México D.F. Sábado 19 de junio de 2004
Grabó un programa para la televisión
cultural que puede verse hoy en México
Testimonio calcinante de Caetano Veloso
PABLO ESPINOSA
El público mexicano tendrá ocasión
de calibrar el testimonio calcinante de uno de los más grandes músicos
de la contemporaneidad planetaria, el maestro Caetano Veloso, quien grabó
un programa especial, titulado Ensaio, para la televisión
brasileña, y que se transmitirá en México este sábado
a las 19 horas por Canal 22.
A
cuadro, la voz de la naturalidad, el sonido del oleaje marino que sabe
transcribir Veloso con su poesía, su voz e inteligencia. Con su
compromiso social, inequívoco también.
El momento más intenso del programa ocurre cuando
Veloso narra ese periodo oscuro del planeta en 1968, cuando la fuerza de
la derecha, es decir el ejército y la policía, arremetieron
contra la inteligencia del mundo.
Caetano Veloso y Gilberto Gil en la cárcel. Hoy,
Caetano sigue siendo amado por las musas y por el mundo, mientras Gil es
el ministro de Cultura de Brasil.
Pero en 1968 fueron sometidos por un proyecto de sociedad
distinto, el proyecto de derecha que de nuevo quiere entronizarse en el
planeta y en México (no debemos olvidar que el país está
en manos de un gobierno de derecha) vivimos reflejos, signos alarmantes
del dominio de quienes quieren una sociedad de muchos pobres y pocos ricos,
una sociedad de la mercadotecnia, contraria a la felicidad del canto que
celebra la música de Caetano Veloso.
Constructor del universo
Cuando Caetano cuenta frente a las cámaras de televisión
el maltrato sufrido por los gorilas empleados por los líderes
de derecha, llora con tal sinceridad que el espectador también moja
sus cuencas.
La indignación por los abusos, por la injusticia
social, es uno de los grandes elementos de la música de este gran
poeta universal, Caetano Veloso.
Además de que por la orientación de sus
reflexiones constituye una alerta del repunte de la derecha, el programa
contiene el regalo exquisito de la música de Caetano, quien tan
sólo una guitarra, el violonchelo de Jacquinho Morelenbaum y el
prodigio de su voz de ángel, construye el universo a cada instante
y lo hace bello, todavía más bello.
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