México D.F. Sábado 24 de abril de 2004
Las ciudades de México y Madrid se hermanaron
para leer El Quijote
El folclor de la política mexicana evitó
que la voz de Bermúdez llegara a España
De la Colina: la presencia de Fernández de Cevallos
en un acto cultural, ''una blasfemia''
ARTURO JIMENEZ
El colorido de la política mexicana afloró
ayer al medio día una vez más, en todo su rubor ajeno, durante
un enlace televisivo entre las ciudades de México y Madrid para
celebrar el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor mediante
la lectura compartida e ininterrumpida de El Quijote.
Las sedes fueron el Círculo de Bellas Artes, en
la capital española, que también debió hacer enlaces
con 26 países más, y, en el Distrito Federal, un pequeño
escenario instalado en el Centro Banamex del Hipódromo de las Américas,
en el que se realiza el Festival de la Palabra Ciudad de México.
Algunos minutos previos al enlace -poco antes de las 13
horas locales y casi las 8 de la noche allá-, de pronto, como si
los hubieran asesorado, varios personajes públicos comenzaron a
aparecer de manera más que coincidente.
Primero
el presidente del Senado, Enrique Jackson, seguido de varios senadores
priístas y algunos reporteros y fotógrafos. Enseguida, el
secretario de Educación Pública, Reyes Tamez Guerra, acompañado
de colaboradores, representantes de la Cámara Nacional de la Industria
Editorial y otros tantos periodistas.
A las 13:55 horas locales, desde España, se comenzaron
a ver las imágenes y a escuchar las voces, una tras otra, de un
lector y dos lectoras, ciudadanos de a pie, pues nunca desde allá
se dijo quiénes eran.
Quien a buen árbol se arrima...
A las 13:02 tocó el turno a México. Hablaron
Tamez y Jackson, cuyos nombres eran precedidos de sus cargos: ''El secretario
de Educación Pública", ''el presidente del Senado de la República".
También dijeron: ''La presidenta del Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes", aunque en realidad, según uno de los
técnicos que monitoreaban la llegada de la señal mexicana
a Madrid, la imagen y la voz de Sari Bermúdez ya no alcanzó
a escucharse allá, porque el enlace había concluido.
En el fragmento del capítulo 32, segunda parte,
que tocó leer a la encargada de la política cultural mexicana,
Sancho Panza decía: ''Quien a buen árbol se arrima, buena
sombra le cobija".
Días antes se había anunciado que el presidente
Vicente Fox también leería un fragmento de El Quijote,
idea que luego sería descartada, quizá gracias a un asesor.
Así, Bermúdez, quien portaba la representación
cultural del mandatario, no pudo hacer llegar su voz al otro lado del
Atlántico.
Lectura en braille
Más discretos habían sido el senador Diego
Fernández de Cevallos y Fernando Lozano Gracia, ex procurador de
la República, quienes habían leído fragmentos del
texto de Miguel de Cervantes dos horas antes.
Pero a José de la Colina no le pareció pertinente
y, cuando Fernández de Cevallos bajaba del pequeño templete,
lo llamó ''blasfemo". Luego el cuentista subió al podio,
tomó el micrófono y dijo que era ''una blasfemia" que personajes
como ellos se presentarán en ese lugar.
Entre los muchos lectores anónimos que recrearon
son su voz la andanzas del ingenioso hidalgo, destacó un grupo de
cuatro invidentes que lo hizo mediante el sistema braille.
La lectura maratónica del Quijote comenzó
el jueves a las 5 de la mañana y deberá concluir en la madrugada
de este sábado.
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