México D.F. Martes 20 de abril de 2004
Necesaria, caravana de apoyo; escasean alimentos y atención médica para afectados
Anuncia junta de buen gobierno el regreso de desplazados de Zinacantán
Por fin, tácito reconocimiento oficial del problema, que afecta a casi 500 zapatistas
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal de las Casas, Chis., 19 de abril. La junta de buen gobierno (JBG) Corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo anunció el próximo retorno de los desplazados zapatistas de Zinacantán. Para ello planteó la necesidad de una caravana de la sociedad civil que acompañe el regreso.
Reconocida al fin su existencia por el gobierno del estado, el medio millar de zinacantecos bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) siguen en malas condiciones de alojamiento y enfrentan una grave falta de alimentos y atención médica.
Si bien aún se ignora su paradero, los desplazados se encuentran resguardados por la JBG. Los organismos civiles encargados de recabar ayuda para las familias desplazadas notifican que, hasta ahora, las aportaciones han sido escasas y, por tanto, insuficientes.
Un llamamiento, difundido hoy por Enlace Civil en esta ciudad, señala que hay 35 heridos de gravedad y muchos más con lesiones leves, además de 109 familias desplazadas (484 personas) de las comunidades Jech'vó, Elambó Alto y Elambó Bajo (municipio de Zinacantán).
"Ante esta situación de urgencia, la JBG nos ha pedido informar que, previendo el regreso de las bases de apoyo zapatistas a sus comunidades, se plantea formar una caravana de acompañamiento para el retorno de los desplazados, y formar campamentos civiles por la paz en las comunidades a donde retornen las familias".
Sin precisar fecha, el boletín de Enlace Civil llama a la opinión pública a "mantenerse atenta, ya que el problema no ha sido solucionado".
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública del estado, Horacio Schroeder Bejarano, declaró que Chiapas está "en tranquilidad y calma, excepto los sucesos que se han presentado en puntos muy definidos".
Ayer domingo, Schroeder se encontraba en el estadio Víctor Manuel Reyna de Tuxtla Gutiérrez, como toda la clase política chiapaneca y el gobierno estatal en pleno, para complacerse con un triunfo más de los imparables Jaguares, líderes del futbol mexicano.
El funcionario se mostró confiado en relación con el problema en Zinacantán. De acuerdo con el Diario de Chiapas, confirmó que el operativo policiaco continúa en dicho municipio, "sobre todo en esas comunidades, esperando reestablecer (sic) el regreso de las personas".
Con esas palabras Schroeder reconoció la existencia de desplazados (sin llamarlos así), algo que el gobierno había negado o minimizado.
El origen del problema
El pasado enero, la JBG de Oventic denunció que el 9 de diciembre de 2003, en Elambó Alto, integrantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) desconectaron el agua a 23 familias bases de apoyo zapatistas.
El 21 de diciembre los perredistas conectaron las mangueras del suministro de agua sólo en sus casas y dejaron sin el líquido a las familias zapatistas. El mismo día, a unos cuatro kilómetros, en Jech'vó, militantes del PRD, en presencia del presidente municipal, Martín Sánchez Hernández, del mismo partido, se apropiaron de un manantial propiedad de zapatistas.
El 2 de enero, en Jech'vó, miembros del PRD se reunieron para excavar un pozo en el mismo manantial. Luego se dirigieron a la agencia municipal, donde permanecieron hasta la noche. Alrededor de las 22 horas, la señora María López Gómez salió de su casa, sin percatarse de que seguían reunidos; fue rodeada y amenazada por los perredistas.
El 1Ɔ de enero, en San Isidro, militantes del PRD amenazaron al joven promotor de salud zapatista Juan Pérez López, y a su padre. El día 2, Marcos Pérez Hernández fue llevado por la fuerza a la agencia municipal, donde lo interrogaron. Los militantes del PRD decidieron quitar el agua potable a los zapatistas.
Finalmente, en Elambó Bajo, 40 familias simpatizantes del EZLN fueron amenazadas por el agente municipal y por militantes perredistas. Finalmente se les privó de agua.
Las agresiones continuaron a pesar de que las bases de apoyo zapatistas se manifestaron de acuerdo en cooperar para el agua potable, la iglesia y la escuela, y que sí aceptarían ser nombrados en cargos, como el comité de educación o el patronato de agua potable. Insistieron en que no participarían en asuntos relacionados con el PRD o el gobierno.
El 10 de abril se llevó a cabo una marcha pacífica de bases de apoyo zapatistas para proveer de agua a Jech'vó y las otras comunidades privadas del líquido. La marcha fue emboscada. Entre esa noche y el día siguiente 484 personas huyeron de dichas comunidades, pues temían por su vida.
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