México D.F. Sábado 24 de abril de 2004
La mayoría, víctimas de enganchadores
de San Pablo del Monte, Tenancingo y Zacatelco
Focos rojos en Tlaxcala por aumento de la explotación
sexual contra mujeres
Hasta noviembre de 2003 se documentaron 261 casos en
la zona de tolerancia de Tijuana
LA JORNADA DE ORIENTE
Tlaxcala, Tlax., 23 de abril. Considerado "el estado
más seguro del país", paradójicamente Tlaxcala se
ha convertido también en uno de los principales "exportadores" de
mujeres que son obligadas a prostituirse en ciudades del país y
del extranjero. Además se ha detectado que la explotación
sexual infantil crece cada día, lo cual ha generado gran preocupación
entre las autoridades locales, organismos nacionales e internacionales.
La detención en enero pasado en Queens, Nueva York,
de 10 integrantes de la banda Los Lenones, puso al descubierto lo
que podría ser una amplia red de tlaxcaltecas -sobre todo habitantes
del municipio de Tenancingo- dedicados a la explotación sexual de
mujeres. Seis integrantes más están prófugos.
A
esa organización, integrada por miembros de la familia Flores Carreto,
que tenía su centro de operaciones en Nueva York se dedicaba desde
hace 13 años a esta actividad, ahora se suma la banda conformada
por los primos Hernández, de Xicohtzinco, liderados por Hugo Hernández
Orea, El Chilango, quienes "trabajan" en Tijuana, Baja California.
Datos proporcionados por algunas víctimas indican
que en esa misma ciudad fronteriza operan Los Xalcaltzingos, Los Tenangos
y Los Caleros, que aglutinan a padrotes de los municipios
de San Pablo del Monte, Tenancingo y Zacatelco, quienes se encargan de
enganchar a las mujeres.
Víctor Clark Alfaro, director del Centro Binacional
de Estudios Humanos en Tijuana y profesor de política en la Universidad
Estatal de San Diego, comentó que hasta noviembre pasado en la zona
roja de Tijuana se tenían documentados aproximadamente 4 mil casos
de mujeres de entre 18 y 25 años de edad que trabajan en la industria
del sexo, sobre todo de Tlaxcala, Puebla, Guerrero y Michoacán.
Sin embargo, un reporte de la Dirección de Servicios
Médicos de Tijuana revela que el padrón de prostitutas estaba
conformado, hasta principios del presente año, por 4 mil 500 mujeres,
de las cuales, 787 son de Sinaloa, 404 de Baja California, 310 de Veracruz,
282 de Sonora, 280 del Distrito Federal, 261 de Tlaxcala, 208 de Michoacán
el resto de otros estados.
Informes de la Policía Federal Preventiva (PFP)
refieren que en el país existen al menos 15 bandas dedicadas a reclutar
mujeres de entre 14 y 17 años de edad a las que, con engaños,
se las llevan para luego explotarlas sexualmente. Esas organizaciones tendrían
nexos con unas 120 organizaciones delictivas menores que operan sobre todo
en la frontera norte.
Otra situación que prendió los focos
rojos en Tlaxcala fue la reciente denuncia hecha por Mayri N.,
una niña de 13 años de edad quien, tras escapar de El Farolito
-un tugurio ubicado en el municipio de Panotla-, denunció que policías
estatales la obligaban a prostituirse.
Por este motivo fueron detenidos el comandante Sebastián
Jiménez Vázquez y el policía José Luis Sánchez
Vázquez, señalados por la niña como los individuos
que la obligaban a prostituirse, junto con los dueños de El Farolito.
Durante ocho meses, Mayri N. fue obligada a prostituirse
con al menos 80 sujetos, entre ellos policías estatales y soldados
asignados a la 23 Zona Militar con sede en Panotla.
Tlaxcala perdió su tranquilidad
En octubre de 1994, el entonces secretario de Gobierno
y actual diputado federal priísta, Federico Barbosa Gutiérrez,
advirtió que Tlaxcala "ya no es el estado tranquilo que todos creemos.
Ya hay de todo: tráfico de drogas, trata de blancas, alcoholismo,
drogadicción, etcétera".
Sin embargo, es en los dos años recientes cuando
esa declaración cobró vigencia, porque a Tlaxcala se le colocó
en el plano nacional e internacional como uno de los principales "exportadores"
de mujeres, en su mayoría casi niñas, que son obligadas a
prostituirse.
Esta visión se refleja en el informe de la relatora
especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ofelia
Calcetas-Santos, quien en noviembre de 1997 realizó una misión
especial en nuestro país para estudiar la explotación sexual
de niños mexicanos.
Según el informe, "desde 1994 se ha observado un
aumento de la prostitución infantil en la ciudad de México,
en particular de niñas procedentes de Tlaxcala, Oaxaca, Chiapas,
Puebla y Veracruz".
La organización Brigada Callejera de Apoyo a la
Mujer Elisa Martínez realizó la primera Campaña Ciudadana
contra la Explotación Sexual Infantil, cuyos resultados difundidos,
el 7 de mayo de 2003, revelaron que "Tlaxcala es uno de las principales
estados de donde niños y mujeres son llevados a los estados del
sur de Estados Unidos, para ser prostituidos y esclavizados por redes organizadas".
"Que en Tlaxcala no haya denuncias por casos de prostitución
infantil no quiere decir el fenómeno esté ausente en la entidad",
aseguró Alejandra Fonseca, directora de comunicación del
Instituto de Asistencia Pública del Estado de Puebla.
Sostuvo que estas actividades tienen lugar, principalmente,
en los municipios del sur del estado y en algunos urbanos como Apizaco.
Insistió en que "la mayoría de las víctimas
son de San Pablo del Monte, Tenancingo y Zacatelco. Ahí es donde
actúan los lenones que coptan fácilmente a los menores de
edad, sobre todo del sexo femenino".
Debido a la denuncia pública sobre casos de explotación
sexual comercial infantil, el DIF estatal promovió una investigación
a fondo sobre el tema. El trabajo fue encomendado a la División
de Estudios de Posgrado del Departamento de Sociología y Trabajo
Social de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, en coordinación
con el Primer Colegio de Sociólogos de Tlaxcala.
Los resultados del trabajo realizado durante 2003 y entregados
hace apenas unas semanas al DIF estatal son guardados con carácter
de "confidenciales".
Sin embargo, una de las primeras conclusiones que revela
el texto -del que tiene copia este diario- indica que las instituciones
consultadas para esta investigación "poseen escasa información
sobre lo que implica la explotación sexual, situación que
limita sus posibilidades de intervenir de manera más eficiente en
el problema. Hemos podido confirmar ciertas limitaciones, sobre todo de
orden legal e institucional para hacer frente a dicha problemática".
Para corroborar esta afirmación cabe señalar
que en octubre de 2003 el Instituto Nacional de las Mujeres revisó
los códigos penales federal y estatales y reveló que en pleno
siglo XXI, en 24 entidades del país "se castiga más el robo
de una vaca que la comisión de delitos sexuales contra las mujeres",
además de que en ningún estado se prohíbe el matrimonio
de menores de edad, a pesar de las recomendaciones de la Organización
Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Las entidades donde los códigos civiles y penales
castigan más el abigeato que un delito sexual son: Baja California,
Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, estado
de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán,
Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala,
Yucatán, Veracruz y Zacatecas.
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