México D.F. Viernes 11 de junio de 2004
Gabriela Rodríguez
Feminismo y libertad de pensamiento
Si algo quedó claro en el foro alternativo de balance
sobre los logros y obstáculos que han enfrentado las mujeres, luego
de los compromisos adquiridos en la Plataforma de Acción de Pekín
en 1995, fue la necesidad de enfocar la lucha contra las posturas fundamentalistas
y contra la globalización neoliberal. El foro Nuevos tiempos
y nuevos retos reunió a dirigentes feministas de los países
de la región en vísperas de la novena Conferencia Regional
sobre la mujer de América Latina y el Caribe, de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que se
desarrolla del 10 al 12 de junio en la ciudad de México.
La alianza Bush-Vaticano ha profundizado las desigualdades
económicas y de género en América Latina y nos está
llevando a la desgracia a todas y a todos: 43 por ciento de las mujeres
y 22 por ciento de los hombres mayores de 15 años no cuentan con
ingresos propios, 36.1 por ciento de los hogares se encuentran bajo la
línea de la pobreza y 14.6 bajo la de la indigencia. Aunque la incorporación
femenina pasará del 31.1 por ciento que tenía en 2000 a 41.6
en 2010, los empleos son de mala calidad y se concentran en trabajo doméstico,
servicios sociales y comercio informal; 38 por ciento de las asalariadas
no cotizan en la seguridad social, su ingreso es equivalente a 68 por ciento
de los ingresos masculinos, los hogares con jefatura femenina sólo
generan ingresos adicionales a costa del trabajo de los hijos, y la mortalidad
materna no desciende mientras no se garanticen servicios de salud reproductiva
de calidad, que incluyan consentimiento informado y aborto seguro.
Reducirnos a nichos de mercado y ciudadanos consumistas
en vez de considerarnos personas con pleno ejercicio de nuestros derechos
es una ideología peligrosa que sólo nos aparta de la justicia
y del ejercicio de las libertades. "No seremos esclavas de nadie ni botín
político de programas institucionales; los programas se manejan
como si fuéramos clientes y no personas con derechos", afirmó
Leonor Fernández, de la Federación Zapata Vive del estado
de Oaxaca, quien también reclamó liderazgo para las indígenas,
recursos para vender y exportar sus productos y artesanías, servicios
de salud focalizados, empleo y derecho a la tierra.
Otro pronunciamiento importante fue la defensa de la Organización
de Naciones Unidas (ONU) como instancia multilateral insustituible, que
ha pasado a ser el blanco a destruir para la nueva derecha, toda vez que
ahí se han logrado los consensos para la construcción de
los derechos humanos, incluyendo la agenda de los derechos de las mujeres.
Sin dejar de reconocer que los representantes de la ONU han demostrado
debilidad frente al conflicto bélico en Irak y silencio ante la
tortura de los soldados estadunidenses contra los presos iraquíes,
la posición de las feministas de la región es defender e
impulsar una profunda restructuración de esa institución
para recuperar su misión original: contribuir a la paz mundial.
Como conferencista tuve oportunidad de colocar en la agenda
de la reunión la reflexión sobre el tema de género
y la libertad de pensamiento. ¿Qué diría Voltaire
si se enterara que la libertad de pensamiento y conciencia iba a dar sustento
a la construcción del feminismo? ¿Cómo se sentiría
al saber que en pleno siglo XXI está fuertemente amenazada la libertad,
ese derecho que él identificó con la libertad de conciencia
y con la experiencia de la felicidad?
En nuestros pueblos la profundización de la pobreza
coexiste con el refinamiento de ideales, el ejercicio de la libertad de
conciencia y la secularización. Aun entre los grupos indígenas,
donde la religión sigue ejerciendo gran influencia en las creencias
trascendentales y en la reproducción de ritos vinculados con los
ciclos de la vida y de la muerte, la Iglesia pierde importancia en la vida
institucional, muy particularmente en las decisiones políticas y
en los usos del cuerpo.
Un estudio realizado el año pasado en Bolivia,
Colombia y México por la organización internacional Catholics
for a Free Choice ejemplifica cómo está la separación
Iglesia-Estado y la secularización entre nuestra gente, según
se observa en el cuadro.
El foro fue también el espacio crítico para
abrir un diálogo con mujeres antifeministas invitadas como participantes,
algunas de las cuales reaccionaron con molestia a mi presentación.
Una joven, representante de los grupos Provida, cuestionó que el
evento estuviera financiado por el Estado porque en su opinión es
parcial y mi posición "es fundamentalista y representa una declaración
de guerra". Asimismo alertó a las participantes para evitar que
nuestra influencia promueva el libertinaje sexual y logre destruir a nuestra
sociedad, a la familia y a los hijos, objetivos que a todas luces son lo
que pretendemos, según dijo.
Pienso que el adjetivo de radical o hedonista podrían
definir mejor mi posición, en tanto que su reacción es fundamentalista
en el sentido de rechazar la apertura del pensamiento y condenar las diversas
formas de vida que caracterizan a las sociedades modernas, ésas
que, según Habermas, han colocado los criterios de la moral, la
belleza y la verdad en esferas distintas.
www.afluentes.org
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Colombia |
Bolivia |
México |
Rechazan que la Iglesia promueva o descalifique candidatos
o partidos |
84% |
77% |
92% |
Influye la opinión de sacerdotes en el candidato
político a elegir |
22% |
30% |
19% |
Piensan que el Estado debe ofrecer anticoncepción
de emergencia |
82% |
84% |
88% |
Piensan que el aborto debe permitirse en ciertas circunstancias |
49% |
56% |
60% |
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