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México D.F. Martes 20 de enero de 2004
Hay que desmantelar BM y FMI y reconstruir a
la ONU, coinciden en Mumbai
Enojo en el FSM por la ausencia de propuestas alternativas
de desarrollo
Probablemente estamos asistiendo al fin de los estados-nación,
expone George Monbiot
LUIS JAVIER GARRIDO ENVIADO
Mumbai, 19 de enero. Las propuestas de "deconstruir"
o desmantelar el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, de reconstruir
desde sus cimientos la Organización de Naciones Unidas, o de impulsar
un nuevo orden democrático mundial, no respondieron hoy a la exigencia
de que surja en este Foro Social Mundial (FSM) una propuesta alternativa
al modelo neoliberal.
La exigencia de contar con una propuesta alternativa clara
para hacer frente al modelo monetarista apareció hoy como un reclamo
airado en una de las mesas redondas estelares del programa oficial del
foro.
El título dado a la conferencia la convertía
en una de las discusiones claves del FSM, pero a medida que avanzaban las
exposiciones la inquietud del público se fue transformando en inconformidad
para terminar en reclamo directo.
La mesa titulada "La globalización y sus alternativas"
se convirtió de tal suerte en lo que ha sido la constante de las
discusiones académicas en el mundo entero durante la última
década: un diagnóstico cada vez más acertado de lo
que es el neoliberalismo, pero una expresión de la incapacidad manifiesta
de académicos y dirigentes sociales para formular alternativas concretas
a lo que acontece, lo que, por otra parte, es explotado por quienes detentan
el poder económico y político para presentar al movimiento
alternativo como impotente para proponer una salida a la crítica
situación actual.
El
diario de derecha Bombay Times se hizo eco de esto al publicar hoy
una caricatura en la que una manifestante, cuya pancarta dice: "No a la
ocupación de Irak", hace una pregunta a otro, en cuya pancarta sólo
se lee: "No", y éste le responde: "Bueno, todavía no he decido
a qué".
La copresidenta del panel, Satu Hassi, ex ministra de
Medio Ambiente de Finlandia, estaba proponiendo dar la palabra al público,
lo que, por otra parte, no se hace sino como excepción en este foro,
cuando ya cientos de manos se levantaban y uno a uno los participantes
tomaron el micrófono para reclamar a los expositores no haber respondido
a las expectativas de presentar las anunciadas alternativas a la globalización.
Y el reproche era tal que hubo de darse por terminada la reunión.
La voz del reclamo había ido subiendo de tono en
cada una de las intervenciones del público y en cada una la exigencia
era la misma: no habían viajado miles de kilómetros para
escuchar una caracterización más de la globalización
neoliberal, sino para escuchar las propuestas alternativas.
En realidad, el FSM es en su cuarta versión muchos
foros: el de las personalidades que hablan dentro del programa oficial,
el de los delegados que sólo aspiran a hacer presencia o a encontrarse
con otros, el de los expositores de magnas exhibiciones de libros y artesanías,
el de quienes buscan manifestar su cólera, el de los dirigentes
de ONG que van a hacer política. Y, desde luego, el de los otros
foros, e incluso también el Parlamentario, que ayer terminara su
reunión con una declaración final de condena a las estructuras
económicas actuales.
El foro de Mumbai 2004 tiene como uno de sus desafíos
salir con propuestas alternativas, y hoy en la mesa oficial 4 tuvo un serio
revés, pues una vez más académicos y dirigentes sociales
fueron incapaces de responder a las demandas de la sociedad expresadas
por los delegados y evadieron sus reclamos.
Todo había comenzado cuatro horas antes, cuando
el dirigente político y académico filipino Walden Bello negó
que hubiera ausencia de propuestas.
Bello, director del Instituto Focus on the Global South,
cuya sede está en Bangkok, Tailandia, y en 2003 obtuvo el que es
considerado el Premio Nobel Alternativo, señaló optimista
que la respuesta al neoliberalismo está aquí, en Mumbai,
y que si hay una crisis en el sistema imperial es por la gente. La aseveración
de que no hay propuestas, dijo, no es sino un intento de descalificar al
movimiento alternativo porque aquello que pretenden los centros de poder
trasnacional es que cualquier propuesta alternativa guarde su idea de "eficiencia
de la economía", pero lo cierto es que la propuesta alternativa
se ha ido elaborando de manera paciente en el transcurso de los últimos
20 años. Sin embargo, ésta debe ir acompañada -agregó-
de un gran esfuerzo para alcanzar "una deconstrucción" del sistema
de corporaciones trasnacionales y del Banco Mundial y regresar al sistema
de Bretton Woods, a lo cual se debe agregar la creación de grupos
de economía regional que consoliden un nuevo proyecto. Este no sería
viable -concluyó-, si no se fortalecen en los estados nacionales
los sistemas de "pesos y contrapesos" que creen estados democráticos,
los que -insistió- deben ser cada vez más plurales.
Bello, sin embargo, abandonó inopinadamente la
reunión y no escuchó la avalancha de críticas de los
delegados, lo que fue propiciado por un hecho: las propuestas no dejaron
de ser en extremo generales, lo que fue aumentando la inquietud del público.
El estadunidense Michael Albert, fundador y miembro del
equipo directivo de Z Magazine, del Z Media Institute y de la Red
Z, y autor de Pensando hacia adelante, puso énfasis en la
urgencia de cambiar las relaciones de trabajo y la necesidad de abolir
los mercados como vía para organizar de otra manera a productores
y consumidores. Un sistema en el que la gente atenta contra su propia vida
no debe subsistir, dijo. Pero para ello, reconoció, es urgente definir
cuál es ese modelo económico alternativo, ya que de no lograrse
esto, lo único que se logrará es fortalecer el sistema de
dominación actual.
La prioridad para los pueblos debería ser hoy poner
en práctica todas las acciones posibles para desmantelar lo que
llamamos el "gobierno mundial", sostuvo por su parte el profesor inglés
George Monbiot, autor de los best sellers: La era del consenso:
manifiesto por un nuevo orden mundial y El Estado cautivo: la toma
de Gran Bretaña por las corporaciones, quien es además
columnista semanal en The Guardian.
Monbiot sostuvo que no es posible que exista democracia
en ningún país con el sistema global actual, y puso como
ejemplo el caso de Cuba, cuyo régimen político no puede evolucionar
por el asedio que sufre del exterior. Los gobiernos nacionales han perdido
además toda capacidad de decisión, pues al reconocer que
el FMI tiene la prerrogativa de dictar las políticas en aspectos
estratégicos clave, se han cerrado a la posibilidad de poder atender
problemas cruciales y de hacer frente a las exigencias de la gente. Resulta
evidente que los gobiernos locales no pueden actuar en materia de clima,
de comercio exterior, de energía nuclear o de guerra, pero tampoco
en asuntos sociales y económicos que antaño controlaban -dijo-,
y es por ello urgente empezar por echar abajo esos organismos internacionales
que tanto mal han hecho al mundo.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial deben
desaparecer, y la Organización de Naciones Unidas debe ser transformada
de manera radical -exigió, en coincidencia con Walden Bello. La
deuda, agregó, es un arma muy poderosa que los pueblos no han utilizado
en su favor, pues olvidamos que nosotros ya tenemos poder.
Interrogado al final de la reunión por La Jornada,
George Monbiot enfrentó una cuestión que no había
abordado en su exposición: la del futuro de los estados nacionales.
En esto, respondió, no veía más que dos escenarios
posibles: en uno, nos dijo, los gobiernos nacionales recuperarían
el poder que les han arrebatado las corporaciones multinacionales, aunque
esto es poco probable, pues el poder de éstas es muy grande; el
otro es que, efectivamente, estamos asistiendo al fin de los estados-nación
y que así como el novelista francés Michel Houellebecq habla
de las mutaciones metafísicas en los seres humanos veremos cambios
radicales en la sociedad. Hoy no parecen venir, sin embargo, pues en ésta
hay una tendencia más al internacionalismo que a la globalización.
El enojo de los presentes empezó a desbordarse,
sin embargo, con la exposición de D. Raja, secretario general del
Partido Comunista de India, y uno de los integrantes del comité
organizador del FSM.
Raja, un viejo luchador social, coincidió en algunos
aspectos con sus compañeros de mesa, sobre todo en la necesidad
de desmantelar ese "sistema" a nivel internacional como una condición
para poder establecer regímenes democráticos nacionales,
y desarrolló largamente la idea de que para ello era necesario,
en efecto, deconstruirlo desde el exterior del propio sistema, pero a continuación,
y ante el estupor de todos, insistió, una y otra vez en la idea
de que para enfrentar al nuevo "integrismo" neoliberal era necesario volver
a la ortodoxia marxista, lo que suscitó murmullos en la sala que
se hicieron comentarios cuando encomió a los antiguos regímenes
de Europa central.
Raja no imaginaba que al final de la sesión los
asistentes le reprocharían su propuesta de volver al pasado, ignorando
la naturaleza de los regímenes del "socialismo realmente existente",
ni que una mujer le cuestionaría sobre algo para lo que no tuvo
respuesta: "¿Por qué si preconizaba cambiarlo todo desde
fuera del 'sistema', el Partido Comunista de India seguía
defendiendo el sistema de castas?"
La importancia que tiene el sistema ecológico en
las relaciones sociales, tema que desarrolló Wolfgang Sachs, profesor
del Instituto Wuppertal de la República Federal de Alemania, y experto
en cuestiones de energía y de medio ambiente, y quien reconoció
como los anteriores participantes que también ésta era una
cuestión que había que afrontar desde una perspectiva global,
ya no tuvo la atención de un auditorio inconforme.
El pensamiento crítico se sustenta en el movimiento
de la sociedad y en la riqueza de propuestas que emergen de ésta,
pero aquí en Mumbai 2004 las demandas de los asistentes están
rebasando a los académicos y luchadores sociales que son los ponentes
académicos que tienen a su cargo las exposiciones magistrales. Cuando
la doctora Hassi, de Finlandia, cortó la palabra a los asistentes,
se escuchó un murmullo.
Todos los días hay talleres y conferencias, entrevistas
privadas con los ponentes. Un gran movimiento se da en el FSM, pero quienes
en el mundo entero aguardan que de aquí surja una propuesta alternativa
corren el riesgo de tener que seguir esperando y resistiendo desde sus
propios espacios comunitarios. La explosión de alegría y
entusiasmo, enojo y pasión, que muestran los grupos interminables
que se siguen manifestando en los terrenos de Nesco Ground, en el suburbio
de Goregaon de Mumbai, bailando y cantando con atuendos multicolores, no
parece que será correspondida con la propuesta alternativa que han
estado aguardando.
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