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México D.F. Sábado 24 de abril de 2004
Un replanteamiento en el agro no significa volver
al paternalismo: Heladio Ramírez
Apoyos para afrontar con dignidad la competencia, demanda
la CNC
El campesino debe ajustar la producción a la
evolución de la demanda o será desplazado por las importaciones,
responde Francisco López Tostado, subsecretario mexicano de Agricultura
MATILDE PEREZ U. ENVIADA
Pachuca, Hgo., 23 de abril. Dispuestos a conservar
y defender la diversidad del maíz en Mesoamérica, productores
de México, Guatemala y Honduras acordaron sumar esfuerzos para impedir
que la globalización y el neoliberalismo destruyan a "los hombres
de maíz". Este es el mejor momento para iniciar el movimiento de
resistencia, dijo María Alicia Calles, secretaria general de la
Unión de Mujeres Campesinas e integrante del Movimiento Coordinador
de Organizaciones Campesinas de Honduras (Cococh).
En
una plática durante la apertura de la séptima Asamblea Nacional
de Productores Agrícolas de Maíz, que organizó la
Confederación Nacional Campesina, la dirigente comentó que
los agricultores hondureños "estamos dispuestos a aliarnos con productores
de Mesoamérica para defender el maíz, porque es nuestro pan
de todos los días; sin él no viviríamos". Agregó
que los labriegos de su país -en el cual 46 por ciento de la superficie
agrícola se destina a la producción del grano- sostienen
una campaña en contra de las semillas transgénicas y del
modelo neoliberal, que con los acuerdos de libre comercio entre los gobiernos
están destruyendo la economía agrícola.
Por su parte, los productores de maíz mexicanos
exigieron al gobierno federal una política de Estado para preservar
las 40 razas y múltiples variedades de maíz, proteger la
producción en 8.3 millones de hectáreas que siembran los
3.5 millones de campesinos. No puede seguir en riesgo el futuro del maíz,
señaló Efraín García Bello, presidente de la
Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz
de México, quien hizo un llamado a la iniciativa privada, autoridades
federales y estatales, investigadores y científicos para sumarse
a la lucha de los maiceros. Propuso al gobierno federal crear un programa
y ley específicos para ese cultivo.
La exigencia de un replanteamiento estratégico
para el campo no significa volver a antiguos paternalismos pero tampoco
deben ser estrategias que sólo maquillan la realidad. "No mendigamos
recursos perpetuadores de la pobreza, sino apoyos emancipadores que nos
ayuden a enfrentar con dignidad la competencia, que se eliminen burocracias,
requisitos y reglas que sólo conducen al terreno de la impotencia",
destacó el presidente de la CNC, Heladio Ramírez López.
Importar maíz, una paradoja: CNC
Pero -preguntó ante el subsecretario de Agricultura
de México, Francisco López Tostado- "¿qué hacer
cuando todo conspira, desde la complacencia gubernamental hasta las recomendaciones
de algunos investigadores y académicos que han concluido que el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte no debe revisarse,
menos aún renegociarse en su capítulo agropecuario, cuando
les hemos reiterado que ese acuerdo, apresuradamente negociado, significa
la ruina de la economía campesina, carente de un programa de transición,
como lo sugiere el mismo espíritu del tratado?"
A los agroindustriales -entre los participantes estaban
los representantes de IdaQuim, Maseca, Minsa, Almidones Mexicanos- pidió
no seguir comprando afuera su materia prima (maíz amarillo). "Es
una paradoja que habiendo aquí 3.5 millones de productores, los
empresarios del país se vean obligados a importar granos, oleaginosas
y productos pecuarios, so pena de no competir con los productos procesados
provenientes del exterior y para evitar ser desplazados del mercado interno."
También demandó a los productores dejar
atrás las prácticas de la simple presión o del reclamo
sin compromiso y sumarse al trabajo que emprendió la CNC, de creación
de empresas campesinas. "Para reconstruir el campo necesitamos un cambio
radical en la visión del gobierno, pero también en las formas
organizativas que deben sustentarse en una nueva conciencia campesina".
Un panorama diferente al de los cenecistas presentó
el subsecretario de Agricultura: "Hay que romper con el esquema de desconfianza,
porque no se trata de eliminar a nadie", dijo, y elogió la capacidad
de los productores de maíz para lograr una productividad de entre
seis y nueve toneladas por hectárea, aunque todavía insuficiente
para atender la demanda interna, ya que se producen 18 millones de toneladas,
pero se requieren 24 millones. "El campesino debe ajustar su producción
a la evolución de la demanda, de lo contrario puede ser desplazado
por las importaciones".
A la petición de una ley y un programa específicos
para el maíz, respondió: "allí está la ley
de desarrollo rural, hay que apegarse a ella".
Durante el foro, la Unión de Productores de Maíz
del sur de Veracruz formalizó la firma del convenio con industriales
de Guatemala para exportar maíz amarillo; en 15 días más
se entregarán las primeras 3 mil toneladas. A la fecha cerca de
400 productores participan con 10 mil hectáreas, con productividad
de ocho toneladas cada una, para cumplir con el compromiso. Es un acuerdo
benéfico, ya que venderán en mil 950 pesos la tonelada, mientras
el costo de producción es de 4 mil 500 pesos, pero antes tuvieron
que invertir 1.2 millones de pesos para preparar las primeras 500 hectáreas
y obtener la semilla requerida. "Si no nos aventamos seguiremos con miedo",
asentaron Rosa María Castelán Fernández, Araceli Pérez
y Pedro Ramos, estos dos últimos productores de maíz especializado.
En la apertura del foro también participaron los
gobernadores de Hidalgo, Manuel Angel Núñez Soto, y de Coahuila,
Enrique Martínez y Martínez.
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