El presidente Fox encabezará la inauguración de ese recinto en Ciudad Victoria

Lúdico y didáctico, nace el Museo de Historia Natural de Tamaulipas

Conjuga un discurso mediante la palabra, la imagen, la luz, la música y el tiempo

MONICA MATEOS-VEGA

El presidente Vicente Fox inaugurará este viernes en Ciudad Victoria el Museo de Historia Natural de Tamaulipas (Tamux), el más grande del país, con un área de 10 mil metros cuadrados.

El recinto ''tiene un equilibrio de elementos museográficos: objetos, gráfica, audio, video, ambientes, modelos, un pequeño teatro virtual, espacios interactivos por computadora, interactivos manuales y espacios lúdicos para niños", informó Ofelia Martínez, responsable de la museografía.

Agregó que el Tamux cuenta con equipo de alta tecnología de control y sincronía de iluminación, audio y de interactivos multimedia.

''Se trata de un museo lúdico, didáctico y nos atrevemos a decir que en este momento será el mejor museo de historia natural de México", señaló.

El proyecto arquitectónico estuvo a cargo de Francisco y Rodrigo Marván, quienes diseñaron el inmueble que alberga cinco salas diferentes en las que ''hemos conjugado un discurso creativo mediante la palabra, la imagen, la música, el espacio, la luz y el tiempo para intentar hacer accesible a cualquiera el intrincado mundo de la reflexión sobre nuestros orígenes, la organización de la materia en el universo, la presencia de la vida sobre la tierra y la riqueza de nuestro entorno", añadió Martínez, quien también se encargó de la museografía del Museo del Desierto, que se ubica en Saltillo, Coahuila, y del Pabellón de México en Lisboa 98, entre otros proyectos.

Detalló que ''entrar en el Tamux es un llamado a que el visitante se despoje de prejuicios, para que sienta y perciba". El recorrido empieza en la sala dedicada al universo, después está la sala de la vida.

Dicho espacio es ''pequeño, acogedor", en el cual el público conocerá ''la historia de algo que parece sencillo: que la vida resulta de la larga evolución de la materia; los átomos, que forman moléculas, éstas, macromoléculas que a su vez se organizan y forman las células, las células organismos y así sucesivamente hasta llegar a los ecosistemas y al ámbito mayor en el que se da la vida: la biosfera".

El viaje continúa hacia la sala evolución y paleontología, que ofrece ''videos artísticos, lúdicos, poéticos, en algunos de ellos nos acompaña el mejor cuento corto de Augusto Monterroso sobre los dinosaurios, así como lenguajes entrecruzados: el científico y el artístico, la cultura y la naturaleza, cuyo fin último es despertar la emoción estética en el visitante y así aprender y descubrir los conocimientos científicos a partir del arte", señala la museógrafa.

La magia de la imagen

La sala en la que ''la magia de la imagen explota" es la dedicada a la biodiversidad tamaulipeca. Su montaje no fue tarea sencilla, explica Ofelia Martínez, pues ''hubo que convencer a los gestores del museo de que los estímulos a partir de la imagen sin exceso de palabras, la música, la iluminación y el propio espacio limpio pueden generar un discurso que emocione al visitante y que por medio de todo esto logre sentir un asombro ante el misterio de la belleza, y a partir de esta experiencia conocer, valorar y sentirse orgulloso de su territorio".

La última sala es la dedicada al hombre y la naturaleza, tema ''por demás difícil", explica Martínez, ''pues fácilmente podemos caer en la trampa de la moralidad mojigata; lo libramos como equilibristas en la cuerda floja recreando atmósferas abstractas a manera de una instalación artística (en parte) para intentar crear un vínculo diferente con el espectador, pasar a ser intérpretes de una realidad cambiante y subjetiva".

La especialista describe que la idea de este museo, financiado por el gobierno de Tamaulipas, entre otras instancias, ''tomó muchos años gestarla y realizarla. Y es de admirarse que la iniciativa la promovieron académicos tenaces de la región, lo que le confiere a este espacio una legitimidad incuestionable".