México D.F. Sábado 7 de febrero de 2004
Desde Viena, el tenor manifiesta su emoción por reaparecer en México
El elíxir de amor es parte vital de mi geografía, asume Ramón Vargas
Reitera su convicción de que en el país se desatiende la cultura y se menosprecia el talento Las funciones se efectuarán los días 15, 19 y 22 de febrero
ANGEL VARGAS
No hay ópera más especial y entrañable para Ramón Vargas que El elíxir de amor, de Gaetano Donizetti, a decir del cantante mexicano, calificado por la crítica entre los mejores tenores del mundo.
''Es una obra muy significativa para mí, de gran valor para mi historia personal. Fue, si no la primera ópera que aprendí, sí una de las primeras. Además de que su aria Una furtiva lacrima es una de las más bellas páginas escritas en la historia del canto", dice vía telefónica desde Viena.
Con esa pieza ''gané premios y concursos tan importantes como el Carlo Morelli (en México) y el Enrico Caruso (en Italia). Es un aria interpretada por casi todos los tenores del mundo.
''Además de las exigencias musicales y técnicas, representa gran dificultad interpretarla porque enseguida se suscitan comparaciones, puesto que la han cantado desde Caruso hasta Pavarotti, Carreras y Alfredo Kraus.
''Puedo afirmar, sin temor, que El elíxir de amor es parte de la geografía vital de Ramón Vargas. Tanto la ópera en su conjunto como el aria referida me ubican, por lo que interpretarlas es siempre un reto, pero lo acepto gustoso."
Nada como lo anterior rinde cuenta de porqué el tenor se expresa emocionado por reaparecer en el Palacio de Bellas Artes con esta obra bufa, luego de que desde 1998 no había actuado en algún montaje operístico.
Un Nemorino con más madurez
Como lo hizo en 1995, también en ese recinto, Vargas personificará a Nemorino, el protagonista de esa ópera, cuya actual puesta en escena ha congregado a un elenco del Metropolitan Opera House de Nueva York hecho en México.
Actúan también la soprano Olivia Gorra y el bajo Rosendo Flores, además de Oscar Sámano y Verónica Murúa. La dirección escénica está a cargo de César Piña y la concertadora de Guido Maria Guida. Las funciones serán los días 15, 19 y 22 de febrero.
En tanto llega el día del estreno, el tenor se encuentra en la capital austriaca, donde protagoniza La Favorite, de Donizetti, en el Teatro Estatal de Viena.
Desde esa ciudad, accede a conversar con medios de comunicación mexicanos.
La charla es larga (más de media hora) y Ramón Vargas lo mismo externa su gusto por trabajar en una ópera con sus grandes amigos que reitera su convicción de que en el país se desatiende la cultura y se menosprecia el talento.
Ejemplifica con la ópera y el canto en general, y afirma que si algunos intérpretes han logrado triunfar en los principales escenarios del mundo es por su esfuerzo y valor personales, debido a que en México no existen condiciones básicas.
Al prometer una actuación con mayor madurez y calidad que la de 1995, Vargas resalta de El elíxir de amor que es una de las pocas, si no la única, de la literatura operística en la que el personaje principal logra su objetivo, el amor de su amada, con base en el bien y valores como la honestidad, la bondad y la generosidad.
''La enseñanza es única. Es una comedia ingenua, pero no superficial. No es un cuento de hadas, sino que proporciona muchos elementos para la reflexión."
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