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México D.F. Sábado 19 de junio de 2004

Del Paso considera la iniciativa una gran barbaridad

Crece reclamo contra planes para recortar la historia

Sólo se les pudo ocurrir a ignorantes: González Gamio

Se multiplican en diversos sectores de la sociedad mexicana las reacciones de indignación contra el plan de estudios de la materia de historia que la Secretaría de Educación Pública pretende poner en marcha en el nivel de secundaria a partir de 2005.

Historiadores, académicos, investigadores, intelectuales y artistas unen sus voces de desaprobación contra tal iniciativa, que de concretarse implicaría la enseñanza de la historia nacional y universal a partir del siglo XV, omitiendo el conocimiento de las antiguas civilizaciones, entre ellas las del México prehispánico.

A continuación, algunas de esas opiniones.

Fernando del Paso, escritor: "El proyecto es una de las mayores barbaridades que he oído en toda mi vida". Propuso que en vez de aplicar el plan oficial, se eliminé toda la historia de México del primero de diciembre de 2000 (en alusión a la toma de posesión de Vicente Fox) a la fecha. Se preguntó si el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, estaría de acuerdo en eliminar la historia de Jesucristo y los cristianos de las catacumbas, así como el pensamiento de los fundadores de la Iglesia católica y las cruzadas, etcétera. Pronosticó que de triunfar la propuesta de la SEP, las nuevas generaciones de estudiantes serían más ignorantes que las de hace 20 o 30 años y sugirió realizar una huelga de "comer mucho" hasta reventar de historia, literatura y cultura.

Angeles González Gamio, historiadora: Es completamente un desatino, una absoluta barbaridad, esos son nuestros orígenes ¿A quién se le ocurrió semejante barbaridad? Supongo que la sociedad unánimemente va a estar en contra. No imagino quién puede apoyar tal iniciativa. No se me ocurre quién la haya propuesto, pero es producto de la ignorancia, no se me ocurre alguien más que algún ignorante, porque es algo tan absurdo que sólo una persona sin cultura pudo proponerlo. El estudio de las grandes culturas, como Mesopotamia, China o la India permiten obtener una nueva visión, más amplia, del mundo, en esa parte del tiempo es en el que inicia la historia occidental, y su estudio permite una nueva forma de mirar el mundo. Espero que esto no sea verdad o que se organice una fuerte oposición, pero si al estudio de la historia se agregan 10 años, no sólo debe hablarse del régimen de Vicente Fox, sino de todos los nuevos gobiernos de cualquier partido político.

Alfredo López Austin, historiador: Estoy totalmente en contra, porque proporcionará una visión limitada de la historia, aparte de esto no permitirá comprender problemas profundos de nuestro presente, como son los vinculados con el aspecto cultural, en el sentido más amplio de la palabra cultura. Por ejemplo, en el caso de México sería lamentable, porque el estudiante quedaría desarmado frente a la realidad actual del país como un mosaico cultural. Esto impediría entender la propia naturaleza de México.

Raquel Tibol, crítica de arte: México, como otros países de América, goza hasta el presente de los beneficios de la altísima cultura de los pueblos de Mesoamérica. ¿Cómo es posible que se llenen la boca hablando del éxito que ha tenido la exposición dedicada a los aztecas, la otra a los mayas, y por otro lado borrar de la mente infantil esta herencia superior? En general, la enseñanza de la historia es muy deficiente en todos los niveles, desde primaria a preparatoria. Una encuesta elemental demostraría qué poco conocen los jóvenes de la historia nacional y todavía encoger el horizonte resulta culturalmente criminal. Lo que hay que hacer es mejorarla. Dar a los maestros de primaria un sueldo elementalmente digno para que tengan tiempo de pensar los mejores métodos de enseñanza, y no tener que correr a hacer dos y tres turnos para pagar la olla.

Bárbara Jacobs, escritora: Lo que esta propuesta demuestra, una vez más, es la ignorancia del gobierno y del equipo que trata de imponer ese proyecto, y refleja su deseo de que el resto de las personas sean como ellos. No puede haber un final si no existe un principio y menos en la historia, puesto que la actualidad no es más que una repetición del pasado, y a éste hay que tenerlo presente, por lo menos para hacernos la ilusión de que progresamos.

Elena Urrutia, investigadora: Quieren convencernos de que nacimos por generación espontánea. En un momento dado el transcurrir de los siglos, según parece en el siglo XV, de acuerdo con la información, aparecimos sobre la tierra por obra y gracia de quién sabe qué fuerzas divinas, sin antecedentes, sin padres, ni abuelos. Pretender esto es condenarnos a perder una parte importante de nuestra identidad que es muy compleja, rica, diversa, que podía rastrearse no sólo en la más remota antigüedad mexicana, sino también en la de Europa, de Medio y Lejano Oriente. Esto ya no se podrá hacer si se establece el proyecto.

Javier Wimer, investigador: Mi idea es que la estructura de las materias relacionadas con la historia, antes que debilitarse deben tomar fuerza. Creo que la comunidad mexicana lo que necesita es un conocimiento apropiado de la historia. De manera que soy partidario de que se refuerce el conocimiento del pasado y no que se debilite.

Beatriz Barba viuda de Piña Chan, arqueóloga: De manera que la Secretaría de Educación Pública en vez de enseñar más, pretende enseña menos; esto es pésimo y es una falta terrible de conciencia. Siempre han tenido la tendencia a eliminar un poco la historia en favor del tiempo que se dedica a las matemáticas y a la preparación tecnológica, pero es un desastre, pues los muchachos tienen cada vez menos nociones de la evolución del hombre sobre la tierra. Van a acabar por pensar que efectivamente el hombre apareció en el año 4004 a.C y que es un milagro la existencia del hombre, en lugar de observar que es producto de una larguísima evolución tanto biológica como sociológica. Sería un desastre todo el trabajo de biólogos, antropólogos e historiadores por dar a conocer la evolución de la especie, pues se ve totalmente entorpecida.

Federico Campbell, escritor: Es una decisión muy a tono con el perfil intelectual del gabinete de Fox, especialmente el del secretario de Educación Pública. Son personas que creen que el presente es una invención de la nada, y no un producto del quehacer histórico social. Entonces, me parece una tontería más de la política educativa y cultural de Vicente Fox.

Guillermo Samperio, escritor: Creo que eliminar de los libros de texto la información de la antigüedad es cerrar el paso a la comprensión de cómo han evolucionado las sociedades y en especial la de México. Si bien es cierto que la revolución industrial y la alta tecnología han permitido 'un avance impresionante', el avance espiritual de las personas se ha quedado rezagado, es decir, hay un desfase, no es lo mismo saber sobre electrónica que tener un desarrollo humano y espiritual no material. En eso estamos rezagados un par de siglos, si aparte quitamos la información que nos puede emparejar con este desmedido crecimiento de la tecnología, el espíritu del mexicano se va a estancar. El antiguo plan de estudio aporta una visión del mundo, una visión planetaria, aunque todavía en proceso, nos daba la posibilidad de tener una ubicación en el universo, no sólo en la Tierra, sino en el universo. Si se retira, el joven que ya de por sí anda errante y errado, con esto se le quita una vertiente para saber su ubicación. Me parece que el señor Tamez nunca ha sabido dónde se encuentra parado, eso todo mundo lo sabe, y él mismo sabe que todo mundo lo dice, la muestra es esta propuesta, creo que más bien debería incrementarse la información de las culturas antiguas, sobre todo de Oriente, más que de Occidente, de Atenas hacia Levante, y profundizar en las ideas cosmogónicas de las culturas prehispánicas de México. Inclusive a los antiguos dioses prehispánicos se les debería sacar de los museos y dejar que los adoren quienes quieran, no clausurar esa etapa de la historia encerrándolos en un museo. Ojalá reflexionen bien esta propuesta y se den cuenta que esto cierra las puertas a la reflexión histórica.

Ida Rodríguez Prampolini, historiadora: Mi primera reacción fue de indignación, como me imagino que le pasó a todo mundo. Después pensé que debería analizar bien el proyecto antes de juzgarlo. Pero de llevarlo a cabo lo que sería indispensable es obligar a los colegios particulares a llevar los mismos textos que las escuelas públicas, pero comprándolos. Eso, para que los programas sean iguales, y que no haya una diferencia entre planteles privados y públicos.

Eugenia Revueltas, investigadora: Consideró la propuesta "verdaderamente enloquecida" y una muestra de insensibilidad. También se preguntó ¿cómo explicar el renacimiento sin saber de la edad media, o la democracia sin estudiar a los griegos? La actitud de las autoridades educativas es, paradójicamente, de una "incultura radical". Consideró que la SEP debe meditar su propuesta y asesorarse con investigadores rigurosos y serios, con conciencia histórica y cultural, y dudó que el nuevo plan pueda prosperar por su naturaleza ilógica y empobrecedora. "Sólo el saber nos permite avanzar y ese proyecto inhibe el saber".

MERRY MAC MASTERS, ARTURO JIMENEZ, MONICA RODRIGUEZ, FABIOLA PALAPA, JORGE RICARDO, FERNANDO CAMACHO, CARLOS PAUL Y ANGEL VARGAS

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