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México D.F. Viernes 9 de abril de 2004
MUSICA
José Agustín Ramírez
Cobain, al día
Dave Grohl: Probot (2004) [ ]
DAVE
GROHL, EL célebre bataco de Nirvana, fundó los Foo Fighters
en 1995 y ya sacó más discos con esa banda (cuatro en total)
que con aquella donde se consagró, y son más que respetables,
pero carecen de la imaginación y carisma del personaje que motiva
estas letras. El más reciente, sin embargo (One by one, 2002),
me parece el más cohesionado y quizás el mejor a la fecha.
No me atrevo a decir lo mismo de su nuevo proyecto alterno, bajo el nombre
retrofuturista de Probot, en el cual, junto con todos sus héroes
(entre los que destacan el señor Calavera, de la inolvidable Sepultura,
Cronos de Venom, Snake de Voivod, Wino de Obsessed y el ex guitarrista
de Soundgarden, además de otros sobrevivientes del Trash-death-black-speed-punk-hard-core-power-metal),
nos ofrecen una buena sobredosis de estas vertientes del metal pesado,
que serán una delicia para todos los adictos al género, pero
también resulta un proyecto anticuado, que sólo revive, por
algunas noches, este rock para machos-cabríos-matudos-caprice, fanáticos
de la testosterona y adoradores de Satán, que justamente Nirvana
se encargó de aniquilar como fenómeno comercial, reduciéndolos
al culto en el que hoy se han convertido, y de donde, supongo, ya no podrán
escapar ni con toda la ayuda de Dave Grohl y sus secuaces del subterráneo
metalero, como tampoco servirá la rudeza-pop de Metallica, Pantera
y Monster Magnet. Debo decirlo, aunque me arriesgue a ser sacrificado por
sus fans en una misa negra, a los cuales les digo, para calmar su
furia, que reconozco la calidad de cada una de las piezas del disco, si
se aprecian estos niveles, y una parte de mí también se regocija
con estos sinceros y sórdidos gruñidos, distorsiones y baterías
de bombardero, bestia metalera que Grohl ha desencadenado cual ejército
de Mordor. Tampoco me clavo, pues no es nada nuevo, pero son ruidos
que alivian nuestras almas negras, ¿o no?
Courtney Love: American sweetheart (2004) [
]
LO
MISMO VA, pero con más saña, para la cabrona de Courtey
Love, loba con piel de oveja, y su primer disco como solista (tras la desintegración
de su banda, supuestamente punketa, Hole): American sweetheart (febrero,
2004), que si bien suena menos fresa que el anterior, Celebrity skin
(1998), también se siente más inseguro y tan fuera de tiempo
que casi es retrógrada, sin la calidad del disco que sacó
unos meses después de la muerte de Cobain, Live through this,
cuyos detractores afirman que es el mejor, porque Kurt la ayudó
a concebirlo, igual que a la hija de ambos: Frances Bean Cobain, quien
ahora ya debe tener casi 11 años, y de su jefa sólo
ha oído dos discos de material nuevo en una década, mientras
que ya se chutó el drama de ver a su madre pasonearse en
tremenda sobredosis, por lo cual, hace poco, el gobierno le quitó
a Courtney la patria potestad de la niña. Pero volviendo al American
sweetheart, no es que sea tan malo, pero sí es mucho mas comercial
(colaboran en él Bearnie Taupin y Linda Perry, letristas de Elton
John y Christina Aguilera, respectivamente), previsible, light y
convencional que, desde luego, Nirvana, el segundo disco de Hole, o que
varias bandas nuevas que han dado un respiro al rock, como es el caso de
los nuevos cuatro fantásticos (Hives, Vines, Strokes y Stripes),
a quienes Love, incluso, dedica la pieza But Julian, I'm a little older
than you, en clara referencia a Julian Casablancas, vocalista de los
Strokes, quién de hecho es 14 años más joven que Love.
En fin, no es un desastre completo, pero sí genera un interés
morboso similar al de un avión estrellándose, o un barco
que se hunde. De hecho, letras como "Dijeron que el rock está muerto,
y quizá tienen razón", describen a la perfección el
futuro de esta viuda maniática, sedienta de éxito-punk; Pero,
cuando grita "I am the center of the Universe", ya cae tan gorda, que revive
la duda sobre si esta bruja asesinó al Kurt, quien, quizás,
exige venganza.
The Vines: Winning days (2004) [ ]
A
LOS VINES se les honró con el calificativo de "nuevo Nirvana",
por su primer disco, pero, la neta, los fanáticos se llevarán
tremendo chasco al escuchar el nuevo material de esta banda: Winning
Days (marzo 22, 2004), en el que se alejan casi por completo de las
similitudes que tuvieron con Nirvana, principalmente en el sencillo de
su disco debut, Get free, pues el resto del disco, aunque pesadón,
permitía ver las baladas cursis que pierden al pequeño Craig
Nicolls (letras, voz, guitarra), el cual se desinfla en su nuevo disco,
al menos como el "próximo Kurt Cobain" que auguraba la prensa gringa
y europea, pues ahora quiere sonar, evidentemente, más como a los
Beatles, mezclado con Oasis o Radiohead, pero sin lograr emular la inspiración
original al ciento por ciento. Y por cierto, el nuevo sencillo, Ride,
explora más en el rock punk de garage que los hermanaba con la potencia
de los White Stripes, pero, mucho me temo, es casi un plagio, por lo menos
en su melodía inicial, de la rola Shakin', del excelente
disco Thirteen tales of urban bohemia, de los Dandy Warhols, álbum
que me permito recomendar ampliamente, pues quizás hasta al mismísimo
Kurt le habría gustado (y si no, pus qué mamila).
Pero, volviendo a The Vines, banda australiana que presentó su segunda
grabación tras un cambio de baterista y un nuevo guitarro (lo cual
sólo deja a Craig y el bajista Patrick Matthews como miembros originales,
quienes por cierto se conocieron en un triste McDonald's de Sydney), ahora
se diluye, sobre todo al final del disco, en baladas aburridonas, que no
cohesionan como las del disco anterior, y casi dan la razón al neurótico
Dave Grohl, quien aseguró que Abril Lavigne le parecía más
desafiante que los Vines. Nada tienen que ver estas cursilerías
con el renacimiento del rock punk, al cual, supuestamente, apadrinan junto
con los otros clones. Pero las primeras dos rolas están bien, así
como la que cierra el disco, Fuck the world, quizá la única
que resucita su furia. En fin, la extraña instrumentación
y la sicodelia que los caracteriza también expanden su espíritu
en buenas piezas como TV pro, Evil town y Amnesia. Pero del
"nuevo Nirvana", nada. Evidentemente no es tan fácil, y ahora que
se ponen beatlemaniacos, pus eso sí está todavía más
cabrón. Pero se pueden levantar, si siguen evolucionando, como prometía
su producción anterior, el contundente Highly evolved. Más,
habrá que seguir esperando para una resurrección de un Nirvana...
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