México D.F. Jueves 15 de abril de 2004
La compañía realizará breve
temporada en el Museo Universitario del Chopo
Anuncia José Rivera nueva etapa del grupo La
Cebra Danza Gay
En ocho años abrimos un sendero que debe llegar
a la provincia, evalúa el bailarín
''Ya no es necesario ser tan radicales''; ahora apostarán
por otro tipo de coreografías, adelanta
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
El arte debe servir para ayudar a solucionar los problemas
de la sociedad, porque el artista tiene una voz más profunda que
la del político.
La opinión anterior es de José Rivera, director
de La Cebra Danza Gay, compañía que durante ocho años
se ha dedicado a tratar temas como la homofobia y el sida en casi 30 coreografías.
Las personas ya no creen en los políticos, pues
''no es lo mismo que hable Fox a que hable Carlos Monsiváis, porque
la cantaleta de los políticos es la que conocemos de toda la vida
y de la que todos estamos cansados, ahí es donde el artista puede
ayudar", expresa en entrevista el también coreógrafo de esa
agrupación dancística, que hoy comienza temporada en el Museo
Universitario del Chopo.
Validez de un proyecto
Los artistas, abunda Rivera, ''podemos hacer mucho más
que los políticos y tener más resonancia con la sociedad
en cuestiones como la guerra, el terrorismo o los asesinatos de mujeres
en Ciudad Juárez; y eso es lo que ha hecho La Cebra en cuanto a
la homosexualidad: hablar de la problemática gay, de la homofobia,
mediante la danza''.
Aun
cuando la sociedad ha cambiado y es más abierta al tema de la homosexualidad,
persiste la discriminación hacia la comunidad gay en urbes como
Guadalajara, donde el grupo dio funciones, y no se le permitía hospedarse
en un hotel, porque había ''familias".
Ahí enfrentaron la censura en el canal de televisión
universitario, pues les pidieron omitir las palabras ''gay" y ''homosexual".
Más aún, durante cuatro años no pudieron
presentarse en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario,
cuando Enrique Estrada era coordinador de Danza.
En ese recinto, La Cebra estrenó una de sus coreografías
más famosas, Yo no soy Pancho Villa ni me gusta el futbol,
en 1998. Se presentó los dos años siguientes y después
le cerraron las puertas.
''Estuvimos censurados de la sala por cuestiones homofóbicas,
porque Estrada decía que ese espectáculo no era digno de
un lugar tan importante. Nunca nos dio una explicación directa."
Frente a esto, subraya, ''no debemos derrotarnos sino
seguir adelante, estar convencidos de la validez de nuestro proyecto, que
ha abierto brecha. Si lo hicimos en la ciudad y otros lugares, también
lo haremos en provincia"; aunque en poblaciones que parecieran más
conservadoras, como Mérida y Puebla, la recepción es diferente:
''nos quieren y respetan".
Regreso a la sala Covarrubias
Ahora, La Cebra Danza Gay regresa a la Sala Miguel Covarrubias
para celebrar 50 representaciones de No soy Pancho Villa... a partir
del 20 de mayo.
Las cosas han cambiado, pues lograron la madurez del proyecto
y la estabilidad del elenco, además del aumento de coreografías.
''La Cebra es un espacio de libertad para que los bailarines,
sobre todo los gays, pero también los heterosexuales, se sientan
liberados en un lugar donde pueden crear, experimentar, ser, sin necesidad
de reprimir ninguna parte de su personalidad."
Al principio, recuerda Rivera, La Cebra tenía sólo
bailarines gay -ahora hay heterosexuales- y el público también
era gay. Ocho años después los espectadores se han diversificado
y tienen un grupo muy amplio de heterosexuales, señoras y chavas.
''A las mujeres les llama la atención porque están
cansadas de la imagen del macho, no es que quieran andar con un gay, pero
sí tener acceso a un hombre más sensible, que tenga esa parte
femenina desarrollada."
La Cebra irá de lo externo a lo interno. ''Ya no
es necesario ser tan radicales, ahora experimentaremos otro tipo de coreografías
durante la temporada en el Teatro de la Danza, en agosto.
''El grupo puede hablar mucho más profundo del
gay, de sus problemas internos. De dónde viene el descubrimiento
de la homosexualidad, dónde están las raíces, cómo
te sientes después de haber tenido una experiencia sexual con un
hombre a los 11 años. Es rascar más adentro."
Con un programa integrado por las coreografías
Damascus, Bajorrelieve y Danza del mal amor o mejor me
voy, La Cebra comienza hoy temporada en el Museo Universitario del
Chopo (Doctor Enrique González Martínez 10, colonia Santa
María La Ribera).
Funciones los días 15, 16, 17, 22, 23 y 24 de abril,
a las 20 horas.
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