Luis Javier Garrido

El dilema

La sucesión presidencial de 2006 se está decidiendo de manera anticipada en 2004 y muchos no parecen darse cuenta de ello.

1. México ha entrado en una fase crítica de enorme gravedad en este anticipado final de sexenio, consecuencia de la decisión de Vicente Fox de imponer a toda costa a Marta Sahagún, o al candidato suplente de ella, Santiago Creel, en Los Pinos en 2006, y el dilema que se abre al país, y a la "clase política" en su conjunto, en particular a los miembros del PRI y del PAN, es determinar si seguirán a Fox en la pendiente a la que está llevando a todos.

2. El primer problema que empieza a enfrentar el gobierno foxista es el de los integrantes de las facciones del PRI en el Congreso, que están entendiendo que en este tramo final de sexenio constituyen la clave para que Fox alcance objetivos políticos personales y de grupo, buena parte de los cuales son contrarios al interés del país: desde la entrega de las industrias petrolera y eléctrica a consorcios extranjeros que financiaron su campaña, hasta imponer en 2006 a su sucesora (o sucesor) en la silla presidencial, lo que supondría el golpe definitivo al PRI. Y en consecuencia, la más reciente exigencia de Fox a los priístas es cerrar ilegalmente a Andrés Manuel López Obrador la posibilidad de ser candidato presidencial, está generando creciente malestar en el tricolor.

3. La cúpula priísta sabe bien que desde Los Pinos se exige su complicidad en este asunto que, a pesar de que no vaya a prosperar, es desde hoy una vergüenza para el régimen blanquiazul, con una doble intención: eliminar a López Obrador, pero también acabar con Madrazo y de manera más amplia con las ya remotas posibilidades de que el PRI resurja en 2006, y por ello los priístas no han terminado por morder el anzuelo, a pesar de las presiones, pues si bien no quisieran que el jefe de Gobierno de la capital fuese el candidato presidencial del PRD, sí buscan que Fox cargue con el enorme costo político que tendría la acción ilegal. De ahí que estén fraguando diversos escenarios, a cual más complicado, para tratar de salvar su imagen, lo que ya no sería posible cualquiera que fuese su intervención.

4. El CEN del PRI ha diseñado una vía para colaborar en la destitución de López Obrador y someterlo a proceso penal, en la que supuestamente los priístas no se ensuciarían las manos, dejando a Fox el peso de la responsabilidad, pero estas estratagemas no satisfacen a muchos legisladores priístas, pues no ocultan la complicidad con Fox, ya que van desde a) el operativo bautizado por el CEN priísta como "la graciosa huida", que supondría que al erigirse la Cámara como jurado de procedencia, los diputados del grupo parlamentario del PRI y su coordinador Emilio Chuayffet abandonarían el recinto para que los panistas, los priístas elbistas y unos cuantos tránsfugas, teniendo la mayoría, aprobasen la oprobiosa decisión, hasta b) la "operación tortuguismo", que sería su complemento, e implicaría alargar el juicio de procedencia y más tarde el penal para que los tiempos judiciales se cruzaran con los electorales, y aunque el indiciado fuese absuelto o sentenciado a una pena insignificante, ya no podría ser candidato presidencial.

5. El nuevo embate de la PGR contra López Obrador, amenazándolo de que hay una nueva acusación en su contra y enviándole un citatorio sin precisar la nueva acusación (La Jornada, 9/6) no hace sino confirmar que el régimen se halla en una pendiente autoritaria en extremo preocupante, en la que Fox y su equipo han perdido la perspectiva de lo que significa el ejercicio del poder.

6. Buena parte de los legisladores del PRI empiezan a entender que la decisión descabellada de Fox y de Salinas de eliminar a las malas de la contienda de 2006 al jefe de Gobierno de la ciudad entraña no sólo descrédito para quienes participan en ella, sino un gravísimo retroceso para el país, pues se está enviando a los mexicanos el mensaje muy claro de que en México no existe un Estado de derecho, de que los esfuerzos políticos de los años anteriores para imponer la idea de que se produjo una supuesta "modernización" de los procesos electorales y del régimen en su conjunto quedaron reducidos a polvo, que el voto ciudadano no importa nada, pues desde Los Pinos se puede imponer, como siempre, al Presidente saliente.

7. Y lo más grave: quien ocupe la silla presidencial, tras un acto golpista como éste y una contienda electoral al margen de la legalidad, no podría quitarse el estigma de la ilegitimidad, lo que abriría la vía a todo tipo de violencia. La imposición en 2006 llevaría a México a un escenario imprevisible donde ya no habría seguridad jurídica para nadie.

8. La pretensión de Fox de que puede imponer a quien quiera en la silla presidencial, como hacían los presidentes en la era del PRI, valido de que actúa en contubernio con Carlos Salinas de Gortari, es tan burda que queda al descubierto a cada momento, como acontece con el nuevo escándalo generado en el caso de la Lotería Nacional, institución pública que Fox y su esposa han utilizado, en violación de la ley, lo mismo para financiar instituciones privadas (como el Tec de Monterrey, Provida o Ver Bien, de Banamex) que a parientes de Vicente Fox, y en especial desviando más de 200 millones de pesos a la fundación Vamos México destinados, según la acusación de senadores, a la campaña electoral de Marta (La Jornada, 10/6). Y por ello muchos se preguntan si los señalamientos hechos por los legisladores a Laura Valdés (titular del organismo) de que se le procesaría penalmente, no deberían dirigirse también a la pareja presidencial.

9. El proyecto que el grupo de Los Pinos quiere terminar de imponer a México luego de 2006 está muy claro, y luego de cuatro años de foxismo no deja duda. La violenta represión oficial a quienes se manifestaban en la cumbre de Guadalajara y las torturas y vejaciones a los detenidos enseñan la verdadera política en materia de derechos humanos de la "nueva derecha" que gobierna al país, del mismo modo que la obsesión por desmantelar a la nación, entregando al capital trasnacional nuestros recursos básicos, no se preocupa por esconder el proyecto de país que se quiere.

10. Las acciones ilegales de Los Pinos en vistas a 2006 no representan parte de una mera lucha de ambiciones en el seno de la llamada "clase política", sino que reflejan que hay en México una disputa por la nación que atraviesa el aparato estatal, y que está poniendo a prueba al país entero, pues está a debate si se impondrá en el próximo sexenio un proyecto económico y social que se pretende modernizador, pero que en los hechos anuncia un retroceso histórico sin parangón, o se va a tratar de rescatar a la nación y a lo mejor de nuestra experiencia histórica.