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México D.F. Viernes 9 de julio de 2004
Las palabras de la diva en la voz de Carmen
Montejo iluminaron el recinto
Sólo apasionadamente puedo entregarme al placer
de vivir: Dolores del Río
JUAN JOSE OLIVARES
Dijo alguna vez Dolores del Río, una de las actrices
más bellas del cine: "La belleza es una actitud, es una pena que
no pueda embotellarse. Hay belleza en el actuar, en el pensar, la que se
va reflejando en la cara, es algo indefinible en la expresión de
los ojos, es algo suave de la cara que refleja el modo de pensar, sentir.
La gente mayor, cuando vive con amargura u odio, con envidia, qué
clase de cara puede tener, mi madre murió a los 83 años y
era bellísima, incluso sus manos, que ya estaban viejas, eran bellas
porque eran manos que dan, no una que reciben, su cara tenía una
serenidad envidiable no había angustia ni desequilibrio, y está
al alcance de todas, porque están en algo que nos es común:
la mente."
Y
es que ayer en el Palacio de Bellas Artes, durante una de las mesas redondas
para conmemorar el centenario del natalicio de la diva duranguense, la
actriz Carmen Montejo leyó unos textos escritos por Del Río.
Participaron en la mesa, además de Montejo, el dramaturgo y escritor
Víctor Hugo Rascón Banda, al historiador David Ramón,
la doctora Alicia Reyes y Silvia Molina, directora de Literatura del INBA.
Sin duda las palabras de Dolores del Río, a través
de la tersa voz de Carmen Montejo, iluminaron de recuerdos a la sala Manuel
M. Ponce. "La cinematografía me dejó grandes satisfacciones
y aún en la actualidad me las sigue dando, especialmente estar presente
a través de mis películas, permanecer en el ánimo
y recuerdo del público mediante las imágenes fílmicas.
En el cine mi imagen ha quedado grabada para siempre", comentó alguna
vez respecto de lo que era el cine para ella.
Otra de las citas de Dolores rescatadas por el maestro
David Ramón sobre un teatro, dictaba: "La leyenda de la Atlántida
nos hace vibrar de nostalgia, imaginamos olas inmensas devorando templos;
quisiéramos ver la presencia del espíritu humano en tanta
belleza desaparecida y no pensamos que vivimos en una Atlántida
cotidiana, que las olas del tiempo van haciendo una labor astuta, corrosiva,
ayudadas por la violencia de la estupidez humana. Rescatar un teatro, perdonen
que así piense porque soy actriz, resucitar un teatro es un acto
de mayor fuerza vital de más amplia trascendencia que salvar cualquier
otra clase de construcción, porque allí irradian ideas, fuerza
y pasiones; allí se renovarán los que allí asistan
y su comunidad tendrá aires limpios en el espíritu."
Y remató con unas de sus últimas declaraciones:
"Por encima de las circunstancias la vida ha sido apasionante, porque sólo
apasionadamente puedo entregarme al diario cotidiano, ese excepcional placer
de vivir."
Dolores Asúnsolo y López Negrete de Martínez
del Río, su nombre verdadero, nació en Durango, Durango,
el 3 de agosto de 1904. Murió el 11 de abril de 1983. Su filmografía
la conforman 61 producciones entre su etapa hollywoodense y la época
de oro del cine nacional. Se han escrito algunos libros sobre ella e incluso
hay un documental sobre su obra. No se puede concebir la historia del cine
mexicano sin la presencia de esta actriz, de una belleza sobresaliente.
Al respecto, David Ramón hizo una personal descripción
física de la diva: "Es una de las más bellas imágenes
de México, signo visual e icono de refinada distinguida belleza.
Nació con la intuición de saber cómo ser captada por
la cámara cinematográfica. Su estructura ósea es la
más bella imaginable. La textura de su piel es el del pétalo
de una camelia. Su cuerpo es el de un estatua griega, en el que firmeza,
la sinuosidad, lo plano, la curva y la longitud son perfecta simetría
y armonía. En el rostro destacan los ojos, la nariz, los pómulos,
en el cuerpo la piernas, la brevedad de la cintura y los maravillosos senos."
Continuó: "La profundidad de la figura de Dolores
es la de un espíritu luminoso, de una inteligencia superior, profunda
bondad, férrea disciplina. Es una musa del séptimo arte".
Posteriormente Durán leyó unos poemas dedicados a Del Río;
de Efraín Huerta, Rodolfo Usigli y Carlos Pellicer.
Por su parte, Rascón Banda, presidente de la Sociedad
General de Escritores de México (Sogem), recordó la parte
de la etapa teatral de la actriz luego de su regreso de Hollywood y de
lo poco que se sabía de ella.
"Que dicen que Marlen Dietrich aseguraba que Dolores era
la mujer más hermosa de Hollywood, que dicen que sufrió la
persecución de un fascista comité estadunidense, que su tío
Francisco I. Madero la sentaba en sus piernas, que era fría y difícil,
que era profesional y perfecta en escena y cordial con las personas,
que se metía en una tina de hielos para conservarse bella. Que desayunaba
frutas frescas con guarnición de orquídeas", comentó.
Finalizó: "Los maldicientes decían que era
mal actriz, pero cómo podría serlo si sigue encantándonos
en la pantalla y si los privilegiados que la vieron en teatro decían
que llenaba el escenario. Como todo humano tuvo luces y claroscuros, pero
como actriz allí está atrapándonos, con magia seducción,
misterio, eso que tiene las divas, esos extraños seres en extinción.
Dolores sigue siendo una diva con glamour que el tiempo engrandece."
Las actividades de esta celebración continuarán
con la presentación hoy en los Estudios Churubusco de un cidí
del investigador Aurelio de los Reyes, con la participación
de la cantante Cecilia Toussaint.
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