ASTILLERO

Julio Hernández López

Repostería y pasteles

La sublime pelea por la rebanada

Comités y corrientes en busca de acomodo

ROSARIO ROBLES cree llegado el momento de pugnar desde una corriente por las reformas partidarias que no logró mientras tuvo la presidencia nacional del PRD, a la que renunció culpando a las corrientes. Esa especie de segundo aire político (precedido de aquella reunión de mujeres alrededor de Marta Sahagún) tiene dedicatoria electoral comprobable: la temprana candidatura no confesa, pero sí en proceso de organización de Andrés Manuel López Obrador, a cuya milpa desbordada ha dedicado Rosario todas sus lluvias reclamatorias y ni una sola, sino todo lo contrario, a Cuauhtémoc Cárdenas.

EN EL DISCURSO pronunciado por Robles en Cuernavaca el pasado domingo, en el contexto de la reunión fundacional de la nueva corriente perredista, Unión Nacional y Renovación (Unyr), las críticas se cargaron a un solo lado. Así, Rosario aseguró que "algunas" de las "posiciones" perredistas "le han dado la espalda a la mejor tradición libertaria y a nuestro propio programa", como habría sucedido con la discusión sobre las sociedades de convivencia en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Luego, se declaró convencida de que "flaco favor le hacen a nuestras personalidades políticas" las disputas por "la primicia de destapes adelantados o de cargadas al estilo priísta". Además, añadió, "nuestra tarea no puede ni debe ser colgarnos de popularidades, con la simple pretensión de negociar pedazos del pastel. No se trata tan sólo de llevar a alguien al poder. Se trata de algo mucho más profundo" (no insultará esta columna la inteligencia de sus lectores escribiendo nombre y apellido del único perredista, a cuya cuenta oficial o extraoficial, consentida o desautorizada, podrían depositarse los giros oratorios rosaristas).

PERO, CIERTAMENTE, EL asunto es más de fondo. Los grupos y corrientes que históricamente se han beneficiado en las cúpulas con pactos de complicidades para el aprovechamiento repostero de la franquicia llamada PRD, están peleando desde ahora, y con todo, los acomodos que creen les corresponden en la próxima aventura electoral llamada peje candidatura y, šdesde luego!, las expectativas de reparto del gran y nunca antes alcanzado pastel federal. Lo mismo la corriente aritméticamente dominante en ese partido, la de los Chuchos, que la políticamente adosada al jefe tropical, la de René Bejarano, tratan de ocupar el casillero de los "pioneros" de la candidatura lopezobradorista, con comités ciudadanos, o de apoyo, en los que convergen las peores tradiciones escenográficas de eso malamente llamado izquierda mexicana. Ya tienen liebre (que en realidad es peje) pero no saben (ni sabrán) cómo hacer caldo, por la sencilla razón de que sus pleitos por el dominio de sartenes, cucharones, especias y fogones están fuera de la ruta natural de posicionamiento político que ha escogido Andrés Manuel: el PRD, sus tribus, sus pleitos, su radiografía nacional enclenque, y en muchos lados podrida, no podrán caminar como ente dominante en la marcha tabasqueña rumbo a Los Pinos, por la sencilla razón de que el éxito personal del gran caudillo del sur ha sido a pe-sar del partido del sol azteca, y porque la única manera de hacer que López Obrador se tropiece sería tratar de obligarlo (cosa absolutamente improbable) a sujetarse a "programas", "comités" o "compromisos" con las huestes adoradoras del sol azteca.

EN ESA MISMA lógica de trueques políticos se da la recomposición de la Rosca pastelera (aunque, obviamente, el discurso morelense pidió a la asamblea Unyr que no se dedique a pelear "por espacios o cotos de poder, por pequeñas parcelas al interior del PRD, sino que sirva como una corriente de oxígeno". Es decir, la Rosca se convierte en Rox, con visión hospitalaria de terapia intensiva). Robles no ha creído necesario esperar a que una instancia oficial de su partido determine responsabilidades en los asuntos financieros que precipitaron su salida del mando perredista, ni parece preocupada de caer en la contradicción de aparecer amadrinando (aunque haya una directiva formal aparte) una corriente, luego de todo lo que dijo contra esas formas de organización perredista. Lo importante desde hoy, y en el futuro inmediato, no es conseguir la lista de buenos propósitos que enumeró en su discurso de Cuernavaca (y que no pudo lograr ella como ninguno de sus antecesores ni su sucesor, y menos cuando el futurismo ha contaminado todo proceso de construcción política), sino fijar posiciones que obliguen al adelantadísimo virtual candidato a negociar, a arreglar, a atender a quienes de otra manera estarían en camino de quedar en segundo plano. No se trata realmente de alentar una cuarta candidatura presidencial cardenista (tal propósito iría contra el sentido natural de la política real) sino de atrincherarse para preparar capitulaciones ventajosas.

LA GRAN DESGRACIA de lo que quede de izquierda es que a pesar de ser ingrediente fundamental de todos los discursos (o posiblemente a causa de ese manoseo que presume de lo que se carece), no hay una propuesta política inteligente, serena, moderna y confiable. En ese camino, por lo demás, la figura implacablemente personalista del Gran Jefe Candidato Obligado volverá a depositar las esperanzas de cambio de buena parte de los ciudadanos, en las características de fortaleza y debilidad de un individuo sujeto a su conciencia y su circunstancia, pero no a una fuerza partidista firme ni a un programa de trabajo auténtico. šHíjole: Ƒcuántas chambas de buen nivel habría para los perredistas o "ciudadanos" oportunamente colocados en ruta hacia la nómina federal venidera?!

ASTILLAS:BIEN EMOCIONADA QUE anda Josefina Vázquez Mota con la posibilidad (desde mucho atrás alentada en la Sedeso) de ser aspirante a Los Pinos: šDios mío!, šhazme candidata!, sería el próximo best seller sin viudez concebido... Manuel Bartlett ha dicho a El País que el ex embajador de Estados Unidos en México, Jeffrey Davidow, miente en el libro El oso y el puercoespín al pretender ligarlo al caso de Enrique Camarena, agente de la DEA asesinado en 1985. "El sabe que todo es falso, pero, eso sí, yo soy el dinosaurio desprestigiado por él mismo, que ha impedido a Fox hacer las reformas estructurales, o sea la privatización eléctrica y petrolera, por las que él estuvo presionando hasta los últimos días de su gestión como embajador"... Y, mientras Santiago Creel sigue patinando cuando le preguntan si las candidaturas panistas deben definirse por méritos, y no "por bodas", šhasta mañana!

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