México D.F. Jueves 29 de enero de 2004
Kerry, nuevo favorito, pero en estados sureños
podría cambiar su suerte: analistas
Potencial para vencer a Bush, el factor clave de la
elección demócrata
Los aspirantes Edwards y Clark mejoran sus expectativas;
Dean, casi descartado
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 28 de enero. La contundente
victoria del millonario senador John Kerry en las elecciones primarias
de Nueva Hampshire consolidó su posición como favorito en
el proceso de selección del candidato demócrata a la presidencia
para los comicios de noviembre, pero esto podría cambiar en forma
drástica cuando el próximo martes se celebren elecciones
primarias en siete estados en el sur y suroeste que podrían favorecer
a dos candidatos regionales.
Todo
indica que el factor clave en Nueva Hampshire, igual que hace una semana
en Iowa, era cuál candidato tendría la mejor oportunidad
de derrotar al presidente George W. Bush en las elecciones de noviembre
y no las preferencias entre las posiciones políticas o los méritos
individuales de cada aspirante.
Como resultado, los votantes decidieron que Kerry, con
una carrera de 24 años en el Senado, veterano de Vietnam, condecorado
y quien regresó al país para sumarse a la oposición
a esa guerra, es el más viable contra Bush. Asesores de Kerry, cuyos
discursos casi siempre son calificados de largos y algo aburridos, dicen
que es un hombre de "experiencia" y "madurez", y por lo tanto el más
presidenciable entre los siete que buscan la candidatura presidencial del
Partido Demócrata.
El triunfo de Kerry fue otro duro golpe para la campaña
del ex gobernador de Vermont Howard Dean, quien hasta hace tres semanas
aparecía como favorito en las encuestas. Aunque en Nueva Hampshire
logró ocupar el segundo lugar (en Iowa fue tercero) sus simpatizantes
tenían esperanzas de ganar las primeras dos contiendas. Así,
la derrota de Dean, considerada como la gran sorpresa de esta votación,
y el triunfo de Kerry, quien hace algunas semanas parecía estancado
y hasta era descartado por algunos en esta competencia electoral, son las
dos grandes noticias hasta ahora.
Pero no es que Dean, que había lanzado la campaña
más agresiva contra la guerra en Irak y había criticado a
Kerry por haber votado en favor de una resolución que autorizó
el uso de armas contra el país petrolero, haya perdido el apoyo
de los votantes por sus posiciones. De hecho, dos tercios de los votantes
de Nueva Hampshire decían en encuestas que se oponían a la
guerra en Irak, y el propio Kerry ha sido obligado a señalar que
fue una mala idea. Más bien todo gira en torno de cuál aspirante
tiene la mejor posibilidad de derrotar a Bush.
Una encuesta de salida de CNN en Nueva Hampshire reveló
que 46 por ciento votó por Kerry por considerar que tenía
la mejor posibilidad de derrotar a Bush, contra 19 por ciento que pensaba
lo mismo de Dean. A la vez, 69 por ciento votó en favor de Dean
por estar de acuerdo con sus posiciones políticas, y 42 por ciento
expresó lo mismo de Kerry.
El triunfo de Kerry en Nueva Hampshire ha llevado a que
algunos analistas (vale señalar que casi todos se han equivocado
hasta la fecha sobre la etapa inicial de esta contienda) lo declaren ya
como el candidato del Partido Demócrata. "Los últimos dos
demócratas que ganaron Iowa y Nueva Hampshire en competencias cerradas
fueron Jimmy Carter en 1976 y Al Gore en 2000; y ambos acabaron ganando
la nominación (como candidato presidencial) del Partido Demócrata",
escribió hoy el veterano analista David Broder en el Washington
Post. "Una buena semana más y la nominación pertenecerá
a Kerry", agregó el reconocido encuestador Charles Cook.
Pero el curioso proceso de elecciones internas utilizado
en este país podría cambiar dramáticamente este panorama.
El próximo martes se realizarán internas en siete estados:
Missouri, Carolina del Sur, Delaware, Oklahoma, Nuevo México, Arizona
y Dakota del Norte. Estos estados podrían ofrecer a dos candidatos
sureños, el senador John Edwards de Carolina del Norte (pero nacido
en Carolina del Sur) y el ex general Wesley Clark de Arkansas, una oportunidad
para ganar sus primeras elecciones y como resultado retar efectivamente
a Kerry y Dean.
Edwards y Clark (quienes más o menos empataron
para obtener el tercer lugar en Nueva Hampshire) han enfocado su estrategia
en el frecuentemente comentado hecho de que los únicos candidatos
demócratas que han llegado a la Casa Blanca en los últimos
40 años han provenido del sur: Lyndon Johnson, Jimmy Carter y Bill
Clinton.
Tanto Edwards como Clark han contrastado sus biografías
como hijos de familias trabajadoras con la del multimillonario John Kerry,
miembro de larga estancia en la cúpula política de Washington
y quien está casado con Teresa Heinz (de la fortuna de alimentos
Heinz), por lo que han señalado que Kerry no gozará de amplio
apoyo entre sectores del electorado desencantados con la clase política.
Aunque Edwards es senador, sólo lo ha sido por cuatro años,
mientras que Clark ha dedicado su vida adulta a las fuerzas armadas.
Pero es precisamente su acceso al gran dinero -la fortuna
de su esposa (por matrimonio previo con la familia Heinz) se calcula en
por lo menos 100 millones de dólares- que Kerry tiene una ventaja,
ya que podrá mantener un perfil más alto por medio de la
publicidad ante el electorado de su partido en los siete estados que celebrarán
primarias la próxima semana. "Tengo la intención de hacer
campaña en el sur; en todo el sur", afirmó Kerry hoy.
Aunque en el proceso de primarias se trata, en teoría,
de seleccionar a delegados de cada estado comprometidos con un candidato,
que se reúnen en una convención nacional (la demócrata
se realizará en julio en Boston), la realidad es que se determina
el nombre del candidato a principios de marzo, mucho antes de que los votantes
de la mitad de los estados hayan tenido la oportunidad de participar en
el proceso.
Desde el inicio de la contienda, las decisiones sobre
la viabilidad de los precandidatos son tomadas por un pequeño grupo
de donantes ricos y líderes de los partidos nacionales. El proceso
se trata, tal vez, más de dinero que de votos, y ese es el factor
clave a lo largo de esta competencia.
Dean jamás ha sido el favorito del pequeño
grupo de mayor influencia del Partido Demócrata y ahora los medios
masivos, después de elogiarlo y elevar su perfil durante meses,
han decidido casi descontarlo a pesar de que tiene millones de dólares
para gastar y una fuerte base activista.
"Los que los votantes buscan ahora", declaró el
gobernador de Iowa, Tom Vilsack, al Washington Post, "es qué
tipo de candidato maximiza la oportunidad de derrotar a Bush". El año
pasado, explicó, cuando se percibía a Bush como casi invulnerable,
los votantes favorecían a un candidato como Dean, quien por lo menos
podía encabezar un ataque directo contra el presidente. Pero con
una economía que aún no resucita y la guerra en Irak estancada,
Vilsack dice que Bush parece más vulnerable, por lo que los votantes
demócratas están optando por alguien como Kerry, ya que cuenta
con mayor experiencia política y podría retar con mayor efectividad
al presidente.
Pero los expertos y políticos podrían, como
hasta ahora, estar equivocados y todo podría cambiar una vez más.
La obra de teatro apenas comienza y todavía está inconclusa.
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