Arturo Alcalde Justiniani

Ejes de la reforma laboral

El tema de la reforma laboral continúa en la agenda de la Conferencia Parlamentaria, comisión del Congreso de la Unión integrada por diputados y senadores de diferentes partidos. Esta comisión debe analizar las diferentes iniciativas generadas hasta el momento, especialmente las cuatro grandes propuestas recientes. La primera, presentada por la totalidad de los senadores del Partido Acción Nacional (PAN) el 12 de julio de 1995; la segunda, de fecha 31 de octubre de 2002, suscrita por 64 diputados (48 del Partido de la Revolución Democrática (PRD), siete del Partido del Trabajo (PT), cinco del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tres del PAN y uno de Convergencia), llamado proyecto PRD-UNT; la tercera, conocida como proyecto Abascal, de fecha 12 de diciembre de 2002, presentada por 17 diputados (cinco del PRI, cinco del PAN y siete del Partido Verde Ecologista de México), y la última, conocida como proyecto Fraile, fue presentada al final de la pasada legislatura por el senador panista Francisco Fraile. Con objeto de facilitar la discusión colectiva de estos proyectos conviene identificar sus cinco ejes fundamentales.

El primer eje hace referencia al ámbito de la reforma. Las iniciativas originales de PAN y PRD-UNT plantean una amplia reforma que abarca la esfera constitucional, buscando, entre otros fines, recuperar para los servidores públicos -incluyendo los de la banca de desarrollo- el ejercicio de derechos colectivos actualmente vedados por el apartado B del artículo 123 constitucional y su ley reglamentaria. Conforme al principio de igualdad ante la ley, se les reconoce el derecho de asociación, contratación colectiva y huelga. Asimismo, se propone una amplia reforma de la justicia laboral tendiente a buscar su imparcialidad y eficacia sustituyendo las actuales juntas de Conciliación y Arbitraje por jueces en la materia. En la propuesta Abascal no se contempla reforma alguna en estos importantes temas.

El segundo eje se refiere a cambios relacionados con la productividad y flexibilidad laboral. La propuesta Abascal sugiere liberar las formas de contratación individual creando contratos a prueba, de capacitación y temporada así como la posibilidad de distribuir la jornada de trabajo de acuerdo con los intereses del patrón. Las propuestas originales del PAN, de PRD-UNT y de Fraile admiten la necesidad de cambios orientados a mejorar el funcionamiento de los centros de trabajo, pero, para evitar abusos, proponen que los mismos sean concertados con la coalición mayoritaria de los trabajadores.

El tercer apartado se vincula a las normas que garantizan principios protectores a los trabajadores, tanto en definiciones -como la de personal de confianza-, reglas de intermediación, cargas probatorias, no discriminación, aspectos relacionados con el ingreso, promoción, capacitación de los trabajadores y las propuestas de género. La propuesta Abascal tiende a reducir estas protecciones, particularmente en el tema de las cargas probatorias.

El cuarto tema hace referencia a un viejo y generalizado reclamo por democratizar el mundo gremial, suprimiendo los controles y prácticas corruptas que agobian a la mayoría de los trabajadores del país. La existencia de sindicatos auténticos se plantea como condición necesaria para lograr legítimas concertaciones entre trabajadores y patrones, buscando solucionar necesidades recíprocas. Las propuesta del PAN, la de PRD-UNT y la Fraile sugieren liberar el registro de sindicatos, respetar la autonomía para que los trabajadores fijen con plena libertad su radio de acción, el voto secreto para la elección de dirigentes y la rendición de cuentas. La iniciativa Abascal no sólo mantiene sino que consolida los controles vigentes.

El quinto apartado se refiere al futuro de la contratación colectiva, entendida como medio privilegiado de concertación y entendimiento entre los factores de la producción. Hasta hoy, esta fundamental institución se encuentra secuestrada por las prácticas del contratismo de protección patronal. Las propuestas originales de PAN, PRD-UNT y Fraile buscan la legitimación de la contratación colectiva, garantizando la participación de los trabajadores en la firma, revisión, titularidad y terminación de los contratos colectivos, así como la transparencia y sanción a quien incurra en actos de simulación jurídica, práctica que agobia a más de 90 por ciento de los contratos colectivos en México. En los dos recientes proyectos se contempla el registro público de sindicatos y contratos colectivos de trabajo. En contrasentido, la propuesta Abascal consolida las ataduras vigentes, subordinando la contratación colectiva a la decisión de los patrones y el viejo corporativismo.

En la Conferencia Parlamentaria se pretende ignorar la propuestas originales de PAN y PRD-UNT, apoyando tan sólo la propuesta Abascal. Sólo la opinión pública puede cambiar el rumbo.