México D.F. Viernes 13 de febrero de 2004
Esa novela marca el regreso de Julieta Campos a la narrativa
La forza del destino propone ''un recuento del asombro del ser'', expresó Fabienne Bradu
CESAR GÜEMES
La noche de este miércoles se concretó el regreso de Julieta Campos a la narrativa mediante la presentación de su nueva novela, La forza del destino, publicada por Alfaguara.
El libro se suma a trabajos como Tiene los cabellos rojizos y se llama Sabina, Premio Xavier Villaurrutia 1974, y a volúmenes de cuento, novela y teatro.
Danubio Torres Fierro, moderador de la mesa, celebró que la también ensayista regrese a la ficción, en particular, dijo, con un trabajo en el que la memoria es la piedra angular.
La forza del destino, afirmó Torres Fierro, es un libro contra la desmemoria, contra la Cuba que denominó como circunstancial y en favor de una Cuba perdurable.
Por su parte, la escritora Fabienne Bradu consideró que ''antes que una saga familiar, La forza... me parece un recuento del asombro del ser".
Hizo énfasis en que a lo largo de la novela, que propone un recuento por la historia de Cuba, no aparece la revolución de 1959, pero, aclaró, aunque no esté presente de manera explícita, se la adivina.
Entre las varias características de la novela, Angeles Mastretta, también comentarista de la obra, destacó la referida a la avidez de forjarse un destino.
Por su parte, Rafael Rojas planteó que La forza del destino es parte de un movimiento que integra a Cuba en la historia.
Rostros y voces de 14 generaciones
Julieta Campos, autora de Muerte por agua, El miedo de perder a Eurídice y Jardín de invierno, narró para el público asistente la gestación de su nueva novela, ocurrida al menos hace dos décadas, y aclaró que aunque La forza... es una obra de ficción, los personajes que tuvieron vida terrenal y que aparecen en ella son la inmensa mayoría.
''Ante mi curiosidad y mi asombro -dijo Campos-, empezaron a acompañarme rostros, voces y gestos de 14 generaciones."
La verdad, afirmó la autora dentro de las conclusiones de su comentario, no está en el discurso del poder, sino en la verdadera vida de las personas comunes y corrientes.
Como ejemplo puso a José Martí, de quien, por cierto, toma el epígrafe principal que abre La forza del destino: ''Dos patrias tengo yo:/ Cuba y la noche".
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