México D.F. Viernes 30 de abril de 2004
A los habitantes del Distrito Federal
Con motivo de la deportación del señor Carlos Ahumada Kurtz, y de las actuales circunstancias, informo lo siguiente:
1. En primer término reitero la convicción que tiene el gobierno de la ciudad de seguir actuando de conformidad con la ley, con respeto a las instituciones y al ciudadano Presidente de la República. A todos conviene, y es nuestra obligación como autoridades, mantener la tranquilidad de la vida pública y la estabilidad política del país.
2. Nosotros no odiamos, no tenemos enemigos y con nuestros adversarios siempre actuamos con apego a principios morales. En el caso del señor Ahumada, como en cualquier otro, no habrá ánimo de venganza, represalias, ni mucho menos violación a sus derechos humanos.
3. Tampoco habrá impunidad, como lo dije desde el principio de estos escándalos de corrupción política, todos los involucrados que cometieron delitos, trátese de quien se trate, serán castigados conforme a la ley. En los hechos seguiremos demostrando que no somos iguales, que no establecemos relaciones de complicidad ni aceptamos componendas de ninguna índole.
4. Está claro: hubo un complot y quienes se confabularon no te-nían ni tienen la menor intención de combatir la corrupción, sino de dañarnos políticamente. Ojalá que quienes tramaron este plan de ataque, sobre todo los funcionarios públicos del gobierno federal, entiendan de una vez que no se deben utilizar los órganos del Estado de manera facciosa. Las diferencias políticas deben resolverse con diálogo, debate, confrontación de ideas y proyectos, no con estrategias de aniquilamiento, como si se tratara de destruir al enemigo y no de vencer en buena lid al adversario.
5. Todos los procesos judiciales relacionados con estos asuntos seguirán en manos del procurador general de Justicia del Distrito Federal, maestro Bernardo Bátiz Vázquez, un hombre recto y justo a quien le tengo toda mi confianza.
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