En la región un millón de personas vive esa situación

En Latinoamérica se agrava el problema de desplazados

Se celebra hoy el Día Mundial del Refugiado

BLANCHE PETRICH

Entre los años setenta y ochenta, las guerras civiles que azotaron Nicaragua, El Salvador y Guatemala desplazaron a cerca de dos millones de personas, pero el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) registró a 150 mil. Dos décadas después de cerrada esa etapa bélica en Latinoamérica, el conflicto de Colombia ha arrojado de sus hogares a otros tres millones. La crisis de los éxodos masivos de refugiados ha regresado, más grave que antes.

Aunque los factores que han detonado las guerras actuales son diferentes a los de décadas pasadas -combate al terrorismo, crisis de seguridad-, sus efectos no han variado para la población no combatiente. Hoy en día 20 millones de seres están bajo el amparo de ACNUR. La cifra real de desplazados, según admite la propia agencia, es mucho más alta. Un millón de ellos se ubica en América del Norte y otro millón en Latinoamérica.

Debido primero a las persecuciones del régimen talibán y después a la ocupación estadunidense en Afganistán, Asia es la región que concentra el mayor número de refugiados. Casi la mitad de los desplazados de todo el mundo son afganos. Este año el registro suma dos millones y medio, ya que en 2003 se logró un movimiento de retorno significativo, de un millón 900 mil, aunque de momento el proceso de repatriación está interrumpido. Afganistán es el país que ha concentrado las operaciones más importantes de ACNUR hasta la fecha.

Pese a la agonía que vive Irak desde el año pasado, donde las autoridades de ACNUR esperaban que se produjera "la madre de todas las crisis" con la arrasadora ocupación militar estadunidense, sólo se registran 400 mil refugiados, la mayoría en Irán y el resto dispersos en Europa.

Africa sigue siendo un paisaje de desplazamientos violentos. Burundi, Sudán, Angola, Congo y Eritrea suman en total poco menos de dos millones de refugiados que han tenido que cruzar fronteras y permanecer en campamentos por años.

Sin atención

Más de cuatro millones de refugiados palestinos, expulsados de sus tierras por la expansión israelí, no son atendidos por ACNUR ni figuran en las tablas de esta institución, sino que son atendidos por una agencia específicamente creada para el conflicto de Palestina por la ONU.

Mediados de los noventa es la fecha que estadísticamente marca el momento más crítico de éxodos de refugiados en el mundo. ACNUR reconoce que llegó a haber 27 millones de desplazados en distintos continentes, más que en cualquier otro periodo de sus 53 años de historia, aunque en esos años no registra a más de 21 millones (cifra máxima) en el año 2000.

Ruud Lubbers, el alto comisionado, señala en un editorial de la revista Refugiados que a partir de 2001 las estadísticas empezaron a ir a la baja gracias a los movimientos de repatriación que empezaron a producirse masivamente en las regiones más críticas. Entre ese año y 2003 el número de personas que dejaron de depender de ACNUR para su subsistencia aumentó de 500 mil a casi dos millones y medio. Esta tendencia hacia la repatriación empieza a consolidarse, señala.

Además de que este domingo se celebra el Día Mundial del Refugiado, en Latinoamérica se cumple el vigésimo aniversario de la Declaración de Cartagena, un cuerpo de convenios y leyes hemisféricas que amplía la definición de "refugiado" que se establece en la Convención de 1951 -y que sólo consideraba los casos de perseguidos de manera individual- para abarcar a los grupos sociales que han huido de sus países porque sus vidas, su seguridad o su libertad estaban amenazadas por violencia generalizada, agresión extranjera, conflictos intentos, violaciones masivas de derechos humanos u otras circunstancias que hayan deteriorado seriamente el orden público.

Esta declaración, firmada paradójicamente en Colombia, es de los primeros convenios internacionales que se preocupan no sólo por los refugiados que huyen cruzando fronteras, sino por los desplazados internos. Desde 1984, 10 países latinoamericanos han modificado sus constituciones para incorporar las consideraciones de la Declaración de Cartagena.