México D.F. Viernes 13 de febrero de 2004
José Cueli
Diálogos con el espíritu
Cada vez es más frecuente el conflicto entre grupos con diferentes niveles de simbolización: ex braceros, seguridad; campesinos, autoridades; delincuentes, poli-cías; ciudadanos, gobierno. No en balde en una espléndida conferencia dictada en la inauguración del Congreso Internacional de Sistemas Jurídicos Comparados, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente, se refirió a la necesidad imperiosa de guiarnos con base en un ''estado de derecho".
En realidad se tiene la impresión de estar girando siempre en torno de una ausencia, sin llegar a definiciones. ƑY cómo generar un ''estado de derecho" en un México desigual, económica, cultural y simbólicamente?
Es lugar común decir: hay que dialogar. Ante la incomunicación entre civilizados y primitivos, centralistas y marginales. Mas el diálogo no pasa solamente por el aprendizaje del pensamiento discursivo y lógico, sino por el aprendizaje de una cierta apertura al objeto de la búsqueda y el otro: la presencia del espíritu, de la que hablaba Platón. Porque se ocurre pensar que unos y otro tienen un sentido de abstracción que no se corresponde. Basta con pasar de una lengua a otra para ver cómo no se realiza de la misma manera en ambas la captación y codificación de la realidad. Basta observar a un niño en un ambiente lingüístico determinado para ver sus intentos por adherirse al mundo conceptual de dicho ambiente. Ver cómo este mundo lo admite y es al mismo tiempo inteligible para él.
Todo pensamiento es generalizador y simbólico, y por ese motivo se fundan las palabras del lenguaje. Pero el sistema particular de abstracción proporcionado por un ambiente lingüístico determinado, exige una cierta adaptación del pensamiento a sus normas, y decir que el ''marginal" no tiene el sentido de abstracción, porque no tiene el mismo sistema de abstracción que el civilizado, es generar la incomunicación.
Si el marginal no tiene algo que nosotros los ''civilizados" hemos adquirido, tendríamos que preguntarnos si al haber conseguido a nivel del pensamiento discursivo y abstracto, no hemos perdido también un nivel de percepción más intuitiva de la realidad y cierta sensibilidad respecto de ella.
Se pierde el contacto casi carnal con la naturaleza y con el ''otro" que nuestra civilización ha borrado, disecado y hecho imposible. El pensamiento del mundo moderno -bombas sobre marginales a explotar-, la misma relación sexual, son vínculos en los que desaparece la vida.
Nadie puede ser uno mismo, si el interlocutor no le deja espacio necesario para serlo. Se ve claro que el civilizado citadino no deja este espacio, ni al niño que ya no quiere ser ni al marginal que considera como primitivo y a quien ''intenta enseñar todo".
Pero, Ƒnosotros los civilizados que hemos llegado a ser?, Ƒa quién dirigimos una frase plena? Navegamos entre prejuicios, chismes, chistes, lavaderos, presupuesto, triquiñuelas, y chocamos contra obstáculos escondidos en la sombra: los marginales, Ƒdos terceras partes de la población mexicana?
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