México D.F. Sábado 24 de abril de 2004
Instó a no aislarse
Sin tregua, la defensa de la autonomía, dice rector de la UAM
JOSE GALAN
Las universidades públicas deben proteger su autonomía en la batalla por la producción de la verdad, afirmó ayer el rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Luis Mier y Terán Casanueva, y advirtió que las instituciones de educación superior están condenadas "a una aislamiento estéril" si no responden a las necesidades de la sociedad y reflexionan sobre su funcionamiento.
Al dictar la conferencia magistral de clausura de las jornadas culturales Universidad y sociedad, auspiciadas por la UAM y la Universidad del Claustro de Sor Juana, consideró respecto del tema del financiamiento a la educación superior pública que existe una "trágica la paradoja: mientras más ha necesitado la sociedad de la universidad, más difícil ha sido nuestra posibilidad de planear siquiera a mediano plazo".
Advirtió que los años recientes han sido una época "tremendamente delicada" para el sistema universitario mexicano, el cual requiere mejoría en recursos humanos y materiales, "pero todos los que formamos parte del mundo universitario sabemos que mientras aumentaban las necesidades de la sociedad, se debilitaba la asignación de recursos para las universidades públicas".
Agregó que la vulnerabilidad económica del país en los años recientes "no ha permitido que los presupuestos institucionales se estabilicen, impidiendo con ello una planeación rigurosa y eficiente a largo plazo. Toda universidad que no se mantenga alerta a las nuevas necesidades de la sociedad; que no revise su funcionamiento, y que no modifique sus prácticas, está condenada a un aislamiento estéril", subrayó.
Citó a Sor Juana Inés de la Cruz al sostener que "las luces de la verdad no se oscurecen con gritos", frase que, inclusive, "puede ser emblema para proteger nuestra autonomía", aunque se no se debe olvidar que hoy día "hay en la producción de la verdad una batalla, singular, en la que el vencedor será aquel que logre separarse del griterío para hacerlo visible, para comprenderlo y denunciarlo, para reconocer si es grito desesperado, exigencia legítima o turbulencia arbitraria. La universidad de hoy y del futuro debe aislarse del ruido para aprender a escucharlo".
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