México D.F. Jueves 22 de enero de 2004
Reporta tasa anual de 3.3% para la desocupación
abierta
INEGI: 2003, el peor año para el empleo desde
98
Sólo en 16 días de diciembre se cancelaron
206 mil plazas formales
JUAN A. ZUÑIGA Y VICTOR CARDOSO
La tasa anual de desempleo abierto en 2003 se elevó
a 3.3 por ciento, la más alta proporción de desocupados que
ha tenido México desde 1998, y constituye también el peor
año del gobierno de Vicente Fox en materia de generación
de plazas.
La desocupación abierta en las 32 zonas urbanas
más importantes del país afecta actualmente a un millón
427 mil personas, cuando en diciembre de 2000 -al inicio de esta administración-,
674 mil integrantes de la denominada población económicamente
activa se encontraban en esta situación de búsqueda de empleo,
o intentaban una actividad remunerativa por cuenta propia sin conseguirlo.
De acuerdo con datos dados a conocer ayer por el Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI),
la de 2003 ha sido la tasa más elevada de desempleo abierto de los
seis años recientes. Pero por el número de afectados, el
crecimiento de la población desocupada se ha más que duplicado
(112 por ciento) durante el presente gobierno.
El registro de la segunda mitad de diciembre pasado es
ilustrativo: sólo en 16 días fueron despedidos 206 mil 684
trabajadores que laboraban en la economía formal, según el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Esto significa que en los
últimos días de 2003 quedaron cesantes cuatro veces la cifra
de personas (50 mil) que intenta liquidar el gobierno durante 2004.
Peor aún es que más de la mitad de los despidos,
114 mil 361, en la segunda quincena de diciembre, correspondía a
plazas clasificadas como "permanentes". Es decir, que junto con esos puestos
de trabajo se perdieron salarios fijos, afiliaciones al Sistema de Ahorro
para el Retiro, ingresos fiscales por impuestos sobre productos del trabajo
y sobre la renta, aportaciones al Seguro Social y, en general, todas las
prestaciones asociadas al empleo formal. Los otros 92 mil 132 trabajadores
cesados en ese breve lapso están catalogados como "eventuales".
Actualmente México tiene una población ocupada
de 31.4 millones de habitantes sólo en las zonas urbanas. De manera
formal 15.4 millones desarrollan alguna actividad en la iniciativa privada
y en el sector público.
Sin embargo, una de las mayores críticas hechas
al actual gobierno es que en los tres años anteriores, 584 mil 333
trabajadores fueron despedidos; de ellos 91 por ciento estaban afiliados
al IMSS como empleados permanentes.
Con eso la informalidad se reforzó. De acuerdo
con el INEGI, en diciembre de 2003 poco más de la mitad, 50.6 por
ciento de la población ocupada en las zonas urbanas del país,
"no tiene prestaciones".
Esto implica que 15 millones 900 mil están dedicados
a alguna de las actividades clasificadas como informales o ya tienen su
propio changarro, pero sin ningún tipo de seguridad social.
Durante 2003 se sumaron a esta categoría de subempleo más
de medio millón de personas.
Con base en las estadísticas del INEGI, no sólo
han crecido el desempleo y la informalidad, sino que incluso las jornadas
laborales son mayores a lo establecido en la ley vigente. Es así
que 53.8 por ciento de la población ocupada trabaja entre 35 y 48
horas a la semana. Alrededor de 8.2 millones cubren jornadas superiores
a las 48 horas, y el resto escasamente logra laborar 34 horas semanales.
La gravedad a que ha llegado el problema ocupacional en
el país se ilustra con un segmento identificado por el INEGI como
tasa de condiciones críticas de ocupación. El indicador es
descrito como aquel "que toma en cuenta a la población ocupada que
trabaja menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, más
de 35 horas semanales con ingreso mensual inferior a un salario mínimo,
o más de 48 horas con un ingreso inferior a dos salarios mínimos".
Este segmento de la población ocupada pasó
de 6.86 por ciento a 9.03 por ciento en un año, lo que implicó
que 682 mil mexicanos se sumaron a esta situación de empleo precario.
Ahora son casi 3 millones de personas.
El mes pasado las ciudades con mayores tasas de desempleo
abierto fueron: Chihuahua, con 5.7 por ciento; Querétaro, 4; Toluca,
3.9; Veracruz, 3.7; Durango, 3.6; ciudad de México, 3.5; Monterrey,
3.4, y Saltillo, 3.3 por ciento de su población económicamente
activa sin ocupación.
Su indicador de desempleo es de 2.97%
Disiente Fox de cifras de sus voceros y del instituto
JUAN MANUEL VENEGAS
La oficina de Comunicación de Los Pinos contradijo
ayer al presidente Vicente Fox en la presentación de los indicadores
de desempleo; mientras que en un texto dado a conocer por la tarde se dijo
que en diciembre pasado la tasa de desempleo abierto "registró una
reducción" respecto al mes inmediato anterior, al pasar de 3.97
por ciento en noviembre de 2003 a 3.38 en el último mes del año,
por la noche el mandatario sostuvo que el desempleo "en diciembre fue de
2.97 por ciento, un punto menos de lo que fue en noviembre".
De acuerdo con la información proporcionada por
Comunicación Social de Los Pinos, desde agosto empezó a "dibujarse"
una mejoría general en el mercado laboral que "sólo fue interrumpida
en noviembre".
Estos datos son compatibles "con la información
de trabajadores eventuales y urbanos afiliados al Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) según la cual, de acuerdo con cifras desestacionalizadas
(comparaciones de cada mes), el empleo no presenta disminuciones mensuales
desde septiembre", puntualizó la Presidencia ayer, horas después
de que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI) diera a conocer que la tasa anual de desempleo
abierto el año pasado se elevó a 3.3 por ciento.
El INEGI precisó que la desocupación alcanzó
la tasa más elevada de los seis años pasados y que 2003 constituye
el peor en materia de generación de fuentes de trabajo en el gobierno
de Fox.
Esta visión no fue compartida en Los Pinos, donde
se precisó que los resultados obtenidos en diciembre pasado "fortalecen
la evidencia de una paulatina recuperación en el mercado laboral",
y advirtió que los niveles de desempleo de los primeros tres años
de la administración foxista son "favorables" si se comparan con
los obtenidos en el primer trienio de las gestiones de Ernesto Zedillo,
Carlos Salinas de Gortari y Miguel de la Madrid.
En el mensaje que Fox envió anoche en Cancún,
durante la séptima Conferencia Anual Latinoamericana del Banco Santander,
subrayó que la tasa de desempleo en México "es la más
baja en América Latina".
Sin embargo, al abundar en sus estadísticas, el
titular del Poder Ejecutivo federal dio a conocer números distintos
a los que ofrecieron sus colaboradores de prensa, al subrayar que "la tasa
de desempleo de diciembre de 2003 fue de 2.97 por ciento". Con esto hizo
énfasis en que la actividad económica del país comienza
ya a responder "de una manera más dinámica en un entorno
de certidumbre".
Insistió, además, en las expectativas de
crecimiento económico de 3.1 por ciento para 2004, lo que permitirá
"mejorar de manera significativa el nivel de vida de la población".
Comparaciones y contradicciones en Comunicación
Social
Desde el primer párrafo del comunicado de los colaboradores
del Presidente se advierte que la tasa de desempleo en diciembre de 2003
fue de 3.38 por ciento, pero luego, al empezar a hacer las comparaciones
entre el sexenio de Fox y los inmediatos anteriores del PRI, dice que "el
INEGI reportó que en diciembre de 2003 la tasa general de desempleo
abierto urbano (TDA) fue de 2.96, lo que arroja un acumulado de 3.25 por
ciento en todo el año pasado".
Las contradicciones continúan en el punto tres
del documento oficial, en el que se indica que con "3.3 por ciento (de
desempleo) de 2003, se obtiene un promedio de 2.8 por ciento en los primeros
tres años del gobierno del presidente Vicente Fox. Este indicador
es favorable frente al 5.2 por ciento del primer trienio de Ernesto Zedillo;
el 2.8 de Carlos Salinas de Gortari, y el 6.3 de Miguel de la Madrid".
Se insiste al final en el mismo porcentaje: "el 3.3 por
ciento de la TDA en 2003 también es positivo frente al 10.7 por
ciento que fue previsto en el último reporte de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) como promedio para los países de
América Latina y el Caribe".
Sus políticas para maquiladoras, "de supervivencia"
El gobierno, ineficiente; sólo aplica "curitas": industriales
Critican que el país dependa cada vez más de remesas
DAVID ZUÑIGA
Los más de 250 mil empleos perdidos en la industria maquiladora durante la gestión de Vicente Fox se recuperarán hasta 2005; además, persistirá el éxodo de empresas y algunos sectores podrían desaparecer, no sólo porque China y los países de Centroamérica son más baratos para producir, sino porque el gobierno mexicano sigue sin visión de país ni estrategia para desarrollar la industria nacional, señalaron ayer dirigentes del sector.
En conferencia de prensa, el presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación (CNIME), Daniel Romero Mejía, pronosticó que en un escenario favorable, las inversiones de este año llegarán a 2 mil 800 millones de dólares, y para 2005 se crearían 159 mil 604 empleos directos. En el primer semestre se recuperarían 45 mil plazas, con inversión de 811 millones de dólares.
Sin embargo, agregó, medidas como el decreto maquilador y algunas facilidades fiscales son sólo "curitas". México sólo tiene políticas de "supervivencia", pero no de desarrollo para la industria nacional y, por ello, puede perder la oportunidad de ser atractivo para industrias como la médica y la aeroespacial, que tienen mayor valor agregado, añadió.
Romero Mejía consideró una "lástima" que el país dependa cada vez más de las remesas de dólares que hacen los migrantes, y señaló que esta pérdida de mano de obra se debe a la ineficiencia gubernamental. Romero admitió que un bracero puede ganar más que un obrero en una maquiladora, pero éste, dijo, tiene seguridad social y posibilidades de ascenso.
Los maquiladores afirmaron que en los tres años anteriores los trámites burocráticos, salvo algunas excepciones, se han vuelto más numerosos y complejos, lo que favorece la corrupción y el contrabando. Según sus cálculos, la simplificación administrativa podría reducir hasta 15 por ciento sus costos de operación.
Ricardo Salcido, vicepresidente del CNIME, expuso a su vez que la crisis por la que ha atravesado la industria maquiladora ha servido para "arraigar" a los trabajadores. Antes la rotación de personal era de 11 a 14 por ciento mensual; ahora se ha reducido a sólo 2 por ciento.
También advirtió que si el Ejecutivo insiste en tratar de relanzar la reforma fiscal en la Convención Nacional Hacendaria perderá la oportunidad de sentar las bases de una estrategia para el desarrollo regional, la creación de infraestructura, la atracción de inversiones y la creación de agrupamientos industriales (clusters), elementos indispensables para reconstruir las cadenas productivas y hacer atractivo el programa Marcha al Sur, con el cual el gobierno federal busca llevar maquiladoras a esa región del país.
Recomendó a Fox no plantear las reformas estructurales al final del año, ya que provoca "zozobra" e "incertidumbre" a las empresas, que planean sus inversiones justo entre septiembre y noviembre.
Salcido reconoció que la integración de insumos nacionales en los productos de exportación es mínima y tiende a caer. El mismo poseía una planta de ensamblaje de Sony y tuvo que cerrar porque el fabricante empezó a usar componentes chinos. De una televisión cuyo precio es de 243 dólares, explicó, México sólo le agrega el equivalente a 4.75 dólares.
Al comienzo de este sexenio el entonces secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, prometió que el contenido de insumos nacionales de la industria maquiladora de exportación se multiplicaría 10 veces, de tres a cerca de 30 por ciento.
Los empresarios maquiladores señalan que esta meta está muy lejos porque en México prácticamente no hay proveedores que cumplan normas internacionales de calidad y que, además, ofrezcan las condiciones de precio, volumen y plazos de entrega que demanda esta industria.
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