México D.F. Martes 20 de abril de 2004
La medida es indispensable en las democracias
modernas, afirma Anders Johnsson
El fuero no es para proteger a quien viola la ley:
parlamentario europeo
BLANCHE PETRICH Y VICTOR BALLINAS
Para la vida parlamentaria de las democracias modernas
sigue siendo indispensable la existencia de la inmunidad legislativa, que
no es un recurso para proteger a diputados o senadores que quebranten la
ley, sino un mecanismo para evitar que los poderes intenten minar o inhibir
la independencia de los parlamentos con procesos de juicio político,
asegura Anders Johnsson, secretario general de la Unión Interparlamentaria
(UIP), en respuesta a algunas reacciones de la opinión pública
en México que, de cara a los obstáculos para agilizar los
juicios de procedencia en algunos casos, como fue en su momento el del
priísta Carlos Romero Deschamps o ahora el del asambleísta
del PRD René Bejarano, se han expresado en favor de drogar el fuero
de los legisladores.
"En todos los países, en algún momento,
ha sido necesario retirar la inmunidad legislativa de parlamentarios sobre
quienes pesan presunciones de haber quebrantado la ley", asegura el político
sueco, especialista en jurisdicción internacional relacionada con
el parlamentarismo.
Al insistir en la importancia de que subsista este mecanismo
de protección a los derechos de los parlamentarios, Johnsson se
remonta al origen de los poderes legislativos, que surgieron como contrapeso
de los poderes totalitarios. Fue, en esas épocas, una forma de limitar
los poderes absolutos en sus intentos por eliminar disidencias convirtiendo
acusaciones de orden político en denuncias penales. No se pretendía
eximir al legislador de responder ante la justicia; simplemente se procuró
a los parlamentos una garantía de que, de ser sometido alguno de
sus integrantes a un proceso penal, éste se basaría en hechos
reales.
El fuero, añadió el dirigente, existe en
casi todos los parlamentos del mundo, notablemente en los de países
de más alta tradición democrática y ha sido de gran
utilidad para proteger el ejercicio político de diputados en situaciones
de riesgo de sus derechos en algunos casos de Africa, Asia e incluso América
Latina.
-El caso del dictador chileno Augusto Pinochet es paradigmático
de cómo se pretendió usar la inmunidad parlamentaria como
cobertura de impunidad.
-Precisamente durante el proceso de extradición
de Inglaterra a España de Pinochet la UIP fue consultada sobre los
aspectos legales internacionales de la inviolabilidad del fuero del senador
vitalicio. Nuestra opinión fue que los mecanismos de protección
a legisladores no son aplicables a hechos delincuenciales ni a actos de
violación masiva de derechos humanos. También opinamos que
el fuero no tenía vigencia extraterritorial, como era el caso en
ese momento.
-Hay otros antecedentes más recientes, en Centroamérica.
En Nicaragua, por ejemplo, dos ex presidentes -Daniel Ortega y Arnoldo
Alemán- se aseguraron escaños en la Asamblea Nacional para
evitar ser juzgados. En Guatemala, el ex presidente Alfonso Portillo intentó
hacer lo mismo, acogiéndose a un lugar en el Parlamento Centroamericano.
-Reitero que la inmunidad no equivale a proteger a un
legislador contra la aplicación de la ley; es simplemente un mecanismo
legal para evitar que un parlamentario sea sometido a juicio político.
Es importante para preservar la libertad, la independencia y, en algunos
casos límite, incluso la vida de los legisladores. En Sri Lanka,
en condiciones de guerra civil, fue clave para evitar asesinatos de diputados.
En Colombia, donde los parlamentarios son particularmente vulnerables,
también es un recurso vital.
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