México D.F. Viernes 9 de julio de 2004
Tendrá la ALDF "la última palabra"
sobre el desafuero
López Obrador, con ruta libre hacia 2006: Burgoa
Con base en la Constitución, San Lázaro
sólo es "mediador"
JESUS ARANDA
El jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Andrés
Manuel López Obrador, no tiene problema alguno para aspirar a la
candidatura por la Presidencia de la República, ya que de ser desaforado
por la Cámara de Diputados, ésta tendría que notificar
su resolución a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF),
que tendrá "la última palabra" y, seguramente, será
de rechazo al juicio político y eventual destitución del
gobernante.
Afirmó
lo anterior el constitucionalista Ignacio Burgoa Orihuela, quien sin embargo
dio la razón al ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano, de rechazar
la controversia constitucional que interpuso la ALDF ante la Suprema Corte
con el propósito de frenar el procedimiento de desafuero contra
López Obrador.
Respecto a la posibilidad de que el jefe de Gobierno capitalino
pueda contender por la Presidencia, aun cuando la Cámara de Diputados
dé luz verde a su desafuero, el especialista en amparo y derecho
constitucional sostuvo que de acuerdo con el artículo 111 constitucional,
San Lázaro es únicamente una especie de "mediador" en este
proceso de desafuero "y no puede tomar una decisión definitiva"
cuando se trata de asuntos en los que están involucrados funcionarios
de las entidades del país, como sería el caso del jefe de
Gobierno capitalino.
"Para proceder penalmente por delitos federales contra
los gobernadores de los estados (...) la declaración de procedencia
será para el efecto de que se comunique a las legislaturas locales,
para que en ejercicio de sus atribuciones procedan como corresponda", cita
el artículo 111.
Es decir, precisó Burgoa, la ALDF tendría
"la última palabra", y como actualmente la mayoría la integran
legisladores perredistas, no hay posibilidad de que convaliden la decisión
de los diputados.
Añadió, por otro lado, que de pedir licencia
con seis meses de antelación a las elecciones de 2006, López
Obrador no perdería el fuero, porque éste se otorga al funcionario,
no al cargo en sí, por lo que el jefe de Gobierno no tendría
de qué preocuparse por su eventual candidatura a la Presidencia.
Por su parte, el constitucionalista Clemente Valdés
sostuvo que "es urgente crear un mecanismo legal" que valore los casos
cuando altos funcionarios de la Federación o de las entidades son
denunciados penalmente, porque el actual método de desafuero y juicio
político deja en manos de los políticos de una mayoría
legislativa la decisión contra un adversario que pertenece a otro
partido, con resultados previsibles.
Este mismo mecanismo, explicó en entrevista, tendría
que valorar no sólo la procedencia del delito, sino también
la gravedad, para dar lugar a la eventual destitución del funcionario
acusado y que afronte el juicio penal.
Recordó que si bien el procedimiento de desafuero
fue creado para proteger de denuncias menores a los altos funcionarios,
para evitarles distracciones en sus labores, tanto el juicio político
como el desafuero son anacrónicos y deben desaparecer para dar lugar
a un nuevo mecanismo que despoje de cuestiones políticas las denuncias
contra funcionarios, y se limite a establecer la posible responsabilidad
jurídica de los acusados para dar lugar al proceso penal cuando
la situación realmente lo amerite.
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