.. |
México D.F. Domingo 20 de junio de 2004
PONER FIN A LA OCUPACION
Ayer,
la aviación estadunidense lanzó un ataque sobre la ciudad
iraquí de Fallujah, con el supuesto propósito de eliminar
una célula terrorista encabezada por el jordano Abu Mussab Al Zarqawi,
quien tendría vínculos con Al Qaeda. El comando de las fuerzas
ocupantes no pudo demostrar si consiguió su propósito, aunque
reconoció que el ataque dejó 19 muertos, pero testimonios
de civiles dieron cuenta de que el saldo fue de 24 personas asesinadas,
entre ellas varias mujeres y niños, así como más de
20 heridos. Una vez más se repitieron las imágenes de destrucción,
cuerpos mutilados y de dolor que el mundo ha conocido desde el comienzo
de la invasión y que, junto con las bajas en las tropas invasoras
y los muertos causados por los ataques de la resistencia iraquí,
son el único saldo que han obtenido Estados Unidos y el Reino Unido
de esta acción emprendida al margen de la legalidad internacional.
Con la supuesta vinculación de Al Zarqawi a la
red de Osama Bin Laden, el gobierno estadunidense pretendió rebatir
una de las conclusiones de la comisión bipartidista que investiga
lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001, la cual no encontró indicios
de colaboración entre Al Qaeda y el desaparecido régimen
de Sadam Hussein, y con ello echó por tierra uno de los principales
argumentos del presidente George W. Bush para invadir Irak. Así,
han ido perdiendo sustento las justificaciones de la Casa Blanca y el Pentágono
para emprender la guerra contra el terrorismo y, en particular, la ocupación
del país árabe. En cambio, se ha evidenciado que su verdadera
motivación fue la de apropiarse del petróleo iraquí.
Sin embargo, ni siquiera ese propósito se ha cumplido y, en la actual
situación, existen pocas posibilidades de que se logre, debido a
los sabotajes de la resistencia a los oleoductos, ataques que por ahora
han provocado la suspensión de las exportaciones -léase saqueo-
del hidrocarburo.
A poco más de una semana de que se realice el traslado
de poderes a una autoridad local que estará encargada de convocar
a elecciones, en todo el territorio de la nación árabe reina
el caos, día con día aumenta el saldo de muertos y el convulso
ambiente hace propicia la proliferación de actos de barbarie, tanto
por parte de los grupos de la resistencia como de las tropas ocupantes.
En poco más de un año, las fuerzas estadunidenses han cometido
innumerables atrocidades que en el derecho internacional están tipificadas
como crímenes de guerra. Cabe recordar que en abril pasado murieron
en Fallujah más de 600 personas, la mayoría víctimas
de los feroces ataques que lanzaron las fuerzas extranjeras por tierra
y por aire contra esa ciudad para acabar con la insurgencia.
Ante el fracaso de la operación militar y la pérdida
de argumentos para la guerra, el comando estadunidense está emprendiendo
acciones desesperadas para seguir justificando su presencia en Irak, como
el ataque de ayer en Fallujah, con lo cual está propiciando un mayor
reguero de pólvora en la región, de nefastas consecuencias.
Es evidente que en las actuales circunstancias será
imposible que las compañías petroleras occidentales puedan
explotar los hidrocarburos iraquíes. En esta perspectiva, las fuerzas
ocupantes no tienen más motivos para seguir aumentando el saldo
de muerte. La comunidad internacional debiera intervenir con mayor decisión
para obligar a los gobiernos de Washington y Londres a retirarse del devastado
país.
|