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México D.F. Viernes 9 de julio de 2004
RUTA SONORA
Patricia Peñaloza
Jonny Greenwood, Rocatronic
ESTE ALUCINANTE DISCO es cuasi-perfecto. Oscuro
y enigmático pero orgánico y centelleante, este álbum
sobrepasa las fronteras del rock aunque su autor provenga del mismo. Es
Bodysong,
álbum solista e instrumental de Jonny Greenwood, conocido
como "el guitarrista" de Radiohead, que sin embargo, es sabido para
quienes siguen de cerca al mega-combo inglés de Oxford, es mucho
más que un desgarrador de cuerdas (y eso que ya como guitarrista
es innovador y rompe-esquemas): Greenwood (no confundir con su hermano
Colin, bajista del citado quinteto) es un compositor completo, de
esa generación de músicos que no se limita a ser instrumentista.
Jonny, en su caso, toca con la misma soltura los teclados, el vibráfono,
el violonchelo; programa secuen- cias intrincadas o reúne influencias
provenientes del rock, el jazz, el electrónico o la música
de concierto.
Y
ES A todo esto que suena Bodysong, disco aprehensor de su posmoderno
entorno, generado como soundtrack para un documental abstracto del
mismo nombre de la BBC, el cual detalla, mediante complejas imágenes,
"la experiencia del ser vivo, del ser humano". Y es la experiencia de ser
uno de los humanos más encendidos de Radiohead la que aflora en
un disco que se disfruta aun fuera del referente visual. Al escucharlo,
uno cae en cuenta de quién es el genio musical detrás de
la asombrosa agrupación, después del genio melódico
y lírico de Thom Yorke. Uno entiende de dónde vienen
sus fugas sono-cósmicas, ciertas progresiones armónicas,
o los remolinos de beats machacantes, característicos en
los arreglos a las canciones de Yorke, líder que deja poco margen
para que los otros compongan.
MAS NO SE espere un disco de "guitarrista". Como
se dijo, Greenwood, el más joven del grupo, desde sus inicios quiso
desligarse de la monótona imagen de "el de la lira". Y no sólo
del instrumento, sino de los clichés: "Llevamos 20 años de
rock tocando 12 acordes poderosos; es tiempo de que pasemos de ellos".
Su búsqueda más allá fue manifestada desde el disco
Kid
A (2000), donde cambió las guitarras por múltiples
teclados y arsenales de efectos, incluyendo radios de transistores en vivo.
En Bodysong sigue tal actitud.
COMO PARTE DE su emblemática belleza-con-distor,
deja escuchar sampleos de cintas al revés, percusiones de
madera en tropel, cuerdas obsesivas y melancólicas (vía el
Emperor
Quartet), donde una aparente austeridad de sonidos se equilibra con
lo inquietante de sus emociones. Más allá, juguetonas ondas
Martenot (instrumento a base de oscilaciones electrónicas); campanitas
desaliñadas y contrabajos a lo Charles Mingus, con platillos
jazzy-acompasados sobre funky-quiebres a lo DJ Shadow y cámaras
de eco; trompetas desequilibradas entre órganos de penumbra; beats
tipo ambient bajo fantasmagóricas mandolinas... Una obra
asombrosa, de vanguardia, más cercana a la música contemporánea
y experimental que al rock, sin perder el brío y la rebeldía
oriunda de éste.
Electro-nocturna actual
EN MEXICO SIGUE teniendo auge el reventón
electrónico, con todo su encanto. Quizá entre chilangos ya
no haya tanto interés por el rave (al aire libre, hoy ya
sólo elegido para pinchar abusivo psy-trance), pero sí
por los clubes más para bailar que para posar, o por lugares apañados
vía la creatividad y la emergencia. En circuitos como Tijuana, Guadalajara,
San Luis Potosí, Puebla, el aire libre aún rifa.
POR PREFERENCIAS, siguen hot las fiestas
electro-ochenteras combinadas con rock, tendencia conocida como electroclash
(a punto de hartar, por su sobre-explotación), y las de techno,
que regresó para estar a la alta, sobre todo si es vintage,
o si se mezcla con lo evolucionado del house; las de prog-house
aún no cansan, aunque van de salida (salvo en los entornos burgueses).
LO IMPORTANTE AQUI es que inquietud y autogestión
siguen dando vida al nocturno y alternativo joven urbano (más en
las fiestas clasemedieras que en los antros de nariz respingada).
Además, son de celebrarse los esfuerzos independientes por recuperar
el Centro Histórico para la fiesta; se trata de ambientes relajados
sin el arrebol yupi-salinista de inicios de los 90, que han despegado favorablemente:
Espacio
Motolinía (Motolinía 33), Centro Cultural España
(Guatemala 18), Los Vecinos del Centro (16 de septiembre 42), Salón
Tarará (Madero 39), Fuzz Club (Bolívar 44), o
el Lobby del Hostal Virreyes (Izazaga 8), aunque la delegación
Cuauhtémoc nos debe la reapertura del Dada X, vivificador
del industrial, dark y noise.
Ex Tuttis, Cirko
VIERNES 9: Fiestón subte con Danny
Wakantanka y Ernesto Dark Zone, diyéis que a mediados
de los 80 dieron vida al Tutti Fruti a punta de garage, rockabilly
y punk. En vivo: Los Mustang 66. Fuzz Club (Bolívar
44, Centro). 21:30 horas, 40 pesos.
SABADO 10: 1. Rocantronic. Garage,
rock melancólico, elektro-punk-pop, ruidines análogos, con
Bulberáizer
(con la ex Ultrasónica Jessy Bulbo), San Pascualito Rey,
Ultra Beaver Lounge Band, Delicado Sónico y Licuadoras
de Morquecho. Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma). 20:30 horas, 50
pesos. 2. El Cirko Existencial. Espectáculo músico-circense
con danza, multimedia y poesía. Música:
Quem, Geraldine
Celeriere, Acústica Leonor, dj JP. Escena:
Laboratorio Taller
Cirko de Mente, artistas del Circo Atayde; Cirkóticos,
Circo del Vicio, Eros Ludens, el mago Joshua, entre otros. La
Pirámide (Eje 5 y Periférico). 21 horas, 100 pesos.
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