México D.F. Viernes 30 de abril de 2004
Llevar el arte a los menores de manera lúdica
e inteligente, propone Mario Iván Martínez
Crece el desdén oficial por la formación
artística de los niños
Se trata de hacerles ver que la cultura es algo cotidiano,
considera Luis Pescetti El actor mexicano acompañará a
la OFUNAM y el cantante argentino presenta su nuevo disco Boca sucia
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La educación artística para los niños
no es un adorno. Si en las escuelas se omite esta formación, son
los artistas y los padres quienes deben tomar las riendas y hacer que los
menores se encariñen con las artes de manera lúdica pero
inteligente, coinciden dos de los principales hacedores de espectáculos
infantiles: Mario Iván Martínez y Luis Pescetti.
Para
ambos la música es parte esencial en su trabajo con y para los pequeños:
Pescetti presenta hoy y mañana Boca sucia, su nuevo disco,
mientras que Martínez estará con la Filarmónica de
la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM) en el
programa para el fin de semana con las obras El carnaval de los animales
y Pedro y el lobo.
El hecho de que los niños no tengan un acercamiento
con la música desde los primeros años en las escuelas ''representa
un problema por partida doble", subraya Pescetti.
En primer lugar, ''¿por qué no se les enseña
música?, ¿por qué el arte pierde cuando, como forma
de expresión, no puede ser remplazado? Lo que se dice con música
sólo puede ser expresado con música y lo mismo pasa con la
poesía o la danza".
Cuando la formación artística, sobre todo
la musical, es suprimida en las escuelas, ''es señal de una pésima
valoración de la importancia del arte en la cultura, entendida ésta
no como ir a un lugar de mármoles caros a ver una función
exquisita para un grupo de escogidos, sino como algo que respiramos todos
los días. Se quitan herramientas de expresión''.
En segundo lugar hay que preguntar: ''¿Con qué
se están remplazando las horas de educación artística?
''Si se quitan horas de música, de plástica
o si hay un maestro de artes que puede enseñar todo, lo que se entiende
es que quien toma una decisión así considera lo artístico
y lo cultural como un adorno. Eso es grave", añade el escritor,
cantante y actor argentino, quien ha grabado cuatro discos para niños
que le han valido el reconocimiento de grandes y chicos.
Imbuir el cariño por la música
Mario Iván Martínez, en tanto, recuerda
que en la secundaria ''por lo menos se nos daba una flauta y tocábamos
la Novena de Beethoven, pero de todas maneras la clase de música
era la del relajo, subordinada a las demás materias y, desgraciadamente,
ahora se subraya más el desprecio de las autoridades educativas
por la formación musical.
''Si queremos gestar futuras generaciones de melómanos
y de asiduos a teatros y salas de conciertos, los músicos y actores
tenemos la obligación de que se encariñen con la música."
Para lograrlo no se les debe hacer creer que el arte musical,
como las matemáticas o la literatura, es algo obligatorio.
''No es un flagelo escolástico sino una fuente
de placer para toda la vida", afirma el también actor quien ha estado
al frente de actividades para niños con el programa ¿Quieres
que te lo lea otra vez?, de la SEP, y del programa de radio Un rato
para imaginar del cual ha grabado seis volúmenes.
El
infantil es un público ''muy exigente y hay que sorprenderlo constantemente,
con inteligencia, no con el lugar común; con poesía, no con
vulgaridad; que la música sea un aspecto importante, no nada más
unos acordes intrascendentes detrás del que narra.
''Que haya diálogo entre música y texto,
que de repente la primera sustituya a la palabra como detonador de la imaginación."
Hay que acercarlos a la música, dándoles
la oportunidad de que oigan diversas expresiones, hoy un rock, mañana
un huapango y pasado mañana algo clásico, haciéndoles
ver que la cultura es algo cotidiano, expresa Pescetti.
''Toda concepción de la cultura o de lo artístico
que lo hace ver como algo ajeno a la vida cotidiana es equivocada. El arte
no es una comida más cara para momentos de esparcimiento, es lo
que nos alimenta día a día", destaca.
Tampoco los espectáculos para niños deben
ser sólo didácticos. ''Hay que entrelazar el aspecto lúdico,
imaginativo, la fantasía y así contribuir a su formación
cultural", puntualiza Mario Iván.
El chiste, dice, es ponerlos en contacto con material
literario ''que los aleje de esa cuestión previsible y agresiva
que vemos en las actividades infantiles, un tanto oportunistas también,
porque sale una película de Disney y ya hay 40 sirenitas y 40 cenicientas.
El niño merece algo mejor".
Ambos coinciden que los padres están interesados
en fomentar la actividad cultural de sus hijos y agradecen espectáculos
que les sirven para aproximarlos al mundo de la cultura.
Pescetti se presenta hoy y mañana en el Teatro
de la Ciudad a las 19 horas (Donceles 36, Centro Histórico).
El programa infantil de la OFUNAM, bajo la batuta Zuohuang
Chen, se integra por El carnaval de los animales, de Saint-Säens,
y Pedro y el lobo, de Prokofiev. Este sábado a las 11 horas
y el domingo a las 12 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro
Cultural Universitario (Insurgentes sur 3000).
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