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México D.F. Sábado 5 de junio de 2004
Asegura que fue fiel al espíritu del
libro en la cinta Harry Potter y el prisionero de Azkabán
Perdí la fe en la comunidad fílmica de
México, afirma Alfonso Cuarón
Lamenta que los políticos banales no elaboren
programas de apoyo al cine, como en Argentina o Brasil
Me gusta que cada año haya un nuevo cineasta
nacional de marca internacional, dice el director
JORGE CABALLERO
El cinerrealizador mexicano Alfonso Cuarón (Y
tu mamá también y Sólo con tu pareja) presentó
ayer su más reciente trabajo Harry Potter y el prisionero de
Azkabán, tercer entrega fílmica de la saga literaria
del niño mago, uno de los estrenos más importantes y esperados
en el mundo occidental, y que llegó a México este fin de
semana. En entrevista con La Jornada, Cuarón habló
de la fidelidad que le brindó al espíritu del libro homónimo,
de cómo se acercó a la obra literaria, de su percepción
del cine mexicano desde Inglaterra, su desencanto de la comunidad cinematográfica
nacional y de cómo Harry Potter y el prisionero de Azkabán
''se filtró a través de mi y no me cambió porque me
mantuve intacto y no me siento corrompido, a pesar de que me puse al servicio
y me subordiné al proyecto''.
Para iniciar, el director mexicano cuenta cómo
le llegó el proyecto de esta importante franquicia cinematográfica:
"Cuando se me ofreció hacer la película no tenía idea
de lo que era, estaba enterado del fenómeno de Harry Potter pero
no había leído los libros. Estábamos haciendo la promoción
de Y tu mamá también en Londres cuando me la ofrecieron;
de hecho, nos pusimos una borrachera Gael García, Diego Luna y yo,
y toda la noche se la pasaron burlándose de mi por el ofrecimiento.
Después platiqué con Guillermo del Toro y me dijo 'la tienes
que hacer, trata de ponerte en servicio y subordinarte al material y si
lo haces con honestidad puede ser tu película más personal'.
Hacerla no fue sólo un aprendizaje cinematográfico sino de
vida; porque cuando me puse al servicio de la película e hice a
un lado mi ego de autor, lo que sucedió fue que se abrieron muchas
puertas creativas. Fui fiel al espíritu del libro pero todo lo filtré
a través de mi y no me cambió, me mantuve intacto y no me
corrompió. Tuve mucha libertad y responsabilidad, me prendió
grueso porque me han dicho 'fuiste fiel al espíritu de Harry Potter
pero también estás tú'''.
En
esta tercera parte, Harry Potter y el prisionero de Azkabán,
el joven mago y sus amigos Ron y Hermione, regresan a clases al instituto
Hogwarts, donde enfrentarán sus miedos más recónditos,
al tiempo que deberán medirse con un mago que escapa de la cárcel
y que quiere acabar con Potter, quien además se encuentra con los
espectrales y horripilantes dementores, que han sido enviados para capturar
al fugitivo.
Cuarón considera "un halago que me ofrecieran hacer
esta cinta, que se la dieran a un güey que acababa de hacer
una película con mucho sexo, argumentando que les gustaba el tratamiento
que les doy a mis personajes''.
Los lectores de los libros de Harry Potter consideran
la tercera parte como la mejor de la serie. A pregunta expresa de que si
su película también es la más elaborada, Alfonso Cuarón
mencionó: "Coincido con los lectores de que es la mejor parte...
me dijeron que cuando le ofrecieron a Steven Spielberg hacer la zaga, contestó
que sí pero comenzando con El prisionero de Azkabán;
lo entiendo porque es el libro más redondo y fílmico, el
que tiene más atmósferas que se prestan muy bien para el
cine. Así como las películas, igual que los libros, van evolucionando
y cambiando el tono de cada una, así como los personajes de Harry
Potter, no puedo calificar mi película porque no sé poner
calificativos ni tampoco compararla con las anteriores porque cada una
tiene su función''.
Visión pesimista desde Londres
Dando un giro a la charla el cineasta da su opinión
de cómo ve el cine mexicano desde Londres, ciudad en la que ha vivido
los últimos dos años: "Lo que me gusta es que cada año
hay un cineasta mexicano nuevo de marca internacional; mi película
favorita de los 20 años recientes es Japón, de Carlos
Reygadas, y este año se descuelga Fernando Eimbcke con Temporada
de patos, que es una joya hermosa, eso me da mucho gusto; me gustaría
que fueran cinco o siete películas al año pero si se hace
una pues qué bien''.
Cuarón continúa: "Yo estoy decepcionado,
ya perdí la fe en la comunidad fílmica en México,
pero creo en los individuos que están haciendo su chamba, mientras
otros están más ocupados ideologizando todo. Creo que hay
una generación nueva de cineastas con una nueva actitud, aunque
hace falta cambiar la perspectiva de la comunidad fílmica en México,
salir un poco de la burbuja, de las estructuras priístas-panistas
de paternalismo estatal; pero el que diga esto de la comunidad no le quita
la obligación al gobierno para que apoye la cultura. Los pillos
de antes, parte de su política populista era la cultura nacional,
pero ahora para estos nuevos pillos corporativos la cultura la ven como
unos cuadritos que regalan en Navidad; es impresionante cómo de
pronto ven otras prioridades que la cultura''.
Cuarón ejemplificó: "Me platicaban que el
ex canciller Jorge Castañeda convocó a los intelectuales,
ahora que se destapó como candidato presidencial, y tuvo la jeta
de decirles 'en México la cultura debe ser la prioridad número
50'. ¿Cómo le dices eso a los intelectuales? No tiene sentido
común. La cultura es una prioridad, es lo que define nuestra identidad
como mexicanos, no el crecimiento económico, que es importante,
pero lo que nos define como pueblo es nuestra cultura''.
Inconforme con su respuesta, agrega: "Dan miedo esos políticos
tan banales; no me explico por qué no elaboran programas de apoyo
al cine como lo hacen en Argentina o Brasil con su industria fílmica.
Una cosa que me queda clara ahora es que, el año pasado con eso
de desaparecer el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine)
y el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), que fue
de una estupidez profunda, me asusta mucho que la política contemporánea
se ha convertido en lo que llaman política del spin, malabarear
la información y desinformación, como lo hacen George Bush
y Tony Blair. El problema es que la política mexicana ahora que
se está democratizando, lo está haciendo de una manera yanqui,
donde en esta política del spin nadie toma responsabilidad,
como Bush no la tiene ante las "atrocidades", porque no son torturas, con
los presos en Irak. Aquí tenemos gobernantes que no asumen su responsabilidad,
que le dan la vuelta a los problemas y se ponen a la defensiva; a su vez
esto es usado por la oposición para desprestigiar a su oponente
político, nadie construye. Como manejaron la iniciativa de desincorporar
el Imcine y el CCC, fue brillante, dicen: 'vamos a desaparecer esto', todo
mundo se pone en contra, después responden: 'está bien, no
lo desaparecemos'... todo mundo celebra la victoria, pero ¿qué
cambió?, nada. Eso me tiene muy preocupado''.
Finalmente Cuarón comparte su descubrimiento a
su regreso a México: "Después de dos años de no estar
aquí descubrí ayer que hay un chingo de mezcales bien ricos;
en ese momento creativo estoy catándolos todos''.
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