México D.F. Jueves 15 de abril de 2004
El director huésped y la filarmónica
capitalina comenzarán la temporada Primavera 2004 en la sala Revueltas
Guadalupe Flores censura a orquestas ''tan de sangre
azul''
ANGEL VARGAS
El director de orquesta José Guadalupe Flores no
se anda con tapujos: ''Los músicos mexicanos hemos olvidado que
tenemos la obligación de cumplir una labor social. Nos quejamos
de que no hay público, que las salas están vacías
y que nadie hace algo, pero, ¿qué estamos haciendo nosotros?
''En Londres, por ejemplo, hay varios conciertos a diario
y las salas están llenas, pero tienen 500 años adelante de
nosotros en cuanto a ese tipo de cultura. Es, pues, nuestro deber hacer
esa cultura; buscar nuestro público y crear nuevos adeptos.
''La música y los músicos en México
debemos salir de las salas con ese cometido, y terminar de una vez por
todas con esas falsas consideraciones de que las orquestas son tan especiales,
tan de sangre azul, que pocos las merecen".
Acercar la música a niños y jóvenes
Flores, titular de la Orquesta Filarmónica de Querétaro,
asume entre los deberes sociales de las autoridades culturales y los músicos
nacionales acercar la música a niños y jóvenes, como
forma de educación y parte de una formación cultural integral.
Entrevistado con motivo de su actuación de este
fin de semana con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México
(OFCM), el maestro Flores expresa su convicción de que la música
de concierto ''es como la educación y la salud: todos tienen derecho
a ella", sin importar estrato ni condición sociales.
''Debemos tener cuidado, porque en el momento en que nos
quedemos sin público, las orquestas ya no tendrán justificación
ni razón de ser ante las autoridades. Que la gente tiene miedo ir
a las salas, pues sí, es cierto", dice.
"Por eso es que debemos salir a las calles y buscar el
contacto con la gente; hablar y convivir con ella, establecer inclusive
una amistad. Debemos quitar a toda costa la solemnidad a las salas de concierto.
La música no es así, solemne ni aburrida; es un acto gozoso,
de felicidad".
El músico jalisciense, quien ha sido titular de
las sinfónicas Nacional y de Xalapa, entre otras orquestas, urge
a que los directores mexicanos hagan ''un examen de conciencia" y exijan
más, tanto de su trabajo en lo personal como de las orquestas con
las que trabajan
''Suena muy feo lo que digo, pero así debe ser.
Es un aspecto necesario, urgente, porque somos los responsables del gusto
del público por la música.
''Si dejamos que las orquestas toquen como salga y si
no nos ponemos a estudiar en serio, el gusto del público va a resultar
en lo que le ofrezcamos, pura pobreza", expresa.
''He asistido a conciertos de algunas orquestas mexicanas
-de las que no digo nombres, porque es muy desagradable- en los que hacen
unas cosas tan feas y tan sucias, y sin embargo la gente queda fascinada,
pero por falta de criterio y no otra cosa. Eso no se vale; particularmente
con los niños, eso se vale menos, porque son almas puras."
El titular de la Filarmónica de Querétaro
hace un llamado a sus colegas: ''Todos pensamos que hacemos muy bien las
cosas, pero hay que ser críticos. Debemos vernos, escucharnos y
grabar nuestras cochinadas, para darnos cuenta de las verdades".
Se acabaron los capataces
Flores, por otra parte, habla de cómo debe ser
el director de orquesta contemporáneo, y sostiene que ya se acabaron
''los capataces" que prevalecieron durante los siglos XIX y XX.
''Ahora debemos pensar en la orquesta como si se tratara
de un equipo de futbol y en nosotros como directores técnicos. Ambas
partes buscamos lo mismo: meter goles, que en nuestro caso se traduce en
tocar la música en lo mejor que podamos", rubrica el director, a
quien corresponde dirigir el programa inaugural de la temporada Primavera
2004 de la Filarmónica de la Ciudad de México.
Para la ocasión programó obras de Johann
Strauss, así como de Franz Liszt, Johannes Brahms y Nicolai Rimsky-Korsakov.
Los conciertos serán sábado y domingo en la sala Revueltas
del Centro Cultural Ollin Yoliztli, en los horarios habituales.
Tensiones y divisionismo entre atrilistas de la OFCM
ANGEL VARGAS
La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de Mexico
(OFCM) comenzará este fin de semana su temporada Primavera 2004
en medio de un clima de tensión y divisionismo entre sus integrantes.
A decir de algunos atrilistas, la agrupación ''se
encuentra fracturada" desde hace varias semanas en dos bandos: el de los
músicos nacionales y el de los extranjeros.
El origen de esa crisis se remonta a supuestas prebendas
de las que, se asegura, fueron beneficiarios algunos instrumentistas extranjeros,
a lo cual se sumó el proceso de sucesión en la comisión
que representa a los artistas ante las autoridades.
Sin embargo, el problema mayor fue el impedimento de un
sector de músicos mexicanos para que algunos de sus colegas extranjeros
participaran en audiciones para cubrir alguna de las plazas principales
que están vacantes en la filarmónica.
''Fue la gota que derramó el vaso, pues los extranjeros
se sintieron atacados. Sí hay una fuerte división en la orquesta
y actitudes de discriminación y xenofobia", agregaron las fuentes,
que pidieron permanecer en el anonimato por temor a represalias.
Al adverso panorama, debe agregarse que continúa
su curso la demanda laboral que integrantes de la OFCM interpusieron ante
el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje contra la Secretaría
de Cultura del DF, instancia de la cual depende la orquesta.
''Acabamos de regresar a nuestras actividades y no sentimos
mejoras, pero tampoco que haya empeorado. Hay un ambiente extraño
en el que las cosas están en aparente calma", señalaron algunos
músicos.
''Desde diciembre debió haber cambiado la comisión,
pero no fue posible: como que ciertas fuerzas lo impidieron. Supuestamente
esta semana deben ser las votaciones, pero no sabemos qué pasara."
Por el desarrollo artístico y nuevos públicos
Entrevistado aparte, el director operativo de la OFCM,
José Isidoro Ramos, sostuvo que, de manera paulatina, se han ido
suavizando las fricciones que se presentaron entre los atrilistas de la
orquesta y las autoridades de la Secretaría de Cultura por cuestiones
laborales y administrativas.
La prioridad, agregó, es el desarrollo artístico
de la orquesta, así como atraer y crear nuevos públicos,
sin descuidar resolver situaciones relativas a la operación de la
OFCM como crear su normatividad y reglamento interno.
La batuta de José Guadalupe Flores (imagen superior
izquierda) y aspectos de las secciones alientos-madera, cuerdas y alientos-metal
de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, durante
el ensayo previo a su reaparición pública en la sala Silvestre
Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli FOTOS JOSE ANTONIO LOPEZ
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