocieron que su intención es visitar a sus familiares, reunir dinero para pagar el viaje y reintentar ingresar al país vecino.

Originario de Gómez Palacio, Durango, Ignacio Ortega, uno de los primeros repatriados, afirmó que, a pesar de las duras condiciones existentes en el desierto de Arizona, regresará para buscar empleo y reunirse con su hermano, "que está en Nueva York", e insistió en que a pesar de haber gastado todos sus recursos económicos "voy a juntar otra vez el dinero y regresar, porque aquí no hay trabajo".

Bajo un estricto operativo de seguridad, en el que predominó el desorden de las autoridades migratorias mexicanas, los connacionales fueron traslados a las centrales de autobús de la ciudad de México para que partieran a sus lugares de origen, luego de que el gobierno de Estados Unidos cubrió los gastos de su traslado aéreo y terrestre.

En conferencia de prensa, tras la llegada de los connacionales, entre quienes se encuentran dos menores de edad, Armando Salinas Torre, subsecretario de Población, Migración y Asociaciones Religiosas de Gobernación, insistió en que ese programa "cumple con las condiciones de seguridad y respeto a los derechos humanos de los migrantes, además de preservar la unidad familiar en los procesos de repatriación".

Al respecto, Gerónimo Gutiérrez Fernández, subsecretario para América del Norte de la cancillería, insistió en que todos los repatriados aceptaron "su regreso al país, luego de que se les garantizó un trato digno y respetuoso".

Sin embargo, según testimonios de los migrantes, "las autoridades migratorias de Estados Unidos no les preguntaron a todos si querían regresar".

LAURA POY SOLANO