México D.F. Martes 20 de enero de 2004
La industria del acero perdió rentabilidad:
Garza Medina
Decide Alfa deshacerse de Hylsamex, la tercera siderúrgica
más grande del país
VICTOR CARDOSO, JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y DAVID
CARRIZALES REPORTEROS Y CORRESPONSAL
El Grupo Alfa decidió desincorporar de su estructura
al grupo Hojalata y Lámina de México (Hylsamex), la tercera
siderúrgica más grande del país, en una operación
que se perfila como la más cuantiosa desinversión de un corporativo
privado mexicano desde la crisis de 1982.
La desincorporación de Hylsamex se llevará
a cabo luego de una larga agonía que culminó el 22 de julio
de 2002, cuando por medio de un contrato de "caución bursátil"
las acciones de la siderúrgica emblemática del poder de Alfa
quedaron en garantía de su deuda con un grupo de bancos.
El presidente del consejo de administración de
Alfa, Dionisio Garza Medina, explicó en Monterrey que se busca la
desincorporación de Hylsamex porque la industria del acero ha perdido
rentabilidad, y prueba de ello es que de 1999 a 2001 el sector vivió
su peor momento a escala mundial en por lo menos cuatro décadas.
"Hylsamex no fue inmune a esa aguda crisis que obligó
a 44 empresas acereras de Norteamérica a entrar en procesos de restructuración",
dijo Garza Medina, quien sin embargo auguró buenos resultados para
la nueva etapa independiente que vivirá esta compañía
cuyos orígenes datan de la década de los 40. La empresa,
afirmó, fue modernizada en más de 90 por ciento para hacer
frente al proceso de apertura del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN), por lo cual "creció su deuda".
La
desincorporación de Hylsamex se llevará a cabo en dos etapas.
La primera dará inicio con la asamblea extraordinaria de accionistas
de Alfa, el próximo 4 de febrero, en la que se propondrá
la sustitución de 38.97 por ciento de las acciones de la siderúrgica
-dadas en prenda de créditos a diversos bancos- por títulos
conocidos como certificados de participación ordinaria (CPO), los
cuales serán emitidos por un fideicomiso establecido ante Nacional
Financiera que, según el plan, "confieren los mismos derechos a
sus poseedores".
En una segunda etapa se procederá de la misma forma
con otro 51 por ciento de los títulos de Hylsamex en poder de Alfa,
para lo cual se convocará a otra asamblea extraordinaria a realizarse
en el primer trimestre de 2005.
Sin embargo, la operación no está exenta
de riesgos. El propio Grupo Alfa reconoció en un informe presentado
al mercado de valores con motivo de esta transacción que: "aunque
Hylsamex está al corriente en el pago de los créditos garantizados,
no existe certeza de que siempre podrá cumplir con los compromisos
derivados de los mismos. De presentarse algún incumplimiento con
los créditos garantizados, las acciones de Hylsamex podrían
ejecutarse en beneficio de los acreedores".
También aclara que en caso de que se iniciase el
procedimiento de ejecución, las acciones Hylsamex servirían
como medio para el cumplimiento de los créditos garantizados, los
cuales se pagarían con el producto de la venta de esos títulos
y con ello el fideicomiso emisor "dejaría de contar con dichas acciones",
e incluso advierte que "no se puede tener certeza de si Hylsamex podría
indemnizar al fideicomiso emisor por dichos hechos y, por lo tanto, los
tenedores de los CPO pudieran verlos amortizados sin pago alguno".
"Amputación" anunciada
Desde mediados del año pasado la desincorporación
de Hylsamex ya se veía venir. Aunque Alfa lo mantuvo en el más
absoluto secreto, los rumores crecían y los mercados comenzaron
a descontar una operación de esta magnitud.
Según Garza Medina, "nuestro tamaño relativo
decrecería; por ejemplo, las ventas consolidadas de nueve meses
(enero-septiembre de 2003) disminuirían de 4 mil 227 millones de
dólares a 3 mil 167 millones", es decir, 25 por ciento.
Aunque no se precisaron detalles del monto de la operación,
los informes financieros de Hylsamex al mercado de valores reportan activos
por un total de 29 mil 670 millones de pesos, pero al mismo tiempo enfrenta
pasivos por 18 mil 651.5 millones.
Pese a esto, Garza Medina afirmó que con la operación
"la situación financiera mejoraría", ya que la deuda neta
de caja bajaría de 2 mil 333 millones de dólares a mil 280
millones. En concreto, precisó el empresario, "después de
la desincorporación de Hylsamex, nuestro grupo se concentraría
en tres grandes rubros de negocios, la petroquímica, con nuestra
empresa Alpek; alimentos, con Sigma, y autopartes de aluminio con Versax/Nemak".
Con esto, el poderoso grupo regiomontano se deslindará
de un grupo que en el tercer trimestre del año pasado registraba
358.4 millones de pesos en pérdidas, 89 por ciento superiores a
las del mismo periodo de 2002. Las utilidades consolidadas de Alfa se desplomaron
en 45 por ciento en el mismo lapso.
Aunque en términos estrictos esta es una operación
de "achicamiento", de concretarse, se situaría por su magnitud como
la tercera más importante realizada en México en 22 años,
sólo superada por la venta del Grupo Banamex Accival por 12 mil
500 millones de dólares al estadunidense Citigroup y la compra de
Panamco por parte de Cocacola Femsa, en 3 mil 600 millones de dólares.
Alfa fue el primer el grupo que en 1981 dio señales
de una crisis derivada de políticas de endeudamiento para financiar
su expansión. Tan difíciles se le han presentado las cosas,
que en junio de 2003 Dionisio Garza lanzó públicamente un
inusual discurso en el que criticó las medidas económicas
y el manejo que se le ha dado a la crisis por el actual gobierno.
En un foro organizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos
de Finanzas, realizado en Monterrey, el empresario se quejó de que
en México no hay un ambiente de negocios que propicie la inversión
privada nacional y extranjera, y advirtió que si esta situación
económica persiste, "los empresarios no vamos a invertir".
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